Geetanjali Shree fue distinguida hoy en Londres con el International Booker Prize por su novela Tomb of Sand, traducida porDaisy Rockwell. El galardón está dotado con 50 mil libras esterlinas (unos 63 mil dólares) que se reparten entre el autor y su traductor. Se reconoce así a la mejor ficción que haya sido escrita en un idioma diferente al inglés y que se haya publicado en el último año en Irlanda o en el Reino Unido. Es la primera vez que una novela escrita en hindi obtiene este galardón. La argentina Claudia Piñeiro competía con su novela Elena sabe.
“Obras literarias salvajemente originales.” De este modo la fundación que otorga este premio desde 2016 [entrega la distinción por una obra concreta y no a un autor por el conjunto de su obra, como lo hizo desde 1969 hasta 2016] se refirió a los trabajos de los seis finalistas –shorlist–que competían por las novelas escritas en español, coreano, noruego, japonés, hindi y polaco. Después de conocerse una primera lista de 13 nombres –longlist– en marzo, se difundieron los finalistas en abril.
De este modo, quienes competían por este premio eran, además de Tomb of Sand, Elena Knows, de Claudia Piñeyro (traducida por Frances Riddle); Heaven, de la japonesa Mieko Kawakami (traducida por Samuel Bett y David Boyd); A New Name: Septology VI-VII, del noruego Jon Fosse (traducido por Damion Searls); The Books of Jacob, de la Premio Nobel de Literatura polaca Olga Tokarczuk (traducido por Jennifer Croft, un tándem que obtuvo previamente el Booker en 2018); y Cursed Bunny, de la coreana Bora Chung (traducida por Anton Hur).
Tomb of Sand, cuya traducción al español podría ser Tumba de arena, es la historia de una anciana en la India que acaba de enviudar y que decide emprender un viaje hacia Pakistán. Su hija, una mujer bohemia, se opone firmemente a que su madre realice esta aventura. Esta extensa novela sobre una partición, en múltiples niveles (físicos, generacionales y existenciales), tiene un tema central, coinciden la autora y la traductora: las fronteras. La obra de la escritora nacida en Mainpuri, India, en 1957, no está traducida aún al español.
“Nunca soñé con obtener el Booker ni imaginé que podría obtener semejante reconocimiento”, comenzó Shree su discurso de agradecimiento y le dedicó el premio a su madre de 95 años, anciana como la protagonista de la novela, y a su marido, quien no pudo acompañarla a la ceremonia. La autora lamentó que se conozca en el mundo tan poco de su idioma y de los dialectos que se hablan en el país y agradeció este premio porque su obra se incorporará, impulsada por el Booker Prize, “al vocabulario del mundo”.
Antes de obtener el premio, la escritora había declarado que ser finalista tenía una importancia que iba más allá de su prestigio personal y anticipaba el que luego sería su discurso: “Esto no se trata sólo de mí, como individuo. Represento un idioma y una cultura y este reconocimiento lleva a un ámbito más amplio la literatura india”.
Otra vez a la final
La novela de Piñeiro, Elena sabe, se publicó por primera vez en español en 2007 a través de Alfaguara y ha obtenido varios premios como el Premio Pepe Carvalho de Novela Negra, en España. Charco Press, la editorial que dirige la traductora argentina Carolina Orloff, decidió publicar esta ficción en inglés en 2021 e incorporar a su catálogo más autoras argentinas. Cuenta con una edición también en ese idioma de, por ejemplo, Matate, amor, de Ariana Harwicz, y Las aventuras de la China Iron, de Gabriela Cabezón Cámara (traducida por Fiona Mackintosh e Iona Macintyre). Ambas autoras compitieron por el Booker al que Cabezón Cámara llegó en 2020 como finalista.
El año pasado también llegó a esta instancia final del Booker Mariana Enriquez con Los peligros de fumar en la cama. Samanta Schweblin también ha competido varias veces por el premio: en 2018, con Pájaros en la boca; y en 2017, con Distancia de rescate (estas últimas traducidas por Megan McDowell). Es decir, con Schweblin, Cabezón Cámara, Enriquez y Piñeiro son cuatro las autoras argentinas que representaron al país en este prestigioso galardón y en estas instancias finales.
“Ha sido una agonía tener que elegir entre tantas obras fantásticas”, dijo el presidente del jurado del Booker International, el traductor irlandés Frank Wynne, quien anunció el premio en la gala celebrada en el imponente One Marylebone y quien destacó la labor de los traductores en la historia de la literatura. Nikki Bedi fue la anfitriona del evento donde se leyeron fragmentos de todas obras seleccionadas que competían por este premio que, según aseguran quienes lo impulsan, “transforma la vida de sus ganadores”.
Fuente: Laura Ventura, La Nación