El escritor e ilustrador Pablo Andrés Médici, más conocido como Brocha escribió: “La literatura infantil no existe. Podemos decir que algunos libros salen a jugar a la veredas, tocan timbre para escapar corriendo, raspan sus palabras y dibujos contra el suelo, para que las rodillas de tantos pibes y pibas no se sientan solas en semejantes aventuras.
Pero este gesto de vitalidad, entre otros regalos de los libros, no debe jamás convertirse en una categoría. Porque las categorías son circuitos cerrados, discriminan, dejan más del lado de afuera que de adentro, y empobrecen el mundo.”
Por eso, es preferible hablar de edades sugeridas, de libros “a partir de”, o “especialmente pensado para”. Y cada cual podrá ir por la vida eligiendo, mirando, compartiendo según las personas niñas que le anden cerca. Porque cuando trabajamos con libros y personas, otros mundos posibles se abren, se tenga la edad que se tenga Y si bien pensar y celebrar las infancias es cosa de todos los meses en este espacio, estamos en agosto y en Argentina se festeja el día de la niñez. Por eso, diez libros para compartir con niños, niñas y jóvenes, que, además, les prometo, van a encantar a toda la familia.
Dos variaciones en rojo, para imaginar
El auto rojo. Escrito e ilustrado por Pablo Andrés Médici (Brocha). Fotografías de Tomás Médici. Buenos Aires: AZ, 2020.
“Soy el auto rojo, el amigo de Zoe. Desde que llegué a su casa no paramos de viajar. Nuestro lugar preferido es el auto y sus paisajes.”
Así empieza este libro donde quien cuenta es el auto. El auto es de Zoe. Que desde que lo tiene no hace más que disfrutar, nos lo cuenta. ¿Qué hacen los juguetes? ¿Piensan, hablan, desean? Un libro que hace una linda dupla con la película Toy Story. ¿Se imaginan los peligrosos lugares fantásticos que puede haber adentro de nuestra casa? ¿Recorrieron ustedes alguna vez un bosque de suculentas? ¿O oyeron el crujir mientras viajaban bajo la noche cerrada?
Un libro que se lee en movimiento, incluso cantando “En el auto de papá, nos iremos a pasear…” Tal vez recuerden esa vieja canción de Pipo Pescador. Pero este auto no es el de papá. Este es el auto de Zoe. Una niña que viaja en su auto rojo y vive muchas aventuras.
Brocha y su hijo Tomás dan vueltas y más vueltas, entre dibujos, fotos y palabras para leer, imaginar, pensar, desear y jugar. Recomendadísimo para leer –y andar- con las personas más pequeñas de la casa.
Papaloto y el saco rojo. Escrito e ilustrado por Mauricio Andrés Micheloud (el esperpento). Micheloud, Mauricio Andrés. Córdoba: Mauricio Andrés Micheloud, 2020. Archivo Digital: descarga y online
Enumerar, variar, inventar, posibilidades. La ternura y la imaginación, adentro. Esto es Papaloto. Collage, origami y dibujos con gran síntesis expresiva.
“Para Papaloto un saco rojo
no solo es un saco rojo.
Para Papaloto un saco rojo
no solo es un saco rojo.
Si es abrigado es refugio.
Entonces puede ser
un lugar para habitar.”
Cuenta El esperpento, que la idea de Papaloto le surge como deseo y la necesidad de crear un personaje para las personas más pequeñas. Un personaje que tenga los condimentos de la infancia: el juego, la ternura, la posibilidad de mirar con extrañamiento, entre otras muchas cosas.
El origami surge como una posibilidad, aunque aclara que es un origami recreado, que además de plegado, tiene cortes y está pegado. Y que ese fue un poco el germen del juego con el saco, que, por otra parte, podría haber sido cualquier otro objeto. Y la historia de Papaloto pone en juego ese don que tienen los chicos de inventarles otros usos a las cosas. Mauricio Micheleud, es el nombre atrás o delante de El esperpento. “Originalmente estaba pensado para ser publicado en ediciones de la terraza”, (editorial de la que forma parte), pero, dice que le dieron ganas de largarlo de este modo, en digital. Y que quien quiera dejar una contribución, lo haga. También está la opción de pedirlo en papel, con impresión a demanda.
Un libro accesible, hermoso, y bajo licencia Creative Commons y que como bien dice en el hermoso colofón, es un libro digital, que utiliza tipografía Colaborate, que se puede compartir sin pedirle permiso a nadie, que el autor no se va a enojar ni indignar porque su deseo es que el libro vaya como un barquito de papel y que pare donde alguien lo quiera leer, que pase de ojos en ojos y de mano en mano. Porque “De otro modo, no sería posible la cultura y el arte”. Recomendadísimo para leer, dibujar e inventar figuras de papel con las personas más pequeñas de la casa.
Tres en la cocina, ternura y humor y mucho para pensar
ABC mi primera cocina. Escrito por Natalia Romero, ilustrado por Yael Frankel. Editado por Eloise Mitsuko Alemany. Buenos Aires: Periplo Ediciones, 2018.
“A veces inventamos recetas: dos tazas de risa, mucho ritmo, una rayuela, algunas rimas y cinco rosas.”
Qué alegría poder mezclar lectura y cocina. Y qué belleza compartir con niños y niñas el lugar más amoroso de la casa. Este es un diccionario distinto. Cosa por cosa, en un gran ABC, la cocina se mezcla con la poesía y la receta es infalible. Las dedicatorias también son condimentos ricos en este libro: “A mi abuelo Santos, por su forma de mostrarme el mundo. A mi sobrina Lúa, por venir”, dice Natalia Romero. Y “para todos los que cocinamos historias en la cocina”, dice Yael Frankel. Que es una maestra en componer en cocinas reales e imaginadas.
Siguen las enumeraciones. Cada cosa abre un mundo. La A de alacena, la B de batidora, la C de la primera ciruela compartida. Periplo lo logra otra vez en su afán de reunir dos de las maravillas de la vida: libros y cocina.
La selección de objetos es tan acertada que dan ganas de estar allí. Y el diseño y las ilustraciones terminan de armar el plato. Hay una delicadeza en la paleta de colores tierras, con las dobles páginas, los detalles sutiles en línea, las tramas, la ternura.
Además, el libro invita a habitar la cocina, ese lugar donde todo puede suceder. “Cada cosa tiene un nombre con aroma. Pueden estar todas las palabras del mundo parar hacer con ellas todas las comidas del mundo.” Y así todas las letras y todas las cosas.
Recomendado para compartir con niños y niñas pequeños –y no tanto- antes de cocinar, a la hora de la siesta, en el desayuno.
Yo no soy ninguna PAVA. De Silvina Maroni, Ligia Rossi y Angie Strappa. Vera: Listocalisto, 2018. (Colección Bucles)
Un libro hecho entre varias autoras. Son tres las que ilustran y escriben. Las guardas llenas de pavas dan unas ganas irrefrenables de tomar mate y de jugar el mismo juego con otros objetos.
Por qué… ¿qué es una pava?
Este libro me recordó una historia que no recuerdo quién me contó. La historia de alguien que le regaló una pava eléctrica a su abuela o a su madre. Y que, si bien la usaba para calentar el agua, una vez que lograban la temperatura justa la pasaban a la pava, porque “el mate se toma así, ni con termo, ni con jarra”.
Una pava puede ser muchas cosas. Un día de campo, una huida, una frenada… Me gusta esto que propone la editorial Listocalisto: “Una expresión popular se hace poesía y dialoga con ilustraciones hechas a tres manos.” Porque, al fin y al cabo: ¿qué es una pava?
“Pava. (del Lat. Pava). f. Hembra del pavo. // pop. Mujer fea y sin gracia. // Chile y Perú. Burla, fisga. // Venez. Sombrero ancho y bajo. // Pelear la pava frs. Fig. y fam. Tener de noche amorosas pláticas.
Pava. (del ingl. Pipe, tubo) f. Fuelle grande usado en ciertos hornos. // Arg. Tetera que se emplea para el mate.”
Con este libro en la mano vamos a poder ver que una pava es mucho más que una pava. Y, sobre todo, tal vez una pava no sea una pava. Se celebran los libros de esta editorial rosarina.
Un libro recomendado para todo público, pero en especial para niños y jóvenes que gusten tomar algo calentito. Podría leerse junto con Mi lápiz, de Virginia Piñón, editado por editorial Calibroscopio.
Cualquier verdura. Escrito por Nicolás Schuff, ilustrado por Gabriela Burin. Editado por Johana D´Alessio y Violeta Noetinger. Buenos Aires: Ralenti, 2020. (Colección Osa Mayor. Poesía)
Porque si algo sucede en la cocina es cualquier verdura. Qué alegría el humor hecho poesía. ¿Qué puede tener la zanahoria de misteriosa? ¿Se imaginan una arveja pretenciosa o una papa sabelotodo?
Son cualquier verdura para matarse de risa, que también te dejan pensando en algunas cuestiones existenciales como no saber qué hacer de tu vida, aunque seas un rabanito, o tener un deseo de belleza hegemónica, aunque seas una arveja. Ironía, humor, mal humor, algo de enojo, inconformismo, quejas y otras yerbas hacen una ensalada, o también podría ser un guiso.
“El rabanito anduvo a caballo, escribió poesía,
trabajo de mozo, de maestro de ajedrez
y de fabricante de sombreros.
Ahora nada en el mar, como un pez.
– ¿Está chiflado? -pregunta una coliflor.
– Es algo evidente- observa un zapallito-
se olvidó de que es un rabanito.”
Las ilustraciones de Gabriela Burin arman un juego lleno de intertextualidades en donde una papa puede remitirnos a Frida Kahlo, por ejemplo. Llenas de humor, son muy expresivas, llenas de guiños… porque la arveja dibujada es Penélope Glamour en su auto, con chalina y todo. Dobles páginas bellas, expresivas, pícaras.
En este libro cualquier verdura puede estar deprimida, enojada, quejosa, tener miedo.
El conflicto es parte de la vida y se ve que estas verduras los saben y lo ponen en juego. El pepino que dice no, la cebolla miente. Y el ticket de la verdulería es el índice. Un libro muy bellamente editado, con muchos niveles de lectura, los textos están en imprenta mayúscula, que propone una entrada directa a quiénes empiezan a leer solos. También brinda una posibilidad que niños y niñas disfrutan un montón: leer a dúo.
Lindo para integrar una gran selección verdulera, y divertirse leyéndolo con Así, de Luciana Schwarzman y Daniela Arias de ediciones de la Terraza y leerse en vaivén con algunas odas de Neruda, o con los versos inspiradores del poema La cebolla de Wislawa Zsymborska. O haciendo vaivén con el bellísimo Botánica Poética de Juan Lima, editado por Calibroscopio. Recomendado para niños y niños con ganas de divertirse.
Frida para disfrutar, mirada y dibujada por dos grandes
Frida Kahlo, Ilustrado por Pablo Bernasconi, escrito por Daniel Balmaceda. Buenos Aires: Catapulta, 2020. (Colección Biografías para armar)
Una idea genial la de esta colección de Catapulta. Qué linda tarea la de los rompecabezas, y si son con ilustraciones de Pablo Bernasconi, tanto mejor. Sus retratos son de una síntesis rotunda. Sabe capturar una esencia del ser retratado. Las metáforas que encuentra para contar son rotundas. La obra viene con un rompecabezas de 300 piezas. Es un libro ideal para leer en familia, jugando y armando.
El libro se abre con una cita del Popol Vuh. Balmaceda elige contar a Frida poniéndole un color a cada capítulo. La colección se presenta como una propuesta para conocer a personas que cambiaron el mundo. Su vida, su obra. Y que, además, el rompecabezas acompañe la lectura.
Rojo, azul, verde, dorado… todos los colores, y el solferino, infaltable. Incluye cada capítulo una ilustración y un fragmento del diario de Frida Kahlo.
“Un olvido de palabras formará el idioma exacto
para entender las miradas de nuestros ojos cerrados.
Y estoy contigo un minuto
y estoy conmigo un momento.
Y mi sangre es el milagro que va en las venas
del aire de mi corazón al tuyo.” (De El diario de Frida Kahlo)
300 piezas para conocer una historia llena de dolor, creación y colores. Gran propuesta para disfrutar en familia. Y si se quedan con ganas, hay más: Saint-Exupéry y San Martín, entre otros títulos.
La pequeña Frida. Un cuento sobre Frida Kahlo. ilustrado y escrito por Anthony Browne. México: FCE, 2019.
Así empieza esta historia: “Cuando tenía seis años me enfermé de polio y tuve que estar en cama durante nueve meses. Me dolía muchísimo, y cuando comencé a recuperarme solo podía caminar despacio, y cojeaba. Otros niños se reían y (se burlaban de mí, me decían “Pata de palo” siempre que pasaba caminando.
Trataba de esconder mi delgada pierna derecha con tres capas de calcetines, pero no engañaba a nadie.
Era diferente, y ser diferente me hizo una extraña.”
La pequeña Frida sueña que vuela, desea volar y pide de regalo un avión. Pero solo le regalan un par de alas. Ella en su decepción mira por la ventana, hasta que dibuja una puerta. Esa es su salida. Todo puede suceder cuando la atraviesa. Los universos de Anthony Browne aparecen, incluso podemos encontrar referencias a otros libros suyos.
Colores, más despojado que otros Browne, pero con mucho por descubrir y encontrar. Una historia para disfrutar y conocer a esta gran artista de la mano de este gran artista. Una posibilidad de que Frida llegue a las personas más pequeñas de la casa, de mano de un ilustrador que sabe llevar todo México en detalles escondidos en cada una de las páginas de este libro.
Entrar a Frida de la mano de Anthony es un placer. Al final, trae una página con un poco de información sobre su vida. El autor se inspiró en un sueño que Frida escribió en su diario, y en el poder transformador del arte. Recomendadísimo para niños y niñas, y para todas las personas amantes de la obra de Anthony Browne, tengan la edad que tengan.
Dos sobre animales que no son lo que parecen
Las novedades de mi gato. Ilustraciones y textos de Gilles Bachelet. Buenos Aires: Calibroscopio, 2020.
“Mi departamento se había vuelto demasiado chico-o mi gato demasiado grande-, por lo que tuve que mudarme.”
Un libro esperado muy esperado. Acaso no deseaban saber más sobre el gato más bestia del mundo. Una alegría tener novedades de este gato tan querido. El cuento nos cuenta que finalmente, el dueño de este gato tan particular tiene que mudarse. No había modo de seguir viviendo en un departamento con un gato taaaaan grande.
La nueva casa parece poder contener a este gato tan particular. Un libro que como dijo Judith Wilhelm, directora de Calibroscopio, es de esos imprescindibles. De hecho, cuando editaron Mi gato el más bestia del mundo, lo hicieron porque era un libro que extrañaban.
Un libro lleno de humor y ternura. El autor hace un pacto con sus lectores. Y ese pacto se sostiene hasta el final y de libro a libro. Un libro hermoso para leer en voz alta y ver las caras de quienes escuchan. Al final el autor arma un mosaico de dieciséis títulos posibles: Mi gato y el hongo mágico, Las memorias de mi gato, Mi gato en el psicoanalista, por nombrar algunos, aunque aclara previamente que no se publicarán.
Hermoso libro para leer a cualquier edad, en soledad o en compañía. Y para quienes no hayan leído Mi gato el más bestia del mundo, vayan corriendo en su busca que también les va a encantar.
Los animales por dentro como supiste que son y NADIE SE ANIMÓ A DEMOSTRÁRTELOS. Ilustrado por Nadia Batalla con textos y edición de Laura Estefanía. Buenos Aires: La marca editora, 2020. (Colección La marca terrible!)
Este es un libro de anatomía visual, nos alerta la contratapa. El libro advierte a quien lea que va a mostrar lo que nadie se atrevió antes. Contiene un índice ilustrado. En su interior, los dibujos en blanco y negro del elefante africano, la tortuga verde, el canguro gris occidental entre otros animales, realizadas con estilo naturalista contrastan con el detalle a color de lo que contienen cada una de estas especies en su interior.
Con esta lectura aprenderemos que el hipopótamo prepara su propio protector solar, que el sapo conoce los secretos para hacerse el muerto y que el elefante es incapaz de saltar entre muchos datos imprescindibles.
Un libro para divertirse encontrando todo lo que puede haber dentro de una tortuga, un hipopótamo o un camaleón, solo por nombrar algunos de los diez animales seleccionados en este compendio, en el que podremos conocer en detalle los interiores de cada uno de estos seres.
¿Sabían ustedes que adentro del ciervo rojo podemos encontrar una trompeta? Y que adentro del pingüino emperador siempre hay una linterna escáner y un tren eléctrico entre otras muchas cosas. Por suerte Batalla enumera todos los componentes de cada animal, para evitar cualquier olvido u omisión.
Para encontrar, para imaginar, para hacer listas, para pensar, este libro ideal para jugar. Podría ser interesante para leer en dupla con ¿De quién es esa sombra?, un libro hermoso de Choi Sukhee, editado por Océano Travesía.
Dice la contratapa. “La vida interior de los animales por fin revelada en diez láminas que muestran cómo son REALMENTE por dentro el elefante, el sapo, el flamenco, la ballena, el ciervo, la tortuga, el pingüino, el camaleón, el hipopótamo y el canguro. Anímate a encontrar los objetos que integran esta fascinante anatomía visual.” Un libro hermoso para niños y niñas curiosos.
Y, por último, un enorme y hermoso morrón rojo
Apagar la luz. Escrito por Daniela Goldín. Ilustrado por Eva Mastrogiulio. Lanús Este: Mágicas Naranjas, 2020.
El libro empieza así…
“Cuando nos vamos, apagamos la luz. Como diciendo que ahí no hay nada más que ver. O no habrá quien mire. Sin embargo, en ese momento, otras cosas se encienden. Algo así fue lo que pasó con este libro.”
Daniela escribe y Eva dibuja. Juntas nos comparten un libro que se le anima a la tristeza, y eso que, como dijo Daniela, “No es tan fácil meterse con la tristeza”.
Daniela y Eva se conocieron compartiendo un taller de cerámica. Hay algo muy íntimo de ese encuentro que quedó plasmado en el libro. Cuentan que cuando empezaron a trabajar a partir de los textos fueron pensando juntas en los procesos de duelo, y que el libro se fue construyendo. ¿Cómo nos medimos cuando nos sentimos aplastados bajo algo muy pesado? Daniela le pone palabras:
“…la tristeza es un caparazón
es una piedra
enorme para trepar
la tristeza es no saber
dónde y cómo
poner en el cuerpo
la tristeza es una atención
a cosas muy chicas
la tristeza parece quieta
pero es un líquido
que se derrama
y cae
sin parar
la tristeza es una forma
de rellenar el tiempo…”
Hay un hacer artesanal en Apagar la luz. Eva y sus pinturas a mano, Daniela y su serie de poemas de arquitectura certera. El diálogo entre ambos lenguajes arma una maquinaria perfecta. Eva contó que leía y luego dibujaba con las resonancias de esa lectura. Su trabajo con tinta y lápices de distintas blanduras, más el uso acrílico casi puro le da una serie de texturas, volumen y matices hermosos. El negro, el rojo intenso. Lo frágil, lo pesado, lo pendiente. Los objetos que nos marcan ausencias. La tristeza que pincha y está agarrada, no se va de la cabeza, pero también, florece.
¿Se puede transformar el dolor en arte y en belleza? En toda esta oscuridad se puede vislumbrar una especie de media sonrisa, un atisbo, un sentido del humor que nos tira una soga. El libro ganó el primer premio del Concurso Proyectos Editoriales 2019 del Fondo Nacional de las Artes. La edición es cuidada y amorosa. Pertenece a la colección maizal, que les recomiendo recorrer a niños y niñas grandes, a jóvenes y a cualquier edad.
Esta dupla que se conoció amasando barro, nos propone, cada una desde su lenguaje propio, Apagar la luz. Es un poema, son muchos. Es un libro para detenerse y mirar.
Clara Muschietti dice en la contratapa: “Es imposible no escuchar esa voz íntima que trata de desenredar un nudo. A lo largo del libro esta voz se despliega con un encanto único. Por momento es como si una amiga te hablara o, mejor dicho, como si dos amigas te contaran sus secretos.” También dice que es un libro hipnótico. Coincido y propongo. Déjense hipnotizar.
Hasta aquí esta selección de novedades –y no tanto- de este agosto tan distinto. En papel, en cartón o en digital: cuentos, poesía, biografías, abecedarios, rompecabezas. La propuesta es acercar creaciones colectivas e individuales que inviten al encuentro.
Leer, jugar, dibujar, investigar, soñar, imaginar y construir, de eso se trata. En el mes de la niñez, y todo el año.
Fuente: Infobae