“No estamos interesados en la ciencia ficción que trata de utopías negativas. No venden”, leyó Stephen King antes de descartar el papel en el que un editor –otro más- rechazaba su primera novela, Carrie. En total, serían una docena de cartas. Algo parecido a lo que le ocurrió al británico John Le Carré, que se topó con un muro de negativas mientras intentaba que alguna editorial le publicase su primera obra de ficción, El espía que surgió del frío. “Bienvenido a Le Carré –le escribió un editor a otro, cuando el escritor ingresó como autor al staff de la empresa-, no tiene ningún futuro”.
Lo mismo pasó con Harry Potter, Los hombres que no amaban a las mujeres y hasta el Ulises, de James Joyce, un clásico de la literatura mundial.
It. Su autor, Stephen King, conoció el rechazo.
La falta de visión de muchos de aquellos que tuvieron en sus manos novelas que terminarían convirtiéndose en best sellers –e, incluso, clásicos- termina siendo llamativa: parecen haber sido tantos los que se regodearon en su lugar de poder sin ninguna objetividad ante obras que terminarían siendo muy valoradas por el público que uno llega a preguntarse cuántos habrán quedado en el camino, sin posibilidad de sortear esos escollos iniciales.
Especialmente dura fue la devolución que recibió Marcel Proust, cuando confió los primeros tomos de En busca del tiempo perdido, El mundo de Guermantes (Gallimard, 1921-22), parte de una serie considerada un clásico francés de la literatura universal: “Abrumadoramente nauseabunda, incluso para un freudiano confeso. Un cruce inestable entre horrorosa realidad e improbable fantasía, que a veces se convierte en una pesadilla neurótica… Recomiendo que se entierre bajo una piedra durante miles de años”, leyó. ”Querido amigo, quizá yo esté muerto de cabeza para arriba, pero por mucho que me devano los sesos no puedo entender porque alguien podría necesitar 30 páginas para describir cómo se da la vuelta en la cama antes de quedarse dormido”.
Según un editor, El diario de Ana Frank tampoco tenía ningún interés: “La chica no tiene, según me parece, una sensibilidad especial que eleve este libro por encima del nivel de curiosidades”, se pronunció. Otras 15 casas editoriales también rechazaron el libro con el que el padre de Ana Otto Frank, se paseaba esperando que alguien finalmente le prestara atención.
Mientras que Lolita (1955), de Vladimir Nabokov, fue rechazada mas de cincuenta veces porque muchos editores temían demandas por contenido obsceno.
El diario de Ana Frank (1947) fue rechazado por 16 editoriales a los que el padre de la autora sometió el original.
Los casos de rechazos editoriales injustificados son numerosos y abarcan incluso obras tan reconocibles como Cien años de soledad, El señor de los anillos y La conjura de los necios, pero tomemos tres casos emblemáticos de títulos que culminarían en superventas y podrían no haber llegado nunca a las góndolas.
Harry Potter, descubierto por una nena de 8 años
Es relativamente sabido que J.K. Rowling, escribió la primera novela sobre el niño mago en condiciones de precariedad económica. Tampoco tuvo la aprobación inmediata de parte de los editores. Harry Potter y la piedra filosofal fue rechazada por decenas de editoriales que se perdieron una de las sagas más exitosas de finales del S XX y comienzos de éste, y entre ellas figuran grandes grupos, como Penguin y Harper Collins, que desestimaron la historia. Sería una modesta editorial inglesa, Bloomsbury, la que correría con la suerte de sacar el primer título de la heptalogía, y eso porque una nena de 8 años convenció a su padre, el editor Jefe, Nigel Newton, de que valía la pena que muchos otros chicos tuvieran acceso a esa lectura. Newton ya había tenido el original en sus manos antes de pasárselo a su hija pero no se había molestado en pasar de la primera página.
«Harry Potter y la piedra filosofal».
“Ella bajó corriendo un poco más tarde y me dijo que era lo mejor que había leído alguna vez», contaba el editor años más tarde, en el marco de una entrevista con The Independent. Descreído, Newton había financiadouna primera edición de solo 500 ejemplares.
En la actualidad, la marca Harry Potter está valuada en 15 billones de dólares. Sus libros vendieron hasta aquí un total 400 millones de copias y componen la serie de libros más vendida de la historia. Ella es la escritora mejor paga.
El Ulises de Joyce
El Ulises del irlandés James Joyce –para muchos, el mejor libro del siglo XX- fue rechazado en más de una ocasión, incluso por Virginia Woolf y su marido, que consideraron que se trataba de un materialimpublicable, o el de la Sociedad para la Prevención del Vicio de Estados Unidos, que la condenó de plano.
James Joyce, en un retrato de época.
Eso hasta que una versión de la obra que Joyce había publicado originalmente por entregas en la revista The Little Review, la revista donde Joyce empezó a publicar el Ulises por entregas, llegó a manos de Sylvia Beach, propietaria de la legendaria librería Shakespeare & Co., de París, y quien publicaría la primera edición en 1922. Fue después de que Dublineses (1914) fuera rechazada por 22 editores.Fue después de que Dublineses (1914) fuera rechazada por 22 editores.
Recién en 1932, el Ulises salió en los Estados Unidos (1932). La primera edición en castellano fue publicada en Buenos Aires en 1946.
Stieg Larsson, rechazado por partida doble
El escritor y periodista sueco Stieg Larsson, que falleció en 2004 dejando otras tres novelas inéditas, guardó toda su vida la carta que le enviaron informándole que rechazaban su candidatura a la facultad de periodismo, en 1972: los examinadores a cargo de la selección consideraron poco probable que aquel aspirante de 18 años tuviera talento para la redacción.
El escritor sueco Stieg Larsson. E, vida fue ninguneado. Su famosa trilogía vendió más de 65 millones de copias.
Años más tarde, su Trilogía Millennium (editada por Destino), basada en aquellos tres libros inéditos, se convirtió en un super éxito de ventas póstumo -lleva vendidos más de 65 millones de ejemplares– y también tuvo su adaptación al cine. Se trata de una historia de misterio, que mezcla fraude financiero internacional con una rica familia industrial sueca.
Pareja. En la película. Lisbeth y Mikael, personajes de la saga Millennium.
Tras su rechazo en la facultad de periodismo, que afortunadamente no le hizo mella, el sueco había trabajado en una de las principales agencias de noticias de su país durante más de 20 años, un trabajo que alternaba con investigaciones sobre los movimientos neonazis de extrema derecha y motivaron la publicación de su primer libro,Extremismo de derechas, en 1991. También ejerció como Editor Jefe de revista Expo, hasta que se decidió a enfocarse exclusivamente en sus novelas.
Murió a los 50 años, apenas tres días después de entregar el original de la tercera parte de su trilogía, La reina en el palacio de las corrientes de aire, y pocos días antes de la aparición del primero de los títulos, Los hombres que no amaban a las mujeres.
Fuente. Clarín