“El chiste interno fue que si no iba nadie, nosotros pagábamos las pizzas y estas editoriales amigas, las cervezas”. Así recuerda Víctor Malumian (Ediciones Godot), uno de sus artífices, la primera edición de la Feria de Editores (FED), allá por 2013, y que este jueves 3 de agosto abre las puertas de su nueva edición que dura hasta el domingo 6 (siempre de 14 a 22 horas).
Aquellas “editoriales amigas” eran quince y exhibieron sus libros gracias a FM La Tribu; imposible hoy armar una mesa en una pizzería con los más de trescientos editores que confirmaron su asistencia para este año y que obligó a contratar una jornada más en el Complejo Art Media, donde tendrá lugar el evento.
La expresión editorial de una época
Como toda anécdota, la que narró Malumian para Infobae Cultura es la expresión condensada de un proceso mucho más significativo. En este caso, de buena parte de lo ocurrido en el mundo del libro en las últimas décadas. O más precisamente: del modo en que una parte de él y en el marco de la globalización, fue reaccionando al proceso de concentración y transnacionalización que la industria editorial experimentó durante la última década del siglo XX y la primera del actual. En el caso particular de la Argentina –la Feria de Editores cuenta hoy con la participación de sellos de otros países de América Latina-, se le sumó la crisis de 2001 que, como se sabe, golpeó con dureza a una industria que había sido un faro cultural durante varias décadas.
Para este tiempo, la investigadora Malena Botto ha postulado que “…frente a los conglomerados transnacionales, perduran o surgen emprendimientos editoriales (…) cuyas políticas culturales exhiben notorias diferencias respecto de las de los grandes grupos. De allí que, en el marco de la profunda y generalizada concentración económica de los noventa, pueda señalarse como característica de este período una creciente polarización de la industria editorial” (Botto, M. en De Diego, J. (Comp.) Editores y políticas editoriales en Argentina, 2006). Fue el polo de la todavía hoy confusamente llamada “edición independiente”, el que contribuyeron a moldear aquellos pequeños emprendimientos que darían origen -y en su gran mayoría continúan dando forma- a la FED.
La FED se ha convertido con el tiempo, en la expresión editorial de una época (Foto: Nicolás Stulberg)
“La intención siempre fue generar un espacio donde podamos encontrarnos cara a cara con las y los lectores y tener feed-back directo sobre nuestra labor editorial”, precisa Malumian al responder sobre qué se buscó con aquella decisión que parecía osada. Y a la hora de volver sobre los rasgos identitarios de este emprendimiento que no ha dejado de crecer, afirma: “De cara a la lectora o el lector, creo que el rasgo fundamental es que detrás de cada mesa está la o el editor. Eso implica un montón de cosas: nadie conoce mejor el catálogo de una editorial que su editora o editor: podés preguntar absolutamente todo, desde el porqué del diseño, cómo fue el proceso de traducción, las correcciones, etc. Para una persona curiosa, ese ‘detrás de escena’ es interesante”.
Además de las mesas en las que los editores exhibirán sus libros y establecerán aquellos encuentros y diálogos con sus lectores, los visitantes podrán asistir a charlas y mesas redondas con la participación de destacadas personalidades de la cultura de nuestro país y del exterior. Junto a autores como Martín Kohan, Alejandra Kamiya, Isabel Zapata o Ariana Harwicz, estarán presentes, entre otros, el humorista gráfico Liniers, la filósofa brasileña Djamila Ribeiro, la activista de los derechos humanos de los afro-argentinos Miriam Gomes, la docente y maestra del té Malena Higashi o la actriz y directora Romina Paula. Asimismo y convencidos sus organizadores del lugar clave que las librerías ocupan en la cadena de difusión y valor del libro, la Feria ha impuesto un premio muy significativo: a la “Labor librera”, “una gratificación económica para comprar libros, el principal insumo de su trabajo”.
Pero tal como reza el dicho, “en la variedad está el gusto”. Y lo que puede constatarse desde la primera edición de esta Feria es la creciente variedad y diversidad de los sellos participantes como los rasgos distintivos de su identidad como evento cultural. Algunos surgieron ya hace varios años, pero también muchos son de más reciente gestación. Hay editoriales que disponen en su haber de menos de una decena de títulos, pero las hay que ya superan en sus listas las centenas. Al mismo tiempo, es posible hallar editoriales con catálogos exclusivamente dedicados a un rubro, como las infantiles Ralenti, Dedo de bruja, Muchas nueces o Pequeño editor; las de poesía (Cae de maduro, Elemento disruptivo, Nebli o Llantén); las de historieta (Estudio mafia, Deriva, Rabdomante o Galería).
La FED reúne en esta edición editoriales de Argentina y América latina (Foto: Nicolás Stulberg)
También las dedicadas a la crítica cultural y ensayos (EME, Entropía, Excursiones, IPS y unas cuantas más) o las identificadas con alguna temática específica (como las de la comunidad LGBTTTQI+ (De parado, Mutanto, Triana, entre otras); feministas como El mismo mar, Mónada o Las furias; de Fotografía (entre las cuales se cuentan Asunción, Sed o La luminosa) o dedicadas a narraciones de terror (Muerden muertos); literatura coreana (Hwarang); sin faltar las que producen solo fanzines (como Barba de abeja o Me flipa). Pero también hay catálogos eclécticos que combinan en su haber novelas con ensayo o infantiles con narrativa para adultos o los que compendian varias líneas, como Azul Francia, 17 grises, Aquelarre, Apócrifa o Brumana, entre tantas otras que esta enumeración parcial no hace justicia.
Pero en todo caso, de lo que sin duda da cuenta el amplísimo universo de las propuestas, es la intención de promover y consagrar nuevos autores; rescatar libros o autores olvidados; llevar adelante traducciones de autores extranjeros no disponibles en el mercado, siempre exhibiendo una particular preocupación por la originalidad, así como por los diferentes aspectos que hacen al cuidado visual y material de las ediciones, desde el texto hasta el diseño y la impresión.
La voz de los editores
Pero más allá de esa gran heterogeneidad que se registra en la oferta, resulta interesante el modo en el que este emprendedor conjunto de editores coincide a la hora de opinar acerca de lo que significa la FED para ellos. Así, Gabriela, de Motor Libros, rescata el hecho de que “gracias a un criterio de transversalidad que imponen los organizadores se genera una energía positiva que lectores y editores reconocemos que surge de los verdaderos protagonistas: LOS LIBROS”. Por su parte, Mara, de Fera editores, subraya el clima que viven en cada uno de esta ya consolidada cita invernal con los libros: “La FED es una feria-fiesta. Es amable, por la disposición de stands (…); es altamente curada y diversa (con gran presencia de editoriales de la región) y tiene buenos espacios para fomentar el vínculo entre editores. Es nuestra feria favorita”.
A su vez, todos rescatan el valor del encuentro que se produce entre los diferentes protagonistas del mundo del libro. Uno de ellos, Pablo, de Aurelia Rivera, fue categórico con Infobae Cultura a este respecto: “Esta no es la única feria, pero es la más significativa del campo del libro independiente. La principal virtud es el amplio abanico de reconocimientos: como el de los lectores, el de los autores y el de los propios editores”.
“La FED es una feria-fiesta», define una editora (Foto: Nicolás Stulberg)
Federico e Inés llegan incluso a mensurar el rédito que obtienen los editores de ese contacto con los lectores en el que todos coinciden. El primero –de la editorial Avanti– sostiene que “siempre tomamos sus recomendaciones o sugerencias que nos sirven para afinar el catálogo que venimos construyendo hace seis años”; la segunda, al frente del sello Elemento Disruptivo, es aún más gráfica y a la vez precisa en aquella medición: “En la FED, la distancia entre editores y lectores se achica: durante cuatro días es el ancho de una mesa”.
Mat de UOiEA!, por su parte, fue quien se animó a describir a esos ávidos lectores que la frecuentan: “… son audaces, coloridos picaflores frenéticos, y fundamentales para que todo esto siga proyectándose. Es gente que anhela lo nuevo, lo que viene. El futuro”. Y seguramente contagiado por los libros de música que edita, Leandro, de Gourmet Musical, no pudo contener su entusiasmo y alegría: “Difícilmente veas gente salir sin una sonrisa y varios libros bajo el brazo, preguntándose por qué no vino antes y pensando en volver un ratito de yapa al día siguiente”.
Llegados a este punto, si acaso queda algún lector que todavía no conoce la FED, el testimonio de Corina, de Enero Editorial, terminará de despejar sus dudas y dirá “presente” en esta nueva edición: “La Feria de Editores ofrece un entorno único que destaca por su diversidad literaria, el descubrimiento de nuevos talentos, la interacción cercana con los lectores, la creación de una comunidad colaborativa y el fomento de la literatura local y alternativa. Este evento es una verdadera celebración de la creatividad y la pasión por la literatura, y representa una oportunidad invaluable para aquellos que buscan expandir sus horizontes literarios más allá de los caminos tradicionales”.
* La Feria de Editores (FED) se realiza del jueves 3 al domingo 6 de agosto de 14 a 22 horas en el Complejo Art Media (Av. Corrientes 6271, CABA).
Fuente: Infobae