Siempre se la cita como referencia porque Madonna verdaderamente abrió el camino a las mujeres solistas a nivel masivo. La «reina del pop» se instaló desde los comienzos de los años 80 y nunca bajó del podio (al menos, no por mucho tiempo). Por supuesto, tuvo sus altibajos y éstos no respondieron exactamente a la calidad de sus discos, sino a factores generalmente extra musicales. Y al margen de sus intervenciones como música, cantante y bailarina, sus declaraciones o acciones la pusieron en el tapete de la opinión pública y los medios en infinidad de ocasiones.
Ahora que se anunció su próxima biopic (que ella dirigirá y co-escribirá), más que nunca se pueden repasar motivos por los cuales Louise Veronica Ciccone ha estado en boca de todos y todas: por declaraciones contra la Iglesia, por un erotismo sin pudores (o con pudores ajenos), por moda, por su participación en películas (mayoritariamente cosechó malas críticas como actriz), por sus matrimonios o parejas, por sus hijos, por sus modificaciones faciales. Y, claro está, por sus grandes shows (altísimas y teatrales coreografías y escenografías) y por sus temas y discos, que hoy nos ocupan.
14- MDNA (2012)
Si bien Madonna no es una artista con una discografía rotunda e impoluta como bandas o solistas canónicos del pop y del rock, su repertorio podría musicalizar la vida de cualquier mortal desde los años ochenta a esta parte. Con una presencia inigualable. Pero henos aquí frente a MDNA, una propuesta rave-pop que atraviesa el álbum y que no logra la contundencia de otros álbumes de la artista. Aunque hay logros: «Turn Up the Radio» nos devuelve a su encanto anterior, a ese espíritu de hits como fue en un principio «Open Your Heart», ésos que nos obligaron a mover el cuerpo o la cabecita y a cantar con ella.
13- American Life (2003)
Bajo una extraña conducción folk y electrónica, sumado esto a su irrenunciable impronta pop, el disco gira en torno al sueño americano, a la ambición de dinero y poder con epicentros geográficos como Hollywood (en el tema homónimo). El hallazgo es la producción, que estuvo en manos de Madonna junto a uno de sus redescubrimientos de fines de los90, el productor y compositor suizo Mirwais Ahmadzaï. Sin embargo, en términos generales, el álbum transcurre con oscilaciones y sin la contundencia necesaria.
12- Rebel Heart (2015)
Madonna compone y produce en colaboración con Diplo, Avicii y Kanye West. Y, además, canta junto a Nicki Minaj, Chance the Rapper, Nas y hasta Mike Tyson. Pero lo que podía ser poderoso se terminó convirtiendo en una mezcla de participaciones y apariciones que le quitó coherencia a la propuesta. Sin embargo, hay momentos que valen la pena, como el primer single «Living For Love», que arranca fuerte con inspiración house y, sobre todo, «Ghosttown», acaso una de las mejores baladas del extenso repertorio de la cantante.
11- Hard Candy (2008)
Lo más ostensible de este disco es que postula desde el título iguales dosis de rudeza y de dulzura. Y que apela a la fórmula que ha caracterizado la carrera de Madonna: las modernizaciones inteligentes. Pero aquí, aunque provocan lo mejor del trabajo, éstas no alcanzan a dar una cohesión efectiva como sí sucedió en propuestas anteriores (y también posteriores). Por eso, aunque se destaquen las participaciones de Justin Timberlake y Timbaland en el atractivo «4 Minutes», y las de Kanye West y Pharrell, el resto está lejos aún de lo mejor de la Ciccone.
10- Madame X (2019)
«Medellín» es el tema que abre el disco y lleva al máximo el nivel de fagocitación de la diva sobre las escenas que más resuenan en cada época. Esta vez con la convocante aparición del colombiano Maluma. Madonna se autodenomina Madame X, una agente secreta que lucha por la libertad, pero también una jefa de estado o una ama de casa. Todo eso encarna el personaje y todo aquello transitan los climas del álbum. Como la protagonista de «God Control» (eclesiástico-bailable) o la bailarina de «Dark Ballet» que, en plan comedia musical, hace un guiño a la propia profesora de danza que la artista tuvo cuando se mudó a Nueva York.
9- Bedtime Stories (1994)
Puede entenderse como un preludio a su maternidad o como un puente entre la potencia directa y pulsional de Erotica y la agitación encantada de Ray of Light. En Bedtime Stories la Ciccone busca aparecer menos álgida y explícita, a partir de temáticas amorosas y sugestivas («Secret»), con impulso R&B y despliegue eternamente pop. La islandesa Björk deja en este disco su bienvenida rúbrica en la composición que realizó para la estadounidense y que retrabajaron los productores Nellee Hooper y Marius de Vries junto a Madonna hasta convertirla en «Bedtime Story». El colofón es la bella «Take a Bow» (otra para el podio de baladas).
8- Music (2000)
«Hey, Mr. DJ, ponga el disco, quiero bailar con mi bebé». Así abren tema y disco, con un beat irresistible. Y así transcurre en sintonía dance pop y electrónica, con perlas como el country electrónico «Don´t Tell Me» o el simple «American Pie», originalmente interpretado y compuesto por Don McLean en 1971 (en dedicatoria a Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper, a su accidente «el día en que la música murió»). Este fue incorporado a Music en la apropiación corta y dance que realizó Madonna. Hay en Music otras influencias, quizás menos esperables, como sucede en el tema «What It Feels Like for a Girl», que empieza con un fragmento sampleado de la voz de Charlotte Gainsbourg en «The Cement Garden».
7- Erotica (1992)
El año anterior a la salida del disco Erotica, la reina del pop había dado un paso enorme en su primera gran reinvención: había protagonizado el documental En la cama con Madonna (originalmente Truth or Dare, o sea, verdad o consecuencia), en el que narraba su vida en medio de sus giras. El paso fue clave para cambiar de las ligas de pop ligero a ir ganando un peso de culto (sobre todo en cierto público adolescente que miraba con malos ojos los intentos que había tenido de captar la industria latina con temas como «La isla bonita»). Luego del film vino Erotica, editado en simultáneo con el libro Sex (que contenía fotos explícitas de la diva). Pues bien, este disco gira en torno a temáticas sexuales y lo protagoniza su álter ego, Mistress Dita. La sucesión de buenos temas y sus títulos lo dicen todo: «Bad Girl», «Deeper and Deeper», «Fever» (de Cooley-Blackwell, popularizado por Elvis, entre otros). Además de sumar otro convertido en clásico: «Rain»
6- Like a Virgin (1984)
Es el hit, y es la visión de ella abriéndose paso en los años ochenta, con esa estética de rosarios, góndolas y leones. Pero, sobre todo, con intención de ser libre. Que es justamente lo que va a caracterizar a Madonna desde su inicio hasta hoy: su encarnación y representación de la libertad. El inicio se da con otro éxito, «Material Girl», cuya temática se anticipa también en la parodia a la chica material, o a la mujer objeto. Y así se la ve en el video, como una versión de Marilyn que aparenta superficialidad pero que la tiene clara. Otra clave complementaria de los discos se va haciendo más potente: los buenos clips, cada vez más desarrollados, coreografiados, pergeñados.
5- Confessions on a Dance Floor (2005)
Si Madonna se planta en una de las fotos promocionales de esta etapa con sus piernas abrazando la pista de baile, lo hace desde una habilidad gimnástica y no desde una postura abiertamente erótica. Aunque la reina del pop no pierde ocasión para jugar con su libido y la del público. Aquí mira desde sus arreglos y su lírica atrás en el tiempo, aunque con una constante propuesta dance pop, como en «Hung Up», que incluye una versión sampleada de un clásico de ABBA y referencias disco actualizadas. Siempre (re) actualizadas, porque el presente y la reinvención son las claves que hilvanan la trayectoria de Louise Veronica. Hay mirada cabalística, pulso tecno-electrónico y mucha filosofía. Todo esto en pos de lo que mejor sabe hacer la cantante: entretener.
4- Madonna (1983)
Se suele destacar de ella que comenzó su carrera como una «diva disco». Así, la introducción de su primer álbum llamado como ella: con un primer tema como augurio profesional, el de la buena estrella («Lucky Star»). Hay, por supuesto, otros hits que se eternizarán pronto y que abordarán temáticas sentimentales y vinculares en clave juvenil como ¨Borderline¨. Madonna no había cumplido los 25 años pero ya tenía en su mente un horizonte a explorar para no desaparecer del panorama musical e industrial nunca. Y parte de esa meta la desarrolla en «Holiday», una oda a la vacación como una manera de viajar, de unirse y de celebrar siempre. Tentador el plan, ¿o no?
3- True Blue (1986)
Empieza a conformarse el suculento catálogo de grandes éxitos. Imposible no conocerla ahora, que además se enfocó directo en el mercado latino con el dudoso pero contagioso «La isla Bonita». Más allá de esta canción vemos aquí la mirada que todo buen artista tiene, en la manera de adelantarse en el tiempo, incluso a lo que ella misma va a proponer años más tarde. Así, la apertura del álbum con «Papa Don´t Preach» y la idea del sermón (aquí en manos del padre, más adelante en manos de la iglesia). La cantante y bailarina se impone alegremente en el cancionero gracias a elementos de música clásica que empieza a sumar y gracias a piezas amorosas, como «Open Your Heart» y «True Blue». Y como si esto fuera poco, baja el tempo y se pone confesional en «Live to Tell», escrita por Patrick Leonard y utilizada por la cantante para la película Vivir para contar, protagonizada por Sean Penn, su esposo en ese momento (a quien Madonna dedicó todo el disco).
2- Ray of Light (1998)
Se suele hablar aquí del renacimiento creativo de Louise Veronica. Y, también, se suele citar la causa: el nacimiento de su hija Lourdes León. Esto sucedió en plena gestación también del álbum. Y «Ray of Light» muestra a Madonna en un momento luminoso, más allá del frenesí (y valga lo musical para contar esa y muchas experiencias maternales). Hay en esta producción una apuesta electrónica hermanada con Massive Attack (la cantante versionó «I Want You», de Marvin Gaye, con ellos), hay también estrellas que conectan con el pasado pero también con el presente llamado hija («Little Star») y hay una voz que se anima mejor después de la experiencia Evita.
1- Like a Prayer (1989)
Que Madonna dedicara el álbum a su madre porque le «enseñó a rezar» no es más que una introducción al alcance de su intención a contrapelo. El crítico Bruno MacDonald dijo: «Bajo las cruces ardientes por las que se le recuerda, se esconde uno de los álbumes pop más espectaculares desde Revolver«. El propio lenguaje de la cantante y compositora, de decir y hacer más allá de cualquier barrera coquetea con la transgresión y el sacrilegio. Por supuesto, en clave pop pero actitud punk, el ícono de santidad afrodescendiente que aparece en el video de «Like a Prayer» nos recuerda dos lemas increíblemente actuales por los que hace más de 30 años la cantante sentaba posición (#BlackLivesMatter y #NiUnaMenos). Justamente, la historia cuenta una condena injusta después de un horrendo episodio de violencia y abuso. Y hay más en la sucesión de temas como «Cherish», «Oh Father» y «Express Yourself». Y esa arenga eterna a las pibas: «Vamos, chicas. ¿Ustedes creen en el amor? Porque tengo algo que decirles sobre eso».
Fuente: La Nación