En una semana se armó todo el fenómeno de Los Wachiturros. Casting de integrantes, música, coreografía, look… Fueron a Pasión de sábado (América) y para la noche ya tenían programados cinco shows en boliches, todos con un único tema: Tirate un paso.
Diez años se cumplen de la formación y explosión del grupo de cumbia turra que rompió paradigmas y se convirtió en un verdadero furor generando un fanatismo extremo tirando pasos por toda la Argentina, distintos países del continente y hasta por Europa.
Un real fenómeno que pasó por todos los programas de televisión y fomentó la creación de varios grupos de imitadores que se subieron a la ola, incluso en su versión femenina: Las Culisueltas. Un éxito que se apagó definitivamente en 2014.
Memo, Leito, Kaka, Brian y Gonza, en Morón, en 2013. Foto Archivo: AFP PHOTO / JUAN MABROMATA.
Una semana que les cambió la vida
Vamos a 2011. Brian Romero y Leonel Lencinas, Coqii y Leito, tenían 16 años. Se conocían desde chicos, fueron juntos a la escuela primaria, en Morón. Ambos esperaban el sábado para ir al boliche Pinar de Rocha. Ahí eran los «wachines» que la rompían bailando con su estilo turro y llamaban la atención de todos.
«Estaba de moda la onda turra, los remix de los temas. Con mi colega Leito bailábamos para hinchar las bolas, para joder. Me acuerdo que también nos grabábamos y hacíamos algunos videos bailando», recuerda Brian.
Ahí entra en escena Javier Fernández, conocido como Bazooka, quien era productor musical de distintos grupos de cumbia de la época: Mc Caco, El Retutu, Chimpan-C… Los vio arriba de los parlantes en Pinar de Rocha y quedó impactado por ese particular estilo de baile, con las piernas abiertas y todo tipo de movimientos compulsivos con las manos.
Los Wachiturros, a diez años de su creación. Foto Archivo: D. Fernández.
Brian rememora ese encuentro: «El chabón se acercó en la pista en pleno bailoteo. Nos dijo que tenía una propuesta. Yo mucha bola no le di. Al otro día nos cruzó en el barrio y ahí nos dijo si queríamos salir en Pasión de Sábado. Accedimos de una. Imaginate, para un pendejo salir en la tele. Era un golazo».
Brian y Leito fueron al programa/templo de la cumbia en televisión como bailarines de Makako y luego de El Retutu. Los hermanos Pablo y Adrián Serantoni, productores de Pasión, alertaron a Bazooka del boom que podían tener los pibes si armaban un grupo propio. Una semana les dieron para organizar todo y presentarse en el programa del sábado siguiente.
Bazooka hizo el tema en un día. Tomó la canción del mismo nombre del cantante de reggaetón puertorriqueño Rey Pirín (quien después los demandaría por plagio), le cambió algo de la letra, hizo un remix y listo: nació Tirate un paso, un nuevo hit.
El fenómeno de Los Wachiturros llegó a Europa. Aquí Leito, Brian y Memo en Londres. Archivo.
Luego llegó el turno del casting para sumar más bailarines. Brian y Leito estaban detrás de una mesa en una plaza de Morón y veían cómo iban bailando los pibes del barrio. Así se sumaron Gonzalo Muñoz y Lucas Kaka Caballero.
Luego, Simón Samuel Gaete, quien pocos meses después se separaría del grupo y formaría su propia agrupación, se incorporó como cantante y Emmanuel Guidone (conocido como DJ Memo, quien en 2020 fue sobreseído de una causa de abuso sexual que pesaba sobre él desde 2012) tendría la tarea de simular un poco con la consola y auriculares sobre el escenario.
Simón Gaete fue el primer cantante de Los Wachiturros, luego formaría su propia agrupación. Foto: Martín Bonetto (Archivo).
El nombre lo puso Bazooka y salió de la combinación de los términos «wachines» (sus integrantes tenían entre 15 y 18 años) y «turro», por el estilo de moda de la época. «El look era -describe Brian- piercing en la boca o en la ceja, tirita en el pelo, ropita de colores, chomba de marca, pantalones rotos…».
Llegaron a Pasión (entonces conducido por Hernán Caire) y todos los miraban con desconfianza. No llevaron ni un solo instrumento, ni siquiera para simular. «La gente nos miraba y se preguntaban de dónde salimos. Llevamos algo totalmente nuevo. Era poner play y dale que va… No había instrumentos, nada. Bueno, onda Dady Yankee».
La presentación fue un verdadero furor y horas después ya tenían show para esa noche en el boliche Metrópolis de Quilmes y gira armada por distintos puntos del Conurbano para el siguiente fin de semana. «En un segundo explotó todo. Nos querían de todos lados. No lo podíamos creer. Yo no caía, era una locura», resume Brian sobre esa semana que le cambió la vida.
El otro lado del éxito
Brian, ahora de 26 años, habla con Clarín y por un lado destaca todo lo vivido en su época en Los Wachiturros, con el viaje por distintas ciudades de Europa como pico máximo, pero enseguida remarca: «A nosotros nos estafaron de una manera que ni te imaginas».
«La plata que nos sacaron… A nosotros nos daban dos mangos, broder. Cuando nos dimos cuenta era bastante tarde», se lamenta y reconoce que se aprovecharon de que ninguno de ellos «entendía nada del mundo de la música». «Lamentablemente no lo tomaba como un trabajo, era como ‘voy a bailar, a hinchar las bolas’».Play VideoVideo: Brian cuenta como estafaron a los integrantes de Los Wachiturros
Akkua Management era la empresa que los representaba y organizaba las giras que, en promedio, eran de diez shows por noche a lo largo de cuatro días a la semana.
«Nos pagaban dos o tres mangos, nosotros contentos y ellos se llevaban toda la plata. Se habrán llenado los bolsillos», dice Brian, que ahora reparte su tiempo en un emprendimiento de venta por internet de cortinas y sábanas con su pareja y un trabajo en una distribuidora de fiambres.
A la par, potencia su faceta de influencer y demuestra que sus pasos están intactos en distintos videos que sube a su cuenta de Instagram (@elwach1).
En su momento era el «ídolo» del barrio. Los más chicos imitaban su look y su forma de bailar, y él sacaba chapa con un celular BlackBerry o con las zapatillas que le daban. Ahora lo recuerda y se muerde los dientes. «Me acuerdo de eso y me da una bronca. Nos compraban con eso, con ropa… Del disco tampoco cobré nada… Te da bronca cómo se abusaron de nosotros. Nos estafaron».
-¿Cuánto ganabas por un día de laburo?
-Un sábado de diez shows… Como mucho me traía mil pesos. Nada. Terminábamos muertos y al otro día había que seguir.
-¿Hasta cuándo lo disfrutaste?
-No, muy poco. Fue muy poco. Pero bueno…
-¿No pensaste en bajarte?
-A mí no me gustaba la fama. No quería eso, porque sabía lo que venía después. Pero mis viejos me decían ‘no seas boludo, dale que el tren pasa una sola vez’. Ahí seguí, seguí de largo.
-¿A qué le tenías miedo?
-Pasa que el ambiente es jodido. Hay mucha gente mala. Yo quería un descanso, no parábamos nunca.
El look y la relación con la marca Lacoste
En su casa, en Morón, Brian guarda lo que era su uniforme en Los Wachiturros: el famoso chaleco marca Lacoste, el suyo era el rojo.
En aquella primera presentación en televisión salieron a escena con chombas de polo La Martina. Luego sumaron al vestuario la ropa de la reconocida marca francesa del cocodrilo.
Los Wachiturros con su clásico chaleco marca Lacoste. Archivo.
-Está el mito que Lacoste les pagó para que no usen más su ropa porque ustedes no eran el target al que apuntaban…
-Sí, supuestamente es así. Pero yo no vi un peso. Ninguno de los pibes vio un peso. Se la habrán llevado otros. Los chalecos y las chombas las quería todo el mundo, pero la gente de bajos recursos no tenía plata para comprarlos. Entonces el mercado se llenó de ropa trucha. Hasta que en un momento nos dijeron que no la podíamos usar más (la ropa Lacoste). De ahí nos pasamos a la marca Tommy Hilfiger, con esa no había drama.
-¿Los chalecos de ustedes eran originales?
-Sí, los compramos nosotros. Eran originales. Es más… me acuerdo quefuimos a un outlet a comprar seis chalecos. Esos chalecos dieron la vuelta al mundo, je.
Fuente: Clarín