Pájaro de Fuego: Una banda de alta performance

El grupo de Esteban Sehinkman, Daniel «Pipi» Piazzolla, Lucio Balduini y Mariano Sívori, se une con la cantante y letrista Mariana Bianchini y logra una nueva y virtuosa estética. Además, «Sombrero» mezcla folclore americano con rock, country, western y tex mex y gesta grandes canciones con su mixtura, mientras Lorena Astudillo homenajea al Cuchi Leguizamón con destacables arreglos de orquesta de cámara.

PÁJARO DE FUEGO CON MARIANA BIANCHINI – «UNIVERSO INVERTIDO»

El grupo Pájaro de fuego -cuya formación actual está integrada por Esteban Sehinkman en rhodes y sintetizadores, Lucio Balduini en guitarra, Mariano Sívori en bajo eléctrico y Daniel «Pipi» Piazzolla en batería – se une por primera vez a la virtuosa cantante Mariana Bianchini (ex vocalista de la banda de rock Panza) en la búsqueda de nuevos horizontes estéticos. La agrupación ha sido ganadora del Premio Gardel 2015 en la categoría Fusión – Instrumental – World Music con su álbum anterior, «La rueda de la fortuna».
El disco UNIVERSO INVERTIDO es la confluencia entre las composiciones musicales de Sehinkman, las letras de Bianchini y el acompañamiento magistral de una banda de alta performance.
El resultado son canciones, algunas contundentes y otras etéreas, con entramados melódicos y ritmos que contrastan con atmósferas oníricas.
Formado en 2008 y con tres discos editados, Pájaro de Fuego es uno de los referentes de la escena de música creativa de Buenos Aires. Alejado de los encasillamientos genéricos, en su música aparecen influencias que atraviesan la psicodelia, el jazz rock, la electrónica y los paisajes sonoros.

«UNIVERSO INVERTIDO», PRESENTACIÓN OFICIAL: Miércoles 31 de Mayo en CCK, Sala Argentina. Sarmiento 151, CABA. 19hs. Reservas: http://www.cck.gob.ar/eventos/pajaro-de-fuego-con-mariana-bianchini_1780

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SOMBRERO – “SOMBRERO II”

Segundo disco de este combo que desde el rock se adentra en el folclore, la zamba, la chacarera, pero también el country, el western, el tex mex, el corrido, el bolero, el mariachi, con una visión actualizada, vigente y arriesgada.
En este segundo trabajo, los Sombrero, banda integrada por miembros de los Álamos, Cristos, Furies y Banda de Turistas, unen el folclore de toda América desde una mirada rockera pero no usando a la cordillera de los Andes como vaso comunicador, sino a la aridez de la Puna, de Talampaya, el Valle de la Luna, hasta los Desiertos de Colorado y el Mojave, pasando por la cruda desolación del norte mexicano, cerca de Ciudad Juarez, Tijuana, Naco, Nogales y Nueva Laredo.
El combo esta formado por Diego Petrecolla en guitarra y voz, Guido Colzani en bombo y
Percusión, Mariano Pedernera en bombo y percusión, Hernán Tonelli en guitarra, bajo, trompeta, bombardino y coros, Leonardo Arancibia Lotti en mandolina y guitarra, David Gutierrez en bajo, armónica, bombo y percusión, Gabriel Sanabria en trompeta y acordeón y Martín Garrido en guitarra y voz.
La primera canción cruza con una alquimia perfecta el western tex mex con el folclore argentino, el trabajo de las cuerdas remite inmediatamente al desierto estadounidense el arreglo de trompeta lo vincula con Mexico pero la percusión bien criolla y los arreglos de voces remiten directamente a una zamba norteña. La canción tiene una épica bien de peña, que recuerda a los Fronterizos, pero mixturados con la atmósfera y los climas que Ennio Morricone le impuso a muchos western spaghetti.
“Consuelo” es un dulce bolero, bien romántico con un interesante punteo de la eléctrica, el aporte de la mandolina y la percusión bien latina y otra vez la banda recurre a los coros para darle más pasión a la canción que recuerda a las melodías de Intocable, el actual rey del tex mex, amigo de Vicentico.
Aunque por momentos la canción recuerda los experimentos de Babasónicos en estos géneros en una logradísima y romántica melodía.
“Tigre del río” es folclore argentino bien guitarrero, una percusión que machaca casi marcial, hasta que la eléctrica empieza a puntear en el estribillo en una canción donde los Sombrero se meten en el Litoral argentino, pero vistiendo a la canción de vestidos estadounidenses, colombianos y mexicanos, porque de la mixtura se consigue la mejor versión.
“Cuchilla redonda” es una chacarera bien criolla, con arreglos tex mex de trompeta y un trabajo de percusión y batería más cercano al rock que la va transformando en un interesante medio tempo. “Lanza en alto” es la mezcla exacta de un folclore argentino y un western con aires que recuerdan a la melodía de “Juana Azurduy”, el clásico escrito por Félix Luna y Ariel Ramírez y popularizado por Mercedes Sosa. Y son la guitarra eléctrica, la mandolina, la armónica y los sones de la trompeta los que le dan la impronta rockera a esta oda a la lucha de los indios contra los huincas dirigidos por Roca.
“Camino muerto” es una chacarera con un inicio bien puro, de raíces argentinas, con algunos intermezzos bien arreglados por punteos de la eléctrica distorsionada.
“Las tardes” tiene cosas del country y la música mexicana con un camino más optimista, arreglos más pegadizos y un buen estribillo adornado por los arreglos de trompeta y de la eléctrica.
“Para silbar” tiene melodía de mariachi, aunque la voz es dulzona como la de un bolero, y la abrigan una acústica y una eléctrica, a la que se suman voces en el coro para darle mayor emotividad con algunos acordes de un acordeón. Esta es una de las canciones más logradas de un disco muy parejo.
El álbum cierra desértico y sombrío con “Aguas verdes”, un arranca con acordeón, eléctrica, para darle paso a un tex mes mortuorio a ritmo de marchita, bien instrumental.

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LORENA ASTUDILLO – “EL CUCHI DE CÁMARA”

La privilegiada voz de Lorena Astudillo multiplica y potencia el abordaje sobre la obra del artista salteño Gustavo “Cuchi” Leguizamón al ponerle cuerpo, espesura, audacia y libertad a un material con magníficos arreglos de cámara bajo dirección orquestal de Patricio Villarejo.
Estudiosa del repertorio y el legado del pianista y compositor que asimiló naturalmente la vertiente de la música académica con la raíz folclórica, la intérprete retoma esas señas y se entrega al riesgo de otra visita que, al mismo tiempo, indaga en aquella herencia y abre inéditas posibilidades expresivas para seguir gozando de semejante obra.
Es que Lorena se toma seriamente la labor de interpelar el cancionero del “Cuchi” pero esa dedicación rigurosa no impide ni el juego ni la familiaridad que se apoyan en la maestría y el conocimiento que aporta el violoncellista Villarejo.
Astudillo llega a este “Cuchi de cámara” a 18 años de su estreno en solitario cuando publicó “Lorena canta al Cuchi” y se convirtió en la primera mujer en dedicar íntegramente un álbum a Leguizamón y el tiempo transcurrido no ha sido en vano. Desde entonces publicó “Ojos de agua” (2003), “Tras de una ausencia” (2007), “Solo los dos” (2010, en yunta con el bajista uruguayo Daniel Maza) y “Un mar de flores” (2014) para ungirse como una enorme cantante capaz de abrazar diferentes estilos folclóricos y componer.
Pero es con este proyecto camarístico que la reencuentra con el mentor del Dúo Salteño que en septiembre cumpliría 100 años, donde la Licenciada en Psicología y docente de canto plasma ese tránsito coherente con el que busca hacer un aporte desde el sitio de quien se siente parte de un cauce diverso y hondo.
“Cuchi de cámara” comenzó a gestarse a principios de 2015 y luego de dos años de trabajo y un par de auspiciosas presentaciones fue grabado y mezclado bajo producción artística y general de Lorena Astudillo y Ariel Schvartzapel.
Con la inspirada batuta de Villarejo que esquiva los lugares comunes y apela a una paleta donde las diferencias para tratar cada pieza refieren a un mismo universo, el disco reúne, además, a Constanza Meinero en piano, Lucas Homer en contrabajo, Matias Furio en percusión, Marcos di Paolo en guitarra, Cecilia Isas en violín I, Carlos Cosattini en violín II y a Carolina Folger en viola.
Trece de las obras geniales de Leguizamón y sus versiones (entre ellas “Lavanderas de Rio Chico”,”Juan del monte”, “Balderrama”, “Coplas del Tata Dios”, “Chacarera del expediente”,”La Arenosa” y “La Pomeña”), enseñan cuánto más puede decirse en torno a semejante materia prima y podrán disfrutarse en directo el sábado 10 de junio en un concierto gratuito en la Sala Argentina del CCK.