Estas cifras que lo proyectan como la cuarta lengua con mayor volumen de hablantes después del inglés, el chino mandarín y el hindi, según informó el Instituto Cervantes en una presentación que, pese al optimismo de los datos, esconde proyecciones sombrías: el español empieza a mostrar síntomas de fatiga y, a medida que avance el siglo, va a ir perdiendo peso.
«Somos la segunda lengua del mundo en hablantes nativos después del chino mandarín», destacó en rueda de prensa el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, en el marco de la presentación del anuario «El español en el mundo», que se realiza regularmente desde 1998. «Ya somos 500 millones de hablantes», acotó el académico.
El informe que publica el Cervantes, la institución española que promueve el uso del idioma en el mundo, señaló que casi 600 millones de personas, un 7,5% de la población mundial, «son usuarios potenciales de español», contando a quienes lo tienen como lengua materna, lo conocen un poco o lo están estudiando.
Pese a la expansión vigorosa que la lengua exhibe hasta ahora, el futuro no parece deparar los mejores augurios y García Montero eligió no esquivar la cuestión durante la conferencia de prensa: «que un 7,5 por ciento de la población mundial tenga alguna competencia en el idioma no puede significar autocomplacencia», señaló, para luego reconocer que «la bomba demográfica que se va a vivir en el África Subsahariana irá en perjuicio del español».
El anuario, realizado por David Fernández Vítores, expone así el diagnóstico: «El crecimiento previsto de las grandes lenguas internacionales – inglés, español, chino y francés – indica que la pérdida de peso relativo de español será más acusada que la del inglés, ligeramente menor que la del francés y muy inferior a la del chino».
Los datos que lo colocan como la cuarta lengua con mayor volumen de hablantes se sustentan por una cuestión demográfica -el extraordinario crecimiento de la población en América Latina-, más allá de que las proyecciones indiquen que irá perdiendo peso a medida de que vaya avanzando el siglo.
El director del Cervantes sostuvo que es necesario «organizar el español en el mundo más allá de la macrodemolingüistica» y sugirió que las líneas a explorar son incrementar la presencia del idioma en la ciencia y en la tecnología, sobre todo ahora que la inteligencia artificial empieza a ser protagonista: «vamos a intentar que los seres humanos que programen las máquinas no hagan sesgos», apuntó, según lo consignado hoy en la presentación, que fue transmitida en vivo a través de la plataforma Youtube por el Instituto Cervantes.
Allí, García Montero señaló también la necesidad de abordar políticas panhispánicas y de «mirar con especial atención a Asia y a situaciones en el África Subsahariana».
El anuario expone que la demografía entró en una fase crítica: si entre 1950 y 2023 el número de hispanohablantes se cuadruplicó, incluso llegando a superar al inglés en los años 80, ahora toca retroceder. «A partir de 2009 se inició una senda descendente, que se mantendrá al menos hasta final de siglo, hasta situarse en el 5 por ciento de la población mundial», precisó Fernández Vítores.
«Algunos organismos como el Observatorio Nebrija del Español o el libro ‘Los futuros del español’ han planteado en los últimos meses que es necesario aplicar una política de Estado para mantener la pujanza del español, una mejor coordinación de los distintos entes que enseñan el idioma y una mayor presencia en el África Subsahariana», indicó.
El Cervantes explica que la caída del número de estudiantes está, sobre todo, en Brasil, «que acusa intensamente la eliminación en 2017 de la oferta obligatoria de la lengua española», con un millón menos de alumnos desde ese año.
Sin embargo, desde esta institución se insiste en que es muy difícil contabilizar estudiantes debido a los nuevos modelos de aprendizaje en Internet.
No obstante, las previsiones apuntan que el español seguirá creciendo hasta 2071, cuando alcance los 718 millones. A partir de ahí comenzará «un descenso paulatino hasta final de siglo» para quedar en 693 millones.
Según la institución que dirige García Montero, «el incremento modesto» de la cifra global, esos pocos más de 3,4 millones, se debe a la pandemia, «que golpeó al área hispánica con especial virulencia».
Otro factor es el retroceso en la comunidad hispana de Estados Unidos, que ha perdido en 2022 «más de medio millón de hablantes nativos», desencadenado fundamentalmente por la expulsión de inmigrantes desde 2020, unos 2,5 millones, «muchos de ellos hispanohablantes», y por las políticas de Donald Trump, que provocaron una emigración de retorno, sobre todo de mexicanos.
España es el tercer país hispanohablante del planeta, tras México y Colombia, sin embargo, hay un nubarrón en las cifras de Estados Unidos: la tendencia entre los miembros de esta comunidad de «no considerar imprescindible saber español para identificarse como hispanos».
Según el reporte de 2023, el español sigue siendo la tercera lengua más usada en Internet, por detrás del inglés y el chino, y la cuarta en cuanto al número total de hablantes a nivel mundial, tomando en cuenta a nativos y a aquellos que lo han aprendido.