Los alquimistas dedicaron buena parte de su tiempo a buscar la vida eterna. Según ellos, precursores de la ciencia moderna, podrían llegar a prolongar su existencia de forma infinita y curarse de todas las enfermedades mediante el elixir de la vida. Pero en la actualidad no existe ese santo remedio, que bien podría formar parte de la ciencia ficción.
Sin embargo, lo más parecido a esta búsqueda en la vida real se puede encontrar en las denominadas Zonas Azules. Un término acuñado por primera vez en 2005 por Dan Buettner en la revista National Geographic,para referirse a los lugares donde la esperanza de vida es la más larga del mundo y donde se reducen considerablemente los índices de enfermedades coronarias, de cáncer y de demencia senil.
Estos cinco lugareshacen que sus habitantes sean los más longevos del planeta por múltiples factores. Los más importantes tienen que ver con una dieta basada en alimentos saludables, actividad física diaria, una rutina donde el estrés sea reducido, practicar espiritualidad y estar en contacto con la naturaleza.
La espiritualidad y el contacto con la naturaleza pueden ayudar a aumentar la longevidad. Foto: Shutterstock
Encontrar un lugar en el mundo donde reine la paz y la tolerancia, y donde las tensiones diarias no sean moneda corriente parece tarea casi imposible y, de hecho, suena casi utópico.
No obstante, Buettner y su equipo de trabajo lograron encontrar estas características en cinco lugares del planeta donde curiosamente viven los más longevos del mundo: la isla de Okinawa en Japón, la Península de Nicoya en Costa Rica, la Isla de Icaria en Grecia, Loma Linda en California, Estados Unidos y la montañosa región de Barbagia en Cerdeña, Italia.
Pero, ¿qué tienen en común estos cinco lugares del mundo que parecen, a priori, tan distintos entre sí? O mejor aún, ¿qué características específicas tienen para que la gente sea tan longeva?
Isla de Okinawa, Japón.
Okinawa, Japón: una razón para levantarse todos los días
Japón es uno de los países con la esperanza de vida más larga del mundo. Se estima que hay más de 50 mil centenarios japoneses. Pero la isla de Okinawa, una península ubicada al sur del país, tiene el registro más alto del país. Los ancianos llegan a vivir alrededor de 84 años y las mujeres alcanzan los 90 años. El riesgo de enfermedades cardiovasculares, demencias seniles y Alzheimer es bajísimo en comparación con Estados Unidos, por ejemplo.
Los abuelos se mantienen activos realizando actividad física a diario, conservando las relaciones sociales de por vida y nutriéndose con alimentos propios de la isla. En primera instancia, es fundamental conocer el término Ikigai, como se denomina al propósito de vida, es decir, el motivo o la razón para levantarse todos los días de la cama.
En segundo lugar, moais: un grupo de amigos que se acompañan durante el resto de la vida, con una idea de propósito en común. Esta tradición okinawense busca que la persona envejezca acompañado de alguien cercano que puede brindar un sostén emocional e incluso financiero. El contacto físico y el apoyo de los amigos es fundamental para el buen desarrollo de la salud mental.
Por último, el Hara Hachi Bu es el mantra que repiten antes de comer. Pero también es una dieta basada en vegetales, pescados y productos de la isla. Además de comer hasta un 80% de tu capacidad, es decir, una reducción calórica autoimpuesta.
Península Nicoya, Costa Rica.
Península de Nicoya, Costa Rica: tener poco y disfrutar
Este sector del país caribeño parece sobresalido del mapa. Los lugareños no conocen de lujos ni excentricidades, más bien de naturaleza, playas paradisíacas, frutos tropicales y trabajo duro en una zona que mayormente estuvo asilada del resto del país. Los ancianos de Nicoya tienen huesos fuertes y bajas tasas de enfermedades cardíacas. Mantienen una vida social activa, además de trabajar mucho y realizar deporte a diario pero de baja intensidad.
En su dieta podría estar la clave de su longevidad. Muchas frutas tropicales y las llamadas “tres hermanas” de la agricultura mesoamericana: los frijoles, el maíz y la calabaza. Este ciclo agrícola posee una combinación perfecta desde su cultivo hasta su ingesta porque aportan calcio, fibra y antioxidantes al mismo tiempo.
Pero el optimismo, la fe, la confianza y las relaciones familiares y sociales también son fundamentales para que muchos de los habitantes lleguen a viejos. Tienen poco, la vida cotidiana es dura y es obligación trabajar mucho para poder comer. Pero creen que no necesitan más de lo que tienen para vivir.
Isla de Icaria, Grecia.
Isla de Icaria, Grecia: un paraíso mediterráneo
«Uno de cada tres icariotes llega a los 90 años y tienden a vivir 10 años más que el resto de los habitantes de Europa y América», afirma el Centro Internacional sobre el Envejecimiento. Esta isla mediterránea es paradisíaca: posee un clima agradable, el agua como límite, huertas naturales y siestas a diario. La geografía hace que los desplazamientos requieran de un estado físico apto, por lo que los isleños se ejercitan de forma cotidianasin notarlo.
Pero al maravilloso ambiente se le suma una alimentación acorde. La dieta habitual de los lugareños es similar a la mediterránea: alimentos básicos como aceite de oliva, vino tinto, pescado, infusiones de hierbas, miel no pasteurizada, garbanzos, guisantes, lentejas y cantidades limitadas de carne, azúcar y productos lácteos. Se benefician con un menor índice de enfermedades cardíacas y una mejor salud mental.
Loma Linda, California.
Loma Linda, California: una comunidad religiosa
La mayoría de las Zonas Azules son islas o penínsulas. Loma Linda no lo es, pero funciona como tal. Este pequeño pueblo, aislado por la falta de contacto con otras costumbres, es el hogar de aproximadamente 9 mil seguidores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Los lugareños le dan una importancia fundamental a la fe y a sus creencias religiosas, y aquí parece estar una de las claves de su longevidad. Suelen vivir hasta diez años más que los otros habitantes de California. Pero también su estilo de vida incluye seguir una dieta vegetariana evitando alimentos «bíblicos».
No consumen cerdo ni carnes rojas, y tampoco pueden fumar, tomar café, ni beber alcohol. Su dieta incluye granos integrales, mucha agua, nueces, verduras, frutas frescas y legumbres. Se cree que la rutina de reunirse con otros seguidores de su iglesia favorece la socialización, alivia el estrés y refuerza el estilo de vida saludable.
Barbaglia en la isla de Cerdeña, Italia.
Barbagia, Cerdeña: alimentos de la tierra y respeto a la vejez
«En casi todo el mundo, por cada hombre que llega a los 100 años hay cinco mujeres que alcanzan esa edad, aquí la proporción es de uno a uno» aseguró Dan Buettner, autor del libro The Blue Zones. Queda claro, en este lugar los hombres viven más que en cualquier otro lado.
Es que, en esta maravillosa isla italiana muchos han trabajado como pastores o granjeros y en la actualidad se mantienen activos caminando varios kilómetros a diario, el ejercicio físico ayuda a mantener las articulaciones y el sistema cardiovascular joven.
También los mayores son muy respetados y forman parte vital de su comunidad. La expectativa de contribuir a la sociedad los mantiene activos. Un estudio de la Universidad de Cagliari determinó que su involucramiento es más alto que en el resto de las comunas. Son fuente de consulta permanente y ayudan en la transmisión de valores, de la historia y de la tradición local.
Pero también la alimentación tiene mucho que ver. En su día a día no puede faltar la leche de cabra (reduce el colesterol y es rica en calcio), la cebada molida, el hinojo (alto en fibra y diurético) y la infusión de cardo mariano (antioxidante y antiinflamatorio). Además consumen berenjenas, tomates y habas, entre otros productos, de sus huertas propias y beben diariamente su vino local (elaborado con uvas Cannonau) que es rico en polifenoles y favorable para la salud del corazón.
Fuente: Clarín