Maria Fernanda Ceriani es la primera bióloga argentina que fue adoptada como investigadora por la prestigiosa Organización Europea de Biología Molecular (EMBO), que incluye en su extensa lista a 90 científicos distinguidos con un premio Nobel.
Actualmente se desempeña como jefa del Laboratorio de Genética del Comportamiento del Instituto Leloir y es investigadora principal del Conicet. Se especializa en el estudio del reloj biológico que gobierna los ciclos de vigilia y descanso de los seres vivos.
Tiene un vasto currículum: ganadora el Premio Nacional L’Oréal-Unesco Por la Mujer en la Ciencia 2013, editora académica de las prestigiosa revistas PLoS Biology & Journal of Biological Rhythms y Presidente de INIS Biotech.
Nació en Ramos Mejía y después de egresar de la secundaria decidió estudiar biología en la Universidad de Buenos Aires. Ahí arrancó un viaje que muchos años después la llevarían a convertirse en un prestigiosa investigadora.
“Ser elegida por la comunidad de investigadores EMBO representa un inesperado reconocimiento a mi carrera y especialmente al trabajo de los miembros de mi grupo de investigación. Y, sin duda, nos allanará el camino para vincularnos con otros miembros de esa red”, afirma Ceriani, jefa del Laboratorio de Genética del Comportamiento de la FIL cuya línea de investigación se centra en el estudio de los mecanismos genéticos que regulan los ritmos circadianos.
Reloj biológico
La línea de investigación de Ceriani apunta a dilucidar los mecanismos genéticos que regulan el funcionamiento del reloj interno que permite a todos los organismos anticipar cambios ambientales como la sucesión de días y noches, o las estaciones del año, y adaptar así su comportamiento a estos ciclos de la forma más conveniente.
Los engranajes de ese reloj biológico lo conforman un conjunto de genes capaces de medir el paso del tiempo, y son los responsables de regular una amplia gama de procesos metabólicos, fisiológicos y comportamentales para que ocurran en los momentos más adecuados del día.
“El reloj biológico marca mucho más que los momentos de máxima alerta o la hora de irse a dormir: también regula el sistema inmune, la digestión, la temperatura corporal, la presión arterial, el funcionamiento de los riñones, la frecuencia cardíaca y los ritmos de ovulación cada 28 días, entre otros tantos ejemplos”, puntualizó Ceriani a Clarín.
La literatura científica acumula evidencia sobre la relación entre la disfunción del reloj biológico y la susceptibilidad al desarrollo de ciertos tipos de cáncer, enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, infecciones y obesidad.
«Mis proyectos de investigación no van a cambiar por mi ingreso a EMBO. Pero sí va cambiar es mi vinculación con un grupo de científicos muy valiosos con quienes espero relacionarme de una manera más fuerte. Porque hay razón para trabajar juntos», aseguró la bióloga.
Y agregó: «Hasta hora, cuando tuve la suerte de ser galardonada, me ha permitido tener el espacio para contarle a un público más grande que hace mil laboratorio. Y en esa experiencia, uno aprende un montón. La vida en el laboratorio no va cambiar con esto. Pero es seguro que nos va ayudar a conseguir financiamiento, que es principal para seguir adelante con las investigaciones».
Aseguró que lo más la entusiasma de su trabajo es tratar de analizar sus resultados que no son los que esperan. Contó que ahora está investigando los cambios en la manera de neuronas de conectarse entre sí y cómo van cambiando esas conexiones a lo largo del día.
«Queremos saber de qué manera ocurren estos cambios». comentó. También dijo que hace unos años identificaron «unos cambios mutantes con unas características muy raras que nos pusimos a descubrir qué significaban y ahora caracterizamos un gen nuevo que tiene que ver cómo las células modulan el úso de los lípidos, lo cual significa una puerta de entrada al metabolismo y por lo tanta, tiene además muchas implicancias para la salud».
A fines de 2020, el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos (NIH) decidió financiar, tras una selección de proyectos, una colaboración del laboratorio de Ceriani con científicos de las universidades de Washington y de California, en Estados Unidos. El proyecto pretende describir los cambios estructurales que las neuronas reloj experimentan a lo largo del día para regular la conectividad de la red circadiana en el cerebro adulto en la mosca Drosophila y en ratones.
“Dada las similitudes de los procesos biológicos que ocurren en el reloj biológico de Drosophila y el de los mamíferos, es de esperar que las investigaciones iluminen aspectos relevantes para la medicina humana”, manifestó Ceriani, que ha firmado trabajos científicos sobre los ritmos circadianos con Michael Rosbash, uno de los ganadores del Nobel de Medicina de 2017.
Fuente: Clarín