«Sirve para palpitar el mundial pero también es una convocatoria para jugar con los padres, los hermanos y el resto de la familia. Muchas de las actividades las pensé inspirada en actividades que hacemos en casa con mis hijos», cuenta la autora, Carolina Salvini, quien trabaja desde hace años como prensa cultural pero, además, juega al futbol de manera amateur desde hace veinte años.
«Hay una sección sobre los países y las banderas porque permitía incluir conocimientos de historia y geografía y eso es ideal para la escuela. ¿Donde queda Qatar y cuál es la comida favorita de sus habitantes? ¿En qué idioma hablan? ¿Cuál es el animal nacional?», plantea la autora sobre todas las preguntas que la sede de un Mundial puede inspirar.
A partir del prode o de un fixture mundialista y de propuestas lúdicas que apuntan a armar equipos con sus jugadores favoritos, inventar cábalas o diseñar camisetas, el libro de Salvini le propone los niños y niñas y sus familiares convertir el certamen internacional en una oportunidad para incorporar conocimientos sobre historia, geografía y deporte.
Además, los lectores pueden transformarse un rato en DT, escribir estrofas de canciones de cancha o probar cuánto saben sobre la historia de los Mundiales y la Selección nacional.
El libro editado por Planeta apunta a expandir el escenario que abre el Mundial: además, estimula la búsqueda de información sobre Qatar y habilita un espacio para sumar participantes en una apuesta a la diversión familiar o en el aula.
A partir de su historia personal, la autora también resalta la importancia de que tanto hombres como mujeres, en los hogares o en las escuelas, puedan involucrarse con el evento deportivo desde diferentes ángulos: «Cuando yo empecé a jugar al fútbol hace veinte años, me miraban como bicho raro y mi interés por el deporte y los Mundiales les hacía ruido a muchos. Por suerte, ahora son cada vez más las mujeres que juegan o se interesan y eso nos permite disfrutar a todos de estas instancias internacionales de una forma más inclusiva».