Las pirámides de Giza en Egipto son las únicas pertenecientes a las Siete Maravillas del Mundo Antiguo que aún permanecen en pie. Su grandeza refleja el esplendor de un imperio que tuvo lugar hace más de 4.500 años, cuando se construyeron, y que, en la actualidad, todavía parece ser un misterio el proceso con el que fueron edificadas. Lo cierto es que gracias a un estudio arqueológico que utilizó tecnología de punta, lograron descifrar el factor clave que hizo que existan.
En agosto del 2022, se publicó un estudio en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, con el que se halló un componente natural que ayudó a los egipcios a desarrollar estas construcciones magníficas y sostenibles con el paso del tiempo. Incluso, se desmitificaron ciertas versiones que hasta la fecha se creyeron como ciertas.
Al hablar de las pirámides de Giza, es común imaginar las rampas en sus laterales que sirvieron de camino para elevar los bloques de piedra. Sin embargo, nunca se descubrió cómo llegaron esos monolitos hasta allí.
Gracias a un análisis con ondas de radar por satélite, un equipo de arqueólogos de Egipto, Francia y China descubrieron un brazo del río Nilo que se extendía por más de 1.000 metros hacia adentro, en dirección a El Cairo y sobre la meseta de Giza.
Este ramal se bautizó como Khufu y quedó perdido en el tiempo. Sin embargo, cuando las tres pirámides [Gran Pirámide, de Kefrén y de Menkaure] se construyeron, los egipcios contaron con este canal que les permitió transportar los bloques de piedra y todos los materiales necesarios hasta el sitio en cuestión. Por ende, no los arrastraron por los 8 kilómetros que los separaban del curso de agua.
Esta investigación determinó que, de otro modo, hubiera sido imposible levantar las estructuras. La geógrafa Hader Sheisha de la Universidad de Aix-Marsella, coordinadora de la expedición, aclaró que este pequeño río llegaba hasta donde hoy se encuentran las pirámides. Además, sostuvo que el apogeo del ramal se mantuvo entre el 2700 y el 2200 a.C.
“Para edificar las pirámides, las tumbas y los templos de la meseta, ahora parece que los antiguos ingenieros egipcios aprovecharon el Nilo y sus inundaciones anuales, utilizando un ingenioso sistema de canales y cuencas que formaban un complejo portuario al pie de la meseta de Giza”, detallaron los expertos en el artículo a la vez que advirtieron: “Sin embargo, hay una escasez de pruebas ambientales sobre cuándo, dónde y cómo evolucionaron estos antiguos paisajes”.
En un segundo estudio, se examinaron restos de polen fosilizados que quedaron añadidos a las rocas. Con esto se pudo establecer un panorama sobre los cambios en los niveles de agua y hasta dónde llegaba el sistema fluvial.
El resultado de la investigación mencionada dejó en claro el conocimiento y la experiencia de los antiguos egipcios en el trazado de canales y desviación del río Nilo, asimismo de su aprovechamiento en la temporada alta, con el fin de obtener el mayor provecho para subsistir en con un clima tan árido.
A pesar de este adelanto en el entendimiento de su creación, aún quedan preguntas por responder, entre ellas, cómo diseñaron el sistema de agua propio de las pirámides y qué les permitió el acople de los bloques uno por encima del otro.
Fuente: La Nación