La esperanza de vida de un argentino es de 76,9 años, casi cinco años más que los 72 que es la media mundial, según el último informe presentado hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con las estadísticas sanitarias de todo el planeta.
Sin embargo, especialistas argentinos relativizaron el dato: «La media mundial es un dato complejo», dijo a la agencia de noticias Télam Oscar Mendiz, director de Cardiología en la Fundación Favaloro.
El médico argumentó que el informe compara países dispares como la India, «muy poblado y con un nivel de salud bajo», con naciones desarrolladas y con menor cantidad de población, como Canadá.
A nivel global, las estadísticas sanitarias mundiales (World Health Statistics 2019) publicadas por el organismo internacional, concluyeron que «entre 2000 y 2016, la esperanza de vida al nacer aumentó en 5,5 años, de 66,5 a 72 años».
Al respecto, Mendiz comentó que «la expectativa de vida aumentó porque se erradicaron enfermedades transmisibles y mejoró la calidad de vida«, pero también advirtió que, en el sistema de salud argentino, «aún queda mucho por hacer».
«Tenemos un sistema compartimentado en áreas nacionales, provinciales y municipales, que tampoco integra lo público con lo privado», consideró, y afirmó que «puede ocurrir que un paciente tenga un infarto y no reciba el tratamiento adecuado por esperar una derivación».
El relevamiento de la OMS calculó otro índice: la esperanza de vida saludable, es decir la cantidad de años que se puede esperar para vivir en plena salud (HALE, en inglés), el cual «aumentó de 58.5 años en 2000 a 63.3 años en 2016» en promedio a nivel mundial.
En Argentina, la cantidad de años vividos con plena salud es de 68,4 años, cinco más que los 63,3 que corresponden al promedio mundial.
«Para ser un país en vías de desarrollo, tenemos buena expectativa de vida», dijo Lía Daichman, presidenta del Centro de Longevidad para Argentina, una ONG internacional con estatus consultivo ante las Naciones Unidas.
Sin embargo, la especialista advirtió que «vivir más no quiere decir vivir bien», y advirtió que uno de los «factores de alto riesgo» para los adultos mayores que genera preocupación en el mundo «es el aislamiento».
«Al no tener contacto con otras personas, no acceden a servicios de salud», comentó, y consideró que esto empeora en zonas rurales por la falta de medios de transporte y porque los hijos de los adultos mayores suelen migrar a las grandes ciudades en búsqueda de trabajo.
Diferencias por sexo
Por primera vez, la OMS realizó en su relevamiento un desglose por sexo, y utilizando modelos de proyección estableció que una niña que nazca este año vivirá en promedio 74,2 años, mientras que un niño vivirá 69,8.
En Argentina, mientras tanto, se estima que una mujer vivirá 80,3 años, casi seis años más que la media mundial, y un varón 73,5, casi cuatro años más que el promedio.
Al respecto, Daichman pronosticó que «con el paso del tiempo», la expectativa de vida de mujeres y varones «se va a igualar», ya que «hoy, la mujer trabaja a la par del hombre».
Y sobre las estadísticas actuales, consideró: «(Las mujeres) vivimos más pero no vivimos bien, el estado de nutrición de las mujeres viejas es peor que el de los varones, y la mayoría de ellas viven con una jubilación menor».
Sin embargo, según la OMS, la esperanza de vida saludable en Argentina es mayor en mujeres que en hombres (70,7 versus 65,9).
Por su parte, el cardiólogo Oscar Mendiz dijo, respecto a la brecha entre géneros: «Los hombres tienen una tasa mayor de enfermedades cardiológicas, se infartan más jóvenes y, por otro lado, la prevención en cánceres ginecológicos -útero y mama- evita la muerte de muchas mujeres».
Fuente: Télam