El miércoles a la tarde, cuando el país se preguntaba si era cierto lo que se afirmaba, a Matías Gómez le sonó el celular. Era un cliente. Le contaba, llorando, que quería tatuarse a Maradona. Que lo necesitaba. Las lágrimas fueron contagiosas. Tanto que Matías se puso a revisar su agenda. Para sacar un turno y tatuarse con él, hay que esperar tres meses. Pero ese día había muerto Maradona. Y así como esa persona necesitaba tatuárselo, Matías sintió que necesitaba hacerlo.
Llamó a un hombre que tenía su turno para el día siguiente y le contó la situación. Y el cliente lo entendió. A su tatuador y al otro cliente, por más que no se conocieran. Cedió su turno, sabiendo que ahora tendrá que esperar tres meses más para tatuarse. “Por favor, hacé ese tatuaje…”, le dijo.
“Era como que no había caído hasta que me llamó el cliente -cuenta Matías-. “Lo escuché y me largué a llorar. Lo tatué mientras mirábamos el traslado del féretro al cementerio, y con las canciones que le habían dedicado de fondo. Más que un tatuaje, fue una especie de ceremonia. Todo el proceso fue muy emotivo. Fue como celebrar a Maradona, para los dos. Fue el tatuaje más emotivo en mis 20 años en el oficio”.
El tatuaje que hizo Matías el jueves, mientras trasladaban el féretro de Maradona. «Fue una especie de ceremonia», cuenta.
El cliente había pedido un brazalete del 10, pero Matías le hizo algunas propuestas más acordes a su estilo. Y ese jueves le grabó en la pantorrilla una imagen de Diego que se funde con la del Che Guevara.
La escena ocurrió en Mandinga Tattoo, de Villa Lugano. Pero desde el miércoles al mediodía se escuchan muchas historias similares en la gran mayoría de locales de tatuajes del país. “Estamos recibiendo un promedio de 15 pedidos por día para hacer tatuajes referidos a Maradona”, cuenta Maxi, el recepcionista del local. El lunes harán cuatro más. Y otros tres clientes sacaron turno para las próximas semanas, para hacerse retratos de Diego.
Una obra de Adrián Agüero, de Sudaka Tattoo Studio
Ahora son las doce del mediodía del sábado y Clarín visita Madre Tinta Tattoo, en Villa Devoto. Sergio Canceco (34) está por experimentar algo nuevo. Dice que será su primer y único tatuaje. Antes de venir, pasó por el estadio de Argentinos Juniors, como si fuera parte del ritual. Fernanda Amadori, la tatuadora, le muestra los diseños: es un 10 (de distintos tamaños) de los pantalones del Mundial 94. Se lo hará arriba de la rodilla, a la altura de los números de los jugadores.
Fernanda Amadori prepara todo para tatuarle un 10 a su cliente en la pierna, donde Maradona llevaba su número en los pantalones del Mundial 94. Foto Guillermo Rodríguez Adami
“Me enteré de su muerte por un grupo de WhatsApp. Y sentí que tenía que llevarlo para siempre. Nunca antes algo me había convencido para hacerme un tatuaje”, cuenta Sergio. Y sigue: “Le quiero agradecer porque, dentro de la cancha, nos educó a todos. Es parte de nuestro ADN. No lo vi jugar a San Martín, pero sé que estarían a la misma altura”.
Sergio Canceco muestra cómo quedó su 10, con un signo de infinito por encima. Foto Guillermo Rodríguez Adami
Fernanda cuenta que el miércoles un cliente, del shock que le produjo la noticia, decidió cortar la sesión. Lo estaban tatuando, dijo que no podía más de la tristeza y pidió irse. Otro, que tenía turno para el jueves, solicitó que le agregaran un 10 en la manga que le estaban tatuando. Entre jueves y viernes hicieron varios 10 más. O firmas.
“Todos los días llegan nuevas consultas. El problema es que noviembre es temporada alta de tatuajes. Los locales trabajamos con turnos. Los tatuajes que se hacen son a partir de turnos cancelados, o si en el local se encuentra algún tatuador disponible, entre turno y turno”, cuenta Fernanda.
“La gente todavía está dolida. Muchos no cayeron… cuando caigan, los locales de tatuajes van a ser un lío. Todos se van a querer hacer algo de Diego. Si es algo que nunca se dejó de tatuar”, explica Marcelo Marra, de Sublime Tattoo Family, mientras tatúa una firma de Maradona.
Marcelo Marra, de Sublime Tattoo Family, dice que siempre piden tatuajes referidos a Maradona y que ahora va a haber un boom. Foto Guillermo Rodríguez Adami
La primera consulta que le hicieron fue el miércoles, a las dos horas de la muerte de Maradona. Esa tarde tatuó su primer 10 de la semana. Hoy es el quinto tatuaje sobre lo mismo. Podrían haber sido más, si no fuera por la falta de turnos. Apenas pudo hacer diseños que llevan minutos de tiempo: firmas, el número 10, alguna frase. Para hacer retratos, fotos o algo más grande, hay que esperar. Y muchos clientes no quieren esperar.
Marcelo Marra preparó algunos diseños que se tatúan en minutos. Los clientes que quieren retratos, tendrán que esperar un turno. Foto Guillermo Rodríguez Adami
“Es como que la gente empezó a recordar todo lo bueno de Diego, y por primera vez se olvidó de sus macanas. Y es muy lindo trabajar así, porque son tatuajes muy emotivos, tanto para los clientes como para mí. Esto va a seguir por mucho tiempo más”, concluye Marcelo, mientras termina la firma de Diego que un hombre llevará en su espalda para siempre.
Fuente: Clarín