En mayo, la red social comenzó a probar esa teoría en Canadá y la semana pasada amplió el experimento para incluir a usuarios de Instagram en otros seis países. Como parte de la prueba, las personas en Australia, Brasil, Irlanda, Italia, Japón y Nueva Zelanda ya no podrán ver el conteo de me gusta ni de las reproducciones de video en las publicaciones de otros usuarios.
Podrán seguir viendo a quién le gustó la publicación de alguien más o quién vio su video, pero no habrá un conteo. Por supuesto, la gente aún podrá hacer un conteo manual, si quiere tomarse el tiempo para hacerlo, y los usuarios seguirán viendo la cantidad de me gusta y de las reproducciones de los videos en sus propias publicaciones.
“Estamos ampliando la prueba para tener un mayor panorama de las repercusiones de esta experiencia en la comunidad global de Instagram”, dijo Seine Kim, una portavoz de Facebook, empresa que compró Instagram en 2012.
Instagram no compartió ningún hallazgo del experimento con los usuarios en Canadá y no dijo por cuánto tiempo se mantendrá la prueba en cada país. Tampoco está claro cómo se miden los resultados.
A fines de abril, Adam Mosseri, director de Instagram, anunció en el evento anual de Facebook para desarrolladores que la prueba empezaría en Canadá.
“No queremos que Instagram se sienta como una especie de competencia”, comentó Mosseri en el evento. “Queremos que las personas se preocupen un poco menos por los me gusta que reciben en Instagram y pasen más tiempo relacionándose con la gente que es importante para ellas”.
El 17 de julio, Mosseri anunció en Twitter la expansión de la prueba.
Esta iniciativa de Instagram se presenta en un momento en el que las plataformas de redes sociales, después de años de escrutinio, están experimentando con sus métricas. YouTube modificó la manera en la que muestra el conteo de suscriptores en los canales y Twitter ya no reporta su métrica de “usuario activo mensual” a los inversionistas.
Las reacciones ante las pruebas de Instagram han sido variadas. Algunos usuarios, como el cantante Troye Sivan, apoyaron el cambio.
Sivan, un artista que vive en Australia y tiene más de diez millones de seguidores en Instagram, comentó en Twitter que estaba “feliz de que los jóvenes ya no fueran a basar su autoestima o el valor del contenido que les gusta en un número en una pantalla”.
Rozanna Purcell, una modelo en Irlanda con casi 300.000 seguidores en Instagram, también recibió el cambio con agrado.
“Me llegan muchísimos mensajes de chicas en la escuela que cuentan lo tristes que se sienten por pensar que no son suficientemente buenas porque sus compañeras reciben más me gusta que ellas”, afirmó Purcell. “La sociedad ya tiene suficientes cosas con las que podemos compararnos, así que deshacernos de las cifras solo puede ser para bien”.
No obstante, no todo el mundo está emocionado con ocultar los conteos de me gusta. Adam Liaw, un chef y escritor que vive en Australia y tiene más de 100.000 seguidores en Instagram, dijo en Twitter que cree que el cambio es un “gran error” que causará la muerte de Instagram.
“Además, creo que esta medida significa que Facebook trata de quitarles influencia a los influyentes”, dijo Liaw en Twitter. “Están viendo cómo millones/miles de millones de dólares de publicidad, que ellos quieren canalizar hacia la promoción pagada, se van directamente a los usuarios que están fuera de su ecosistema”.
Fuente: The New York Times