Sin celulares en el aula: lo que descubrieron los docentes tras aplicarse la medida en los colegios de la ciudad de Buenos Aires

En agosto pasado, el ministerio de Educación porteño tomó la decisión de restringir su uso durante las clases; qué dice la comunidad educativa siete meses después

Los celulares adentro de sobres con los nombres de los alumnos, una nueva realidad en los colegios de la Ciudad de Buenos AiresRicardo Pristupluk103

“El año pasado realizamos distintas acciones y por tal motivo hemos decidido que los alumnos dejen el celular en rectoría al inicio del turno mañana y del turno tarde”, indicó en un mail enviado a las familias del Colegio Belgrano Uno la rectora de la institución, Milú Christello, el 18 de febrero pasado, días antes del inicio de clases.

Christello destacó que la prohibición de los celulares generó cambios notables en el comportamiento de los alumnos. La decisión no fue repentina, sino el resultado de años de observación sobre el uso creciente de los dispositivos en el aula. “Cada año teníamos que modificar el reglamento porque el uso del celular se volvía más frecuente. Veíamos que los chicos lo tenían en la mano sin siquiera darse cuenta, como si fuera una extensión de su cuerpo”, explicó.

En 2023, implementaron una experiencia de bienestar digital en la que los estudiantes entregaban sus celulares al ingresar y los retiraban al salir. La medida fue un éxito, especialmente entre los alumnos de los primeros años, por lo que este año decidieron hacerla permanente. Ahora, los dispositivos se guardan en sobres dentro de cajas en rectoría, lo que ha permitido reducir las distracciones y mejorar la interacción social entre los estudiantes.

El proceso de adaptación no estuvo exento de resistencia, sobre todo entre los alumnos más grandes. “Al principio, algunos se enojaban. Sentían que les quitaban algo, pero en realidad se trataba de corregir un mal hábito”, comentó la rectora.

Alumnos del Colegio Belgrano Uno, en Núñez, guardan los celulares antes de la clase
Alumnos del Colegio Belgrano Uno, en Núñez, guardan los celulares antes de la claseRicardo Pristupluk

Para generar conciencia, el colegio organizó charlas con psicólogos y especialistas en tecnología, además de invitar a una joven de 17 años que realizó un experimento en su propio colegio: pasó dos semanas sin celular y descubrió que sus amigos se molestaban por su ausencia en los chats.

“Ese testimonio impactó mucho a los alumnos porque mostraba cómo la hiperconectividad se había convertido en una exigencia social”, señaló Christello. Además, encuestas internas revelaron que muchos estudiantes subestimaban el tiempo que pasaban frente a la pantalla y se sorprendían al comprobar que el uso real era el doble o el triple de lo que creían.

Siete meses después del anuncio de la normativa que prohíbe el uso de celulares en las aulas de la ciudad de Buenos Aires, varias escuelas y colegios del distrito comenzaron a evaluar sus efectos. Según un relevamiento realizado por LA NACION, tanto estudiantes como docentes coinciden en que la medida contribuyó a mejorar la atención en clase y la interacción social en los recreos.

La resolución N.° 2024-2075-GCABA-MEDGC (y su Anexo), firmada por la ministra de Educación porteña, Mercedes Miguel, el 7 de agosto de 2024, indicó que cada escuela debería incluir en su proyecto escolar una distinción entre los usos pedagógicos y recreativos de los celulares dentro del establecimiento.

El objetivo de la normativa es equilibrar la necesidad de prevenir adicciones y distracciones con el potencial educativo de las tecnologías digitales, así como también, promover espacios formativos para orientar en su uso seguro y responsable en todo momento de su desarrollo personal.

Según lo resuelto, en el nivel primario, los dispositivos deben permanecer guardados durante la jornada escolar, incluyendo los recreos, excepto con fines educativos y bajo las condiciones establecidas por los docentes en actividades previamente planificadas. Mientras que para el nivel secundario, los dispositivos deben permanecer guardados durante toda la jornada escolar, excepto durante las actividades pedagógicas planificadas que requieran su uso o momentos específicos habilitados por la conducción. Cada institución, en tanto, es la encargada de determinar en qué momentos y bajo qué condiciones se permite el uso de los dispositivos con fines recreativos, priorizando actividades de socialización libres de tecnologías digitales.

Una encuesta

El Ministerio de Educación de la Ciudad, a través de la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa (UEICEE), hizo una encuesta en noviembre, en la que participaron 4082 estudiantes de tercer año, 150 docentes y 40 directivos de 50 escuelas secundarias, tanto públicas como privadas.

Según el informe, casi el 60% de los estudiantes afirmó que el principal cambio que experimentaron fue prestar más atención en clase. Además, el 47,4% señaló que conversa más con sus amigos, el 41,3% indicó que se aburre más, el 22,9% manifestó sentirse más tranquilo y el 17,5% dijo que juega más con sus compañeros.

Una actividad en el Colegio Tarbut, en Núñez
Una actividad en el Colegio Tarbut, en NúñezRicardo Pristupluk

Nueve de cada diez estudiantes consultados poseen un celular propio y el 87,3% reconoció que lo utilizaba en la escuela durante las horas libres, el recreo o incluso en clase. Sin embargo, tras la implementación de la normativa, el 25,4% aseguró que el tiempo de uso de los teléfonos disminuyó.

Los docentes también perciben cambios. Ocho de cada diez encuestados señalaron que los alumnos tienen permitido el uso del celular en momentos puntuales para actividades pedagógicas, pero el 96% consideró que los dispositivos dificultaban la atención y participación de los estudiantes. Cuatro de cada diez docentes indicaron que deben interrumpir sus clases en casi todas las oportunidades debido a distracciones vinculadas a los celulares.

En el Colegio, Tarbut, en Núñez, los alumnos no pueden usar el teléfono ni en el aula ni en el recreo
En el Colegio, Tarbut, en Núñez, los alumnos no pueden usar el teléfono ni en el aula ni en el recreoRicardo Pristupluk

En el Colegio Tarbut, la rectora Elisa Leon señaló que la experiencia ha sido positiva. “Nosotros ya veníamos trabajando con el uso regulado de los dispositivos móviles y el hábito está adquirido. Los alumnos dejan el teléfono en una caja al ingresar a clase y lo retiran al salir”, afirmó.

Marilina Lipsman, directora ejecutiva de la institución, agregó que la medida permite fomentar el cara a cara y la reflexión. “Nosotros no estamos en contra de la tecnología, pero creemos en la importancia de desconectar para conectar”, explicó.

En el Colegio Belgrano Uno, en Núñez, la rectora dijo que, antes, los chicos pasaban los recreos mirando el celular y ahora se quedan conversando
En el Colegio Belgrano Uno, en Núñez, la rectora dijo que, antes, los chicos pasaban los recreos mirando el celular y ahora se quedan conversandoRicardo Pristupluk

En las escuelas públicas el impacto también es visible. Adriana Gómez, directora de la Escuela 17 del Distrito Escolar 10, explicó que antes de la normativa los alumnos debían dejar sus celulares apagados en la mochila, aunque no siempre lo cumplían. “A partir de la normativa (Resolución 2024-2075-GCABA-MEDGC) se elaboraron pautas y normas institucionales referidas al uso de dispositivos digitales personales en la escuela durante el horario escolar, tomando en cuenta proyectos educativos y características de nuestra escuela. Regulamos la utilización para lograr que el tiempo en las aulas sea de aprendizaje y atención”, sostuvo.

La directora detalló que la institución implementó una caja en dirección donde los alumnos dejan sus celulares en un lugar seguro. Además, se realizan Consejos de Aula para abordar el uso responsable de la tecnología y la convivencia digital, con el objetivo de prevenir problemáticas como la divulgación de contenido sin autorización, la violencia digital, el ciberacoso y las apuestas en línea. También se promueve la alfabetización digital y se organizan reuniones con las familias para hablar sobre control parental y conexiones seguras. “Convocamos a Familias en Comunidad, un grupo de profesionales que brindan charlas sobre convivencia escolar, ciberbullying y temas de crianza”, explicó.

“Ahora los dispositivos se guardan en una caja en dirección y solo se utilizan con fines pedagógicos. Esto lo implementamos hace años, pero siempre había chicos que no respetaban la normativa. A partir del documento trabajado con las familias y su difusión en los medios, la normativa adquirió un marco legal que fortaleció su cumplimiento. Antes, si un chico no dejaba su celular y sacaba una foto sin permiso, debíamos citar a los padres para retirarlo. Ahora, con la normativa clara, tanto familias como alumnos entienden la importancia de limitar su uso en la escuela”, destacó Gómez.

La medida del Gobierno porteño se empezó a aplicar el año pasado
La medida del Gobierno porteño se empezó a aplicar el año pasadoNicolas Suarez – LA NACION

Leonardo Buzzano, director de la Escuela 13 del Distrito Escolar 2, mencionó que en su institución la prohibición no generó mayores inconvenientes, ya que los alumnos cuentan con computadoras provistas por el Plan Sarmiento. “El hecho de que la normativa tenga un marco legal ayudó a que las familias y los estudiantes comprendieran la importancia de limitar el uso del celular en la escuela”, comentó.

Los directivos también percibieron mejoras en el clima escolar. Casi la totalidad de los encuestados (97,5%) consideró que el uso de celulares dificultaba la atención y la participación de los alumnos. El 85% aseguró que la regulación ya se implementó en sus establecimientos y el 62,5% observó que el tiempo de uso de los dispositivos disminuyó. Además, el 73,5% de los directivos indicó que los estudiantes prestan más atención en clase y el 55,9% notó que interactúan más con sus compañeros.

Si bien la mayoría de los directivos y docentes evalúan la medida como positiva, persisten algunos desafíos. El 94,7% de los docentes encuestados afirmó conocer la normativa, pero solo el 67,3% aseguró que ya se implementa plenamente en sus escuelas.

Los directivos señalaron que la medida tuvo buena aceptación entre los docentes y las familias, pero que el nivel de adhesión entre los alumnos es dispar. Mientras que los estudiantes más jóvenes aceptan la regulación con mayor facilidad, los de los últimos años todavía presentan cierta resistencia.

“Es un proceso de adaptación. No se trata solo de prohibir, sino de educar en el uso responsable de la tecnología”, concluyó la rectora del Colegio Belgrano Uno. La directora del Colegio Tarbut remarcó que el desafío no es prohibir el celular, sino enseñar su uso responsable: “No se trata de eliminar la tecnología, sino de aprender a usarla en los momentos adecuados”.

A siete meses de su implementación, la prohibición del celular en las aulas porteñas continúa siendo un tema de debate, pero las primeras evaluaciones indican que la medida ya comenzó a cambiar la dinámica escolar.

Los principales cambios observados por los docentes

  • El 56,2% de los alumnos presta más atención en clase
  • El 40,5% conversa más con amigos en la escuela
  • El 25,6% siente más aburrimiento
  • El 20,7% se muestra más tranquilo

Fuente: La Nación