En un año en el que predominó el confinamiento, el 72% de los argentinos aprovechó la cuarentena durante 2020 para capacitarse y expandir sus conocimientos y sus habilidades, según un estudio que llevó a cabo la consultora de servicios de Recursos Humanos Randstad.
El informe se basó en los resultados de una encuesta online realizada a más de 42.000 personas durante el mes de febrero último, con el objetivo de profundizar el análisis sobre la incidencia del aislamiento obligatorio en la actitud y la dedicación de la sociedad en relación a su formación.
En este sentido, el estudio arroja como conclusión que el 45% dijo haberle dedicado una mayor cantidad de tiempo a capacitarse en 2020 que en años anteriores, mientras que el 55% restante afirmó haberle destinado igual cantidad de tiempo que en el pasado.
En cuanto a las horas de estudio, el 21% de los participantes de la encuesta aseguró haberle dedicado más de 25 horas mensuales a su formación durante 2020, seguido de un 19% que le dedicó entre 16 y 25 horas mensuales, un 29% que invirtió entre nueve y 15 horas mensuales y un 31% que le concedió menos de ocho horas mensuales.
«Con la pandemia, se alteraron las rutinas, tanto en lo referido al esparcimiento y la vida social como al desarrollo profesional. El tiempo libre se volcó a hobbies, asignaturas pendientes y actividades postergadas. Este escenario, en el que la capacitación profesional recibió un impulso, se potenció aún más por las posibilidades que se abrieron a partir de una mayor oferta de formación online de calidad«, sostiene Andrea Ávila, CEO de Randstad para la Argentina y Uruguay.
FORMACIÓN PARA EL MUNDO LABORAL FUTURO
En un mercado laboral en constante transformación, a diario nacen nuevos trabajos y otros quedan obsoletos. El avance de la digitalización y la consecuente actualización tecnológica de las organizaciones demanda una mayor formación por parte de los trabajadores para mantenerse empleables. El 75% de los consultados afirmó que su trabajo requiere de una constante actualización, mientras que, en el otro extremo, el 14% considera que su empleo no existirá dentro de 10 años.
Según la investigación, el 82% siente la necesidad de capacitarse en nuevas tecnologías y el 97% disfruta del desafío de reinventarse laboralmente y adquirir nuevas skills. Sin embargo, existen distintos motivos que limitan el acceso a estudios profesionales. Entre ellos, razones económicas, falta de tiempo y balance con la vida personal, que se suman a condicionantes por parte de las empresas.
En este contexto, el estudio también reflexiona sobre la disyuntiva de quién es el principal responsable de la formación de los colaboradores para adecuar sus habilidades a las demandas de los trabajos del futuro. Frente a este interrogante, el 55% sostiene que la mayor responsabilidad recae en el trabajador, mientras que un 38% considera que es obligación del empleador preparar al personal para hacerle frente a las cambiantes tareas laborales. Por otra parte, un minoritario 7% sostiene que es parte del rol del Estado.
Al consultarles a los participantes si en su trabajo son capacitados para estar al día con las últimas tendencias, el 25% indicó recibir formación constante por parte de su empleador, el 43% afirmó recibir solo de manera ocasional y el 32% refirió no recibir instrucción de ningún tipo.
Frente a la falta de capacitación por parte de los empleadores, la encuesta de Randstad indaga en la mirada de los trabajadores en torno a la posibilidad de hacerse cargo de ello. En este sentido, el 97% de los consultados afirmó que evaluaría capacitarse por su cuenta si su trabajo lo requiriese y su empleador no le brindara el sostén correspondiente.
Por otra parte, el 98% de los participantes del relevamiento expresó que estaría dispuesto a realizar una carrera corta para alcanzar una mejora en su desarrollo profesional, mientras que el 76% de los consultados buscaría a cursar una carrera de larga duración para obtener mejoras en este plano. Asimismo, el 57% reconoció haber perdido, alguna vez, una buena posibilidad laboral por falta de conocimientos o habilidades.
«Vivimos un proceso de transición en el que los trabajadores empiezan a asimilar la velocidad de los cambios que suceden y la drástica reducción de la vida útil de las habilidades laborales. Las personas entienden que la clave de la empleabilidad está en la formación constante a cualquier edad, y en la adquisición de nuevos conocimientos», opina Andrea Ávila.
Fuente: El Cronista