Por primera vez, un equipo de cirujanos de Estados Unidos ha logrado trasplantar a un hombre con una grave enfermedad cardíaca un corazón de un cerdo que ha sido modificado genéticamente para hacerlo compatible con el cuerpo humano.
Esta operación pionera ha durado ocho horas y fue realizada con éxito el pasado viernes por un equipo de cirujanos del Centro Médico de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos. El receptor es un hombre de 57 años, David Bennett, que sufría una enfermedad cardíaca potencialmente mortal.
Es el primer trasplante de un corazón de cerdo a un ser humano que se realiza con éxito y, según los expertos, este procedimiento innovador ofrece una nueva esperanza para los cientos de miles de personas que en todo el mundo están en lista de espera para poder sustituir su corazón dañado.
Transcurridos ya tres días desde la operación, el órgano trasplantado sigue funcionando y ya ha superado la primera etapa crítica: las primeras 48 horas.
De hecho, el equipo médico espera poder retirarle ya en unas horas la máquina que ayuda al enfermo a adaptarse a su nuevo corazón y que detecta cualquier signo de rechazo o algún tipo de infección, por ejemplo por parte de un virus de origen porcino, que puede resultar de gravedad para el receptor humano.
«Crea el pulso, crea la presión, es su corazón», ha declarado al periódico New York Times el doctor Bartley Griffith, quien ha realizado esta histórica operación. Y añade: «Está funcionando y parece normal. Estamos emocionados, pero no sabemos lo que nos deparará el mañana. Esto nunca se ha hecho antes.»
Larga historia
Desde hace varias décadas, científicos de todo el mundo están trabajando para desarrollar cerdos cuyos órganos no sean rechazados por el cuerpo humano, pero este tipo de investigación se ha acelerado en los últimos años gracias a la utilización de las modernas técnicas de edición genética.
Hace un par de meses, otro equipo de médicos de Nueva York ya consiguió trasplantar con éxito el riñón de un cerdo modificado genéticamente a una persona con muerte cerebral.
En esta ocasión, el equipo de doctor Bennett decidió apostar por un tratamiento experimental, porque el paciente habría muerto sin un nuevo corazón y ya estaba también demasiado enfermo para poder acceder a un corazón de un donante humano.
Los trasplantes a humanos de órganos de animales se llaman «xenotrasplante» y ya tienen una larga historia.
En la década de 1960, se trasplantaron los primeros riñones de chimpancé a algunos pacientes humanos, pero la vida máxima de un receptor fue de nueve meses. En 1983, se trasplantó un corazón de babuino a un bebé, pero éste murió 20 días después.
Ventajas sobre los primates
Los cerdos ofrecen ventajas sobre los primates para la obtención de órganos, porque son más fáciles de criar y alcanzan el tamaño humano adulto en solo seis meses.
En esta ocasión, el corazón trasplantado a David Bennett provino de un cerdo genéticamente modificado por los científicos de Revivicor, una compañía de medicina regenerativa con sede en el estado norteamericano de Virginia.
El cerdo tenía 10 modificaciones genéticas y se desactivaron cuatro genes, incluido uno que codifica una molécula que provoca una respuesta de rechazo humana agresiva y otro para evitar que el corazón del cerdo siguiera creciendo después de implantarlo.
Además, se insertaron seis genes humanos en el genoma del cerdo donante, modificaciones diseñadas para hacer que los órganos porcinos sean más tolerables para el sistema inmunitario humano.