¿Quién dijo que las redes sociales no sirven para nada? Ayer, durante el mediodía, un usuario publicó unos dibujos de su papá. El hombre se había quedado sin trabajo y, de alguna manera, dibujar le quitaba ese malestar. Este usuario, su hijo, posteó las imágenes con la convicción de que eran verdaderamente hermosos y aunque su propio padre insistiera en que «no valen un duro», él estaba seguro que su valor era mucho más del que creía.
Toni Marco, trabajador hotelero y bloguero radicado en la ciudad española de Sevilla, es quien publicó en Twitter las obras de su padre: dibujos de ciudades en blanco y negro con sus edificios, sus autopistas, el caos cotidiano de las metrópolis. Un estilo muy marcado y efectivo. Claro: la viralización fue inmediata.
Mi padre, con 57 años, parado y expulsado del tejido laboral, hace estos dibujos cuando se aburre, todos hechos a mano, no hay dos iguales. Dice que no los vende porque no valen un duro, pero yo estoy orgulloso de él.
— Toni Marco™ ۞ (@Toni_Marco) 6 de agosto de 2019
Y me parecen una puñetera genialidad. pic.twitter.com/gi4NJkDlPb
«Mi padre, con 57 años, parado y expulsado del tejido laboral, hace estos dibujos cuando se aburre, todos hechos a mano, no hay dos iguales. Dice que no los vende porque no valen un duro, pero yo estoy orgulloso de él. Y me parecen una puñetera genialidad», escribió Toni.
Y luego, en otro tuit, escribió: «Si os apetece ver más dibujos (¡tiene cientos!) y de paso darle un susto tremendo, echadle un ojo a su Instagram y dejadle algún comentario que seguro que lo agradece». Y pegó un link a la cuenta @amarcosoriano. No esperaba mucho más que algunos favs y tal vez dos o tres retuits. Sin embargo, las interacciones llegaron de a miles.
Os cuento: he llamado a mi padre para contarle un poco la que se ha montado ¡y está flipando!
— Toni Marco™ ۞ (@Toni_Marco) 6 de agosto de 2019
Así que le he dicho que os haga caso, que os gustan sus dibujos y va a poner a la venta tanto originales como copias digitales. En su IG veréis en enlace en breve.
¡Sois geniales!
«Son brutales. Y desatan la imaginación. Felicidades al autor», le comentó un usuario. Y otro: «¡Tu padre tiene un talento impresionante!» Y otro: «Dile a tu padre que tiene estilazo y que habría gente dispuesta a comprar esos cuadros!» Y otro: «Tu padre es un artista, que se piense en venderlos, puede ser una salida laboral o ayuda económica». Así, miles y miles de comentarios, retuits y favoritos. Viralización.
Toni, sorprendido, escribió: «Pues viendo que han gustado… supongo que cuando escanee los dibujos (a ver dónde encuentro yo un escáner profesional…) se podrían subir a alguna tienda de las que me habéis recomendado. De hacerlo, lo pondría por aquí. Muchísimas gracias a todos, sois geniales».
¿Y qué dijo el padre de Toni de todo esto? «Os cuento: he llamado a mi padre para contarle un poco la que se ha montado ¡y está flipando! Así que le he dicho que os haga caso, que os gustan sus dibujos y va a poner a la venta tanto originales como copias digitales. En su Instagram veréis en enlace en breve. ¡Sois geniales!», comentó el muchacho, orgullo del arte de su papá y del fervor que causó en las redes sociales.
Toni Marco Soriano es el nombre de este artista de 57 años —se llama igual que su hijo— que ahora, gracias al poder viralizador de las redes sociales, ha encontrado una forma de vender sus dibujos. Aunque claro, no es sólo gracias a las redes y a las personas que se interesaron, también —y sobre todo— a él mismo: su arte lo vale.
Fuente: Infobae.