“El espíritu de festejo irlandés es descontracturado, es camaradería, es brindar con gente que recién conocés. Eso va en contra de las restricciones, que generan tensión. Pero igual es una fiesta”. Lo dicen en el pub Sullivan’s, en Palermo. Lo pronuncia su responsable de marketing, Jonatan Morel, mientras realiza sorteos como una forma de sumar juego y novedad a un San Patricio limitado, en pandemia.
Como todo rubro y actividad hace un año, los tradicionales festejos del patrón de Irlanda se adaptan a estos tiempos. Donde antes reinaba la excitación, la imprevisibilidad, el contacto, hoy debe imperar la restricción, la distancia, la planificación.
Límites que llegan incluso a los shows en vivo: “En nuestro bar los artistas circulan por el patio para que todos puedan disfrutar desde sus lugares”, comenta Martín Boan, dueño de Bierlife, una cervecería de San Telmo con un amplísimo patio al aire libre.
“Hay distancia social entre las mesas, cupo limitado de personas adentro. En lugar de que la gente circule por el lugar, quienes atienden se acercan a las mesas”, describe Boan.
San Patricio en una edición anterior, en Sullivan’s. Esta vez la fiesta se mudó a Palermo y San Telmo, con protocolo, límites de aforo y distancia social.
Además de menos gente, este San Patricio tuvo menos bares, incluidos los típicamente irlandeses: cerró The Shamrock en Recoleta, mientras que Downtown Matías ya no tiene su sede de Microcentro ni tampoco la de Palermo.
Reconquista pasó de ser un desfiladero de bares que estallaba en San Patricio a ser una calle más oscura incluso que las que la rodean. Bar Do Pirata y Pentos Reconquista son oasis de gente y luz en una zona deprimida y deprimente.
Una luz de esperanza llegó este mismo miércoles de la mano del pub irlandés The Kilkenny, que tras un parate de semanas reabrió sus puertas justo para la ocasión. Es el clásico de Reconquista y Marcelo T. de Alvear.
En otros barrios de la Ciudad los pubs irlandeses siguen firmes, sobre todo en Palermo, donde están dos de los más famosos a menos de un kilómetro de distancia: Sullivan’s y Sláinte, este último con casa matriz en Devoto.
Sláinte de Palermo cerró el Día de San Patricio del año pasado y conservó la verde decoración hasta septiembre, intacta. Una inversión en lámparas y guirnaldas que aprovecharán este miércoles.
Tras semanas de parate, el tradicional bar The Kilkenny volvió a abrir sus puertas para San Patricio en el Bajo porteño. Foto: Lucía Merle
“Voñvimos a adornar ambos pubs, y agregamos sorpresas y cotillón: no podíamos pasar por alto esta fecha. Pero no quisimos hacer más publicidad para evitar la aglomeración de gente. En Palermo, tuvimos clientes adentro, respetando la capacidad limitada al 25%, y también en las mesas de afuera. Sólo les servimos a quienes estaban sentados”, admite Alan Nogare, socio de Sláinte, que en irlandés quiere decir “¡Salud!”.
Lucas Lico, dueño del bar de cervezas BlueDog en Villa Urquiza, ve la de cal y la de arena. “Antes el espíritu era que el público disfrutara tanto sentado como parado. Hoy eso está restringido por la distancia entre las mesas y los límites a la circulación. Igual veo ánimo de festejo: la gente quiere salir a divertirse porque nunca se sabe cuándo estaremos encerrados otra vez”, resalta.
En Antares buscaron que la menor cantidad de público no frenara la fiesta. Por eso, pusieron el acento en lo visual y lo lúdico: personal de salón y barra vestidos para la ocasión, música en vivo, bailarines, malabaristas, magos, juegos en el local. “Siguiendo como siempre las restricciones de cantidad de clientes y protocolos, estamos haciendo algo muy parecido a años anteriores, simplemente con menos gente, y sentada”, dijeron desde la empresa.
San Patricio en una edición anterior, en Sláinte. Esta vez la fiesta se mudó a Palermo y San Telmo, con protocolo, límites de aforo y distancia social.
Sullivan’s también tuvo juegos: preguntas y respuestas, bingo, todo sea por ganarse gorras, remeras, packs de cerveza. Y, de paso, que haya un ida y vuelta. “Así la gente pudo interactuar incluso aunque estuviera en mesas lejanas. No queremos perder esos detalles”, remarca Morel.
Los irlandeses también se adaptan
El festejo de la Asociación Argentino Irlandesa Almirante Brown este año también fue al aire libre y con capacidad limitada. Arrancó en el Museo Isaac Fernández Blanco con un acto con música típica de gaita y violín y un reconocimiento a los profesionales de la salud de Irlanda y la Argentina. El actor Agustín Sullivan, que interpretó a Sandro joven para la serie de Telefe, leyó un escrito atribuido a San Patricio, el patrono de Irlanda, que murió un 17 de marzo.
“Siempre se da a conocer a nuestro patrono como si fuera el santo de la cerveza -lamenta Jorge Mackey, presidente de la Asociación-. En Irlanda se toma mucha porque es más barato producirla, pero es un poco injusto que la fecha se asocie sólo con eso. Queremos dar a conocer la otra cara de la moneda”.
Con esa idea en mente es que todos los años le entregan la distinción Gran Capitán San Patricio a quienes se destaquen dentro de la colectividad. Este año fue para el padre Tom O’Donnell, radicado en el país hace 45 años, por “su labor en la búsqueda de la verdad” sobre la llamada Masacre de los Palotinos en la Parroquia San Patricio de Belgrano. Allí, cinco religiosos fueron brutalmente asesinados en 1976 durante la última dictadura cívico-militar.
Pero incluso para la Asociación el cierre de los festejos fue con cerveza: la estrella de la noche fue la Irish Red en Rabieta, en el Hipódromo de Palermo.
Fuente: Clarín