Rápida mención a algunos de los hitos de la comunicación de todos los tiempos: el lenguaje, la escritura, la imprenta, el telégrafo, el teléfono, el fax, la radio, la televisión, la computadora, el cine, la telefonía móvil e Internet. Brevísimo resumen para entender cómo cambia la vida y los hábitos sociales de las personas y, ya que estamos, los consumos culturales. Porque si hay algo que modificó la manera en que los argentinos se vinculan con su entorno, la forma en que se relacionan con otras personas y las prioridades a la hora de elegir qué hacer cuando tienen algo de tiempo libre es Internet. Y, yendo un poco más lejos, la posibilidad de acceder a Internet desde el celular. Hay un dato relevante que se desprende de la última Encuesta Nacional de Consumos Culturales: mientras en 2013, apenas el 9 por ciento de los argentinos se conectaba a Internet a través de su teléfono, en 2017, esa cifra ascendió al 70 por ciento. Esto cambió todos los hábitos de consumo, incluidos los culturales.
Si de consumos culturales se trata, son los jóvenes de entre 13 y 24 años quienes lideran el ranking y son, además, los que están más digitalizados y también los que más invierten en ese sector, sobre todo, si se los compara con los adultos (25 a 64 años) y los adultos mayores (más de 65 años). Así, los jóvenes son quienes más van al cine (51 por ciento), a recitales (28 por ciento), bailes (64 por ciento) y carnavales (26 por ciento) y los que más leen libros, blogs y utilizan plataformas online. En contrapartida, no escuchan tanta radio -aunque sí son los que más música escuchan por otros canales-, leen pocos diarios impresos y van menos al teatro (8 por ciento).
Libros. Los jóvenes leen más que nadie, en parte porque deben hacerlo en la escuela. /ENCC
Ya no es sorpresa y basta mirar los pasillos de la Feria del Libro: los jóvenes son el segmento que más lee. El 61,4 por ciento leyó por lo menos uno en el año y esto se debe en parte a que están estudiando en la escuela, donde tienen lecturas obligatorias. “Cae la lectura de libros, pero proliferan varias actividades realizadas en Internet que implican lectura, como la participación en blogs o redes sociales. Los jóvenes son los que más leen libros, noticias en redes sociales o a través del celular (también vía whatsapp) y también son los que más leen blogs o portales de noticias”, señala el informe.
Con los resultados de la encuesta, que se hizo sobre tres mil casos en todo el país y compara los datos de los sondeos de 2013 con la de 2017, la Secretaría de Cultura de la Nación busca entender hacia dónde van los consumos y qué políticas públicas haría falta aplicar.
El celular se considera “una terminal multifunción de consumo cultural»
Para Andrés Gribnicow, secretario de Cultura y Creatividad de la Nación, uno de los puntos a desarrollar es “la creación de nuevas audiencias”para cine, teatro, música y libros y, en menor medida, para televisión. Contrariamente a la idea de que el uso de la pantalla chica disminuyó, las cifras se mantienen similares en 2013 y 2017: tenga la edad que tenga, más del 90 por ciento de los argentino mira la tele. En el caso de los jóvenes, esta práctica se combina con otra, más nueva: a la vez que miran, hacen comentarios en las redes sociales.
YouTube es una de las plataformas online más utilizadas por los jóvenes para mirar videos o escuchar música.
“El 90 por ciento de los jóvenes tiene una cuenta en Facebook y el 55 por ciento en Instagram. Mientras que el promedio pasa dos horas y 54 minutos de su día en redes sociales, los jóvenes superan las tres horas diarias: son los que más tiempo pasan en redes. Escuchan música en plataformas como YouTube, que es gratuita, o Spotify, que es paga. Con el uso extendido de Internet en el celular, todos empezamos a consumir contenidos que tienen una característica digital por su formato o porque pueden ser consumidos en simultáneo a otras actividades”, considera Gribnicow.
La expansión de Internet y las mejoras en la conectividad -velocidad y calidad- hicieron aparecer plataformas de consumo online de series, películas (desde Netflix y YouTube o servicios on demand de cableoperadores), música (de YouTube a Spotify) y hasta de teatro (Teatrix). Y también versiones electrónicas de libros. Todos consumos accesibles desde un celular, a esta altura considerado “una terminal multifunción de consumo cultural» (sirve para escuchar música, ver películas o series, leer o jugar videojuegos), una tablet o una computadora. Con la particularidad de que permite un consumo fragmentado, en partes: miro un poquito de una serie mientras viajo en colectivo o en una sala de espera o en el ascensor.
Datos de consumo cultural de los jóvenes. /ENCC
De todos modos, la encuesta arroja un dato decreciente: se redujo a la mitad el flujo de jóvenes que asisten a los museos (pasó del 22 por ciento en 2003 a 11 por ciento en 2017). “Los jóvenes, están más acostumbrados a consumir contenidos en forma simultánea: escuchar música mientras ven tele o trabajan en la computadora o viajan. Sentarse en una butaca durante dos horas o recorrer una exposición durante una hora y media no es un programa ideal para un joven del año 2017. Lo que tenemos que hacer como responsables de cultura es generar nuevas atracciones para el público joven y que puedan encontrar en el museo una caja de resonancia de sus inquietudes”, explica Gribnicow.
Datos de consumo cultural de los jóvenes. /ENCC
Y agrega: “El museo del siglo XXI es otra cosa, no es el lugar donde se conservan objetos muy valiosos que se exhiben con mucho cuidado. El museo hoy es un centro de comunidad y de construcción de ciudadanía. Igual, los jóvenes van al museo. ¿Van menos? Sí, porque tienen otros atractivos, los videojuegos, los celulares, las plataformas digitales para ver películas, series. Hay que revertir esa situación y ver cómo hacer para que los museos sean atractivos para ellos”.
El informe “Los jóvenes y los consumos culturales”, trabajo realizado por el Sistema de Información Cultural de la Argentina (Sinca), a partir de la Encuesta Nacional de Consumos Culturales 2017, se presenta este miércoles en la Casa de Victoria Ocampo. Entre los expositores, estarán Patricia Ferrante (Flacso), Eugenia Mitchelstein (Universidad de San Andrés) y Alejandro Iparraguirre (Secretaría de Cultura de la Nación).
Fuente: Clarín