Estás cruzando una calle y un auto se dirige hacia vos a toda velocidad, pero no lo ves hasta que casi te pasa por encima. Te servís un plato de comida y un rato después ves que el plato está vacío, pero no tenés ningún recuerdo de haberlo comido. Hiciste tu trayecto diario desde tu casa hasta tu trabajo, pero no te acordás nada del viaje.
¿Alguna vez te ha pasado algo así? Si la respuesta es sí, entonces sufriste lo que los expertos en psicología están denominando una «alucinación invertida».
Si una alucinación es ver algo que en realidad no existe, una alucinación invertida es no ver algo que sí existe, por ejemplo, ese colectivo que casi te atropella, esa comida que desapareció como por arte de magia o todo un entorno que te rodeó mientras viajabas.
Ya hace tiempo que los expertos en salud y seguridad advierten sobre los peligros de realizar ciertas tareas mientras nuestra mirada está clavada en el celular.
Un estudio realizado este año por la Universidad de Derby, en Reino Unido, ahora va más allá y advierte que las alucinaciones invertidas están causando problemas de salud mental.
Nuevo trastorno psicológico
«Nuestro trabajo ha identificado una nueva condición psicológica adversa que involucra tener conciencia limitada de lo que está ocurriendo en tiempo real», le explicó al programa Today de la BBC el profesor de Psicología Contemplativa de la Universidad de Derby, William Van Gordon, principal autor del estudio.
Van Gordon aclaró que la mayoría de las personas experimentan este estado en algún momento de sus vidas, pero que está emergiendo una «versión extrema» del mismo.
«Los estilos de vida modernos y el uso más extendido de la tecnología aumentan el riesgo de caer en esta condición. Hoy, como nunca antes, hay menos conciencia sobre la importancia de tener conciencia de uno mismo», advirtió el psicólogo, que antes de dedicarse a esta disciplina fue un monje budista.
«Cada vez estamos siendo más atraídos hacia afuera (de nosotros mismos) y nuestra investigación muestra que eso puede tener consecuencias de salud negativas, incluyendo problemas de salud mental», afirmó.
«Mindlessness»
Van Gordon se ha especializando en la práctica y el estudio del Mindfulness (también llamado Atención Plena), una técnica que busca traer la mente al presente, enfocándose en el aquí y el ahora.
Según el experto, las alucinaciones invertidas son provocadas por el proceso inverso al Mindfulness, que él llama Mindlessness (distracción).
El psicólogo empezó a advertir sobre este fenómeno hace años. En su libro «El guerrero atento» -que en 2018 se publicó en español- explicó cómo las alucinaciones invertidas se pueden prevenir o tratar.
A través de entrevistas, artículos y charlas, Van Gordon se ha dedicado a llamar la atención sobre el problema, que según dice, genera que las personas «se pierdan su propia vida».
El estudio de la Universidad de Derby resalta que las alucinaciones invertidas «no solo frenan el potencial humano y la calidad de vida, sino que también representan un riesgo para el bienestar de la población en todo el mundo».
Van Gordon y sus colegas advierten que el problema «aumenta la susceptibilidad a otras condiciones de salud nocivas», por ejemplo la obesidad y la adicción a las redes sociales.
El experto incluso plantea que las alucinaciones inversas podrían tener efectos sociales, haciendo que las personas tengan la mente más cerrada y se interesen menos en el contacto con otros y en conocer ideas ajenas.
Las culpables
En cuanto a lo que está causando el fenómeno, el trabajo reafirma estudios anteriores que señalan por qué son tan adictivos los teléfonos móviles. Los principales culpables parecen ser las redes sociales, que están diseñadas para atrapar nuestra atención, inciden estas investigaciones.
Desde la necesidad de coleccionar «me gusta» al scrolling (deslizamiento) infinito, todo está diseñado para retenernos frente a la pantallita.
«Frenar esa tendencia a la distracción y frenar esa tendencia a que la mente deambule requiere entrenamiento, apoyo y un cambio de estilo de vida y no es algo que se pueda arreglar de forma rápida», advierte Van Gordon.
Fuente: La Nación