Los resultados de las pruebas Aprender 2021 dejaron en evidencia los grandes retrocesos en materia educativa que sufrieron los estudiantes argentinos durante la pandemia de Covid-19, sobre todo los que pertenecían al sector socioeconómico más bajo. Por eso, el año pasado el Ministerio de Educación de la Nación incorporó una instancia extra al plan de evaluación anual para conocer qué pasó con los aprendizajes de los chicos cuando retornaron a la presencialidad escolar plena durante 2022. Así, el 23 de noviembre pasado, 123.855 alumnos de sexto grado de 3686 escuelas públicas y privadas de todo el país participaron de una prueba Aprender de carácter muestral con el objetivo de tener un diagnóstico intermedio entre la prueba de 2021 y la que se tomará este año, que formalmente se trata de un examen censal y bienal.
Los resultados, presentados esta mañana por el ministro Jaime Perczyk al Consejo Federal de Educación (CFE), fueron positivos: evidenciaron respecto de 2021 una mejora sustantiva en los aprendizajes de lengua y matemática, las dos áreas evaluadas, y en todos los sectores socioeconómicos, especialmente en lengua, los grupos de bajos ingresos y en las escuelas de gestión estatal. Los avances implican una vuelta a los niveles de rendimiento similares a los que mostraban los estudiantes antes de la pandemia.
De acuerdo con el informe, la mejora en lengua fue del orden del 41%. Esto significa que poco más de 4 de cada 10 chicos que en 2021 se encontraban en las categorías inferiores de desempeño (básico o por debajo del básico), en 2022 pasaron a los grupos superiores. En matemática, la mejora fue menor, del 6%; es decir, casi 1 de cada 10 chicos pasaron a tener resultados satisfactorios o avanzados.
“Estos resultados demuestran una reparación muy importante del daño causado durante la pandemia en todos los sectores: las 24 jurisdicciones, chicos y chicas, los tres grupos socioeconómicos, la escuela pública y la privada, y los sectores urbanos y rurales”, consideró Perczyk.
En 2021, los resultados mostraron un deterioro significativo en lengua, mientras que en matemática la caída había sido más leve. En lengua, el desempeño básico y por debajo del nivel básico fue del 44%, mientras que en las pruebas anteriores de 2018 ese dato representaba el 25%. En cambio, en matemática en términos estadísticos la variación fue menos acentuada: en 2018, el 42,6% de los chicos no alcanzaban el nivel satisfactorio y en 2021 ese número aumentó a 45,2%.
Según los resultados de 2022, hoy el porcentaje de estudiantes con niveles básicos o por debajo del básico en lengua es del 25,9%, una variación del 18,1% con respecto a los resultados obtenidos en 2021. Si se analiza solo el nivel socioeconómico más bajo, la variación fue del 33,9% y en las escuelas estatales, del 20,2%.
Con respecto a matemática, hoy el 42,3% de los alumnos tiene un nivel básico o inferior al básico, lo que representa una variación general del 2,9% con respecto a 2021. Sin embargo, si se observa solo el nivel socioeconómico más bajo la variación es del 13,7% y si se mira solo las escuelas de gestión pública, del 2,4%.
Germán Lodola, secretario nacional de Evaluación e Información Educativa, dijo que las mejoras fueron sustantivas y contundentes. “Recuperamos más donde había que recuperar más, que era el área de lengua y en los sectores de nivel socioeconómico bajo”, sostuvo. Y agregó que los resultados de 2022 se pueden equiparar a los obtenidos en 2018, antes de la irrupción de la pandemia. En la Argentina, como se recordará, la amenaza del coronavirus derivó en la decisión del Gobierno de suspender las clases presenciales.
“La mejora es transversal al ámbito de gestión, al sector de gestión, al género y al nivel socioeconómico, pero mientras que en los tres primeros la mejora es más o menos estable, en términos socioeconómicos las diferencias son mucho más importantes”, explicó Lodola.
Por su parte, Perczyk recordó que en los resultados de la prueba Aprender 2021 lo que se vio fue que los estudiantes del nivel de mayores ingresos habían retrocedido muy poco. Los del nivel medio habían mantenido el rendimiento y los socioeconómicamente pobres habían retrocedido de manera importante en sus aprendizajes, porque eran los que menos libros tenían, menos conectividad y menos posibilidad de tener lo que significa ir a la escuela todos los días. “Ahora, lo que se ve es que hay mejoras en los tres niveles, pero muy contundentemente en los chicos más pobres”, insistió el ministro.
De acuerdo con el Ministerio de Educación, esta prueba se incorporó al plan de evaluación anual para analizar qué había pasado durante la vuelta a la presencialidad plena en 2022 y, al igual que en las pruebas bienales de carácter censal, en esta instancia se evaluó de manera anónima y confidencial los conocimientos de los estudiantes en lengua y matemática e incluyó preguntas sociodemográficas.
Además, los funcionarios explicaron que la muestra utilizada para realizar esta evaluación, 123.855 estudiantes y 3686 escuelas, es representativa a nivel nacional y a nivel jurisdiccional. “La muestra representa aproximadamente el 16% de la matrícula de sexto grado y el 16% de las escuelas. Para entender la magnitud de esta prueba podemos comparar con las pruebas ERCE –Estudio Regional Comparativo y Explicativo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco)– o las PISA –Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes–, que también son muestrales. Las ERCE se hacen en 233 escuelas y las PISA en 469”, detallaron.
A pesar de los avances, Perczyk admitió que aún hay un largo camino por recorrer, ya que la desigualdad preexiste a la pandemia. “La Argentina tiene que resolver para adelante. Los chicos tienen que ir más horas a la escuela, con más libros y con docentes que tengan más capacitaciones. Hoy hay una parte de la pandemia que se reparó, pero no llegamos a nada. Hay un camino por recorrer”, dijo.
Fuente: Josefina Gil Moreira, La Nación