Martín Bueno viaja con su mente por el universo desde que tiene uso de razón. Siempre las lecturas de Ray Bradbury y Julio Verne lo acompañaron en el viaje onírico, hasta entonces, inalcanzable. Con 16 años y como estudiante de computación pudo adentrarse. Y ahora, a sus 52 y con una trayectoria en el campo de la tecnología, ya habita aquel ámbito en la realidad.
“Pensamos a Marte con los pies en la Tierra”, sentenció Martín con un tono épico. De eso mismo trata su nuevo proyecto innovador: Solar 54, un simulador –de alta tecnología aeroespacial– que una vez construido en el Parque de los Colorados, provincia de La Rioja, emulará las condiciones de vida en Marte. Es decir, el ambiente rojizo, caluroso y rocoso del norte del país será como estar en el planeta rojo.
En la actualidad, hay siete sistemas similares en el mundo –y proyectan otros que sumarán 11 en total–. Pero el de la Argentina será el único que se podrá auto-construir: su estructura, de estilo futurista por el domo de Fuller, tendrá seis nodos hechos con ladrillos triangulares de «cerámica de alta dureza». Este cemento liviano será creado por la mezcla entre la tierra riojana, aceite vegetal, calor y presión.
Solar 54 emulará las condiciones de Marte en la Tierra. Hay 11 simuladores de este estilo en el mundo.
Pero, como si fuera poco, las formas geométricas de toda la arquitectura se irán encastrando por unas «manos robóticas». Este detalle hace que Martín Bueno –como co-fundador y diseñador técnico del proyecto– cruce definitivamente la línea entre la ciencia ficción y la realidad.
Como la primera estructura del domo ocupará tan solo un cuarto de las 5.000 hectáreas que tienen a disposición, el experto cuenta: «La idea es expandirse y que el robot pueda auto-crear una ciudad de domos«.
Hasta principios de abril estuvo la convocatoria «para que los arquitectos e ingenieros interesados participen en la logística del armado». Para mitad del 2022, estiman, el complejo estará listo. Tendrá las puertas abiertas para la realización de misiones experimentales, creación de tecnología y para saciar la curiosidad de los investigadores y estudiantes del «turismo científico”.
Parque de Los Colorados queda en La Rioja y es lo más similar al planeta rojo en la Tierra.
Así, Solar 54 generará un círculo virtuoso: desde la ciencia potenciará aún más ciencia. En primer lugar, en sus laboratorios de Investigación y el Desarrollo (I+D) diseñarán nanosatélites y micro-lanzadores: «Es una gran noticia para el país porque tiene que ver con nuestro acceso al espacio. De esta forma, la Argentina podrá poner satélites en órbita de baja altura«, contó entusiasmado.
En segundo lugar, con su propia granja hidropónicase pondrá a prueba el sistema de producción de alimentos, como la albahaca y el orégano, y la inteligencia artificial monitoreará los cultivos.
«Los descubrimientos dentro de las extremas variaciones de temperatura luego podrán aplicarse en otros ámbitos, como por ejemplo, en zonas desérticas de la Patagonia o en la Antártida», detalló.
Solar 54 tendrá cultivos hidropónicos para que el día de la mañana se cosechen alimentos en Marte.
Justamente, se podría decir que la semilla que originó todo el proyecto fue hace cuatro años por SmartCultiva, una empresa de agroindustria también co-fundada por Martín.
«Estabamos avanzando en el tema de los cultivos hidropónicos y teníamos la idea de generar un pequeño domo que simulara las condiciones de Marte, pero no encontrábamos el lugar ideal para instalarlo”, reveló.
Es esencial el apoyo de los gobiernos. No se puede comprar un desierto
Martín Bueno
CO-FUNDADOR DE SOLAR 54
Fue así que llegó la propuesta del gobierno provincial de La Rioja para que lo llevaran adelante en su terreno. «Es esencial el apoyo de los gobiernos. No se puede comprar un desierto», dijo con una sonrisa incrédula.
Por eso, Bueno reitera con énfasis la importancia del trabajo colaborativo entre agentes públicos y privados. La «piedra angular» fue contar, también, con el apoyo de: el gobierno de la Nación; los organismos CONAE y CONICET, las universidades Tecnológica Nacional y la Nacional de La Rioja; y el Centro Tecnológico Espacial. Además, participaron Mars Society Argentina; SmartCultiva; y la empresa misionera FANIOT, un consorcio público y privado que tiene a Martín como parte del directorio y es «la primera fábrica argentina de NanoSensores IOT».
La maqueta del proyecto donde se observa el domo geodésico con estilo futurista.
Se podría decir que Martín Bueno ya tiene sus dos pies en Marte: uno con Solar 54 y otro con la NASA.
Antes del proyecto de La Rioja, junto a su socia Eileen Ebene crearon nanosensores para medir datos de cultivos hidropónicos, que despertaron interés en los científicos de la agencia espacial estadounidense. Con esos dispositivos –que también se lucirán en Solar 54– se miden parámetros como la humedad, el CO2 y la temperatura.
«El ingeniero argentino Pablo de León, que está desde hace 20 años en la NASA, me contactó para que estos sensores midieran el crecimiento de cultivos en Marte», contó. Así fue cómo terminó trabajando con los investigadores de la Universidad de North Dakota, Estados Unidos, y se volvieron los proveedores de la NASA para la misión Marte 2030.
«No me gustaría ir a Marte. Es algo para la nueva generación y nosotros tenemos el compromiso de trabajar e investigar”, planteó.
Siempre con un paso adelante
Martín se reunía con amigos a jugar al «Cerebro mágico», pero lejos de interesarse por ver el espectáculo de luces, a sus 11 años le interesaba conocer el funcionamiento de lo que hacían posibles aquellos destellos. Ese fue su primer acercamiento con la ciencia. Años después, fue el filme «Juegos de guerra» por el que entró en el mundo de la computación.
Martín Bueno en 1985 en su departamento del barrio de La Boca, corriendo el BBS de Los Pinos.
Como estudiante de la Escuela Técnica Otto Krause, recuerda cómo pasaba largas horas dentro de un minúsculo departamento repleto de pantallas probando e indagando su computadora y su modem. Y, así, con tan solo 16 años fue pionero a nivel nacional: en 1984 lanzó uno de los primeros BBS argentinos llamado «Los Pinos II», que 10 años después devino en uno de los principales proveedores comerciales de Internet del país.
Como un fiel impulsor del Internet, empezó a aplicarlo a la cotidianeidad (con el famoso Internet of Things, o en español «Internet de las cosas»). Así, creó en 1995 Fiera.com, el primer gran e-commcerce de Latinoamérica para la venta de productos; en 1999, el visionario eFood Corporation, una plataforma para pedir comida online como los que se conocen hoy en día; y AgTech, la empresa que hace interactuar a la tecnología con el campo. Con esta última, creó SmartCultiva y sus tecnologías que monitorean y optimizan procesos agrónomos.
No tiene límites: sus robots andan por los campos argentinos e internacionales; y ahora con Solar 54 –en un futuro no muy lejano– estarán en una superficie extraterrestre.
Fuente: Clarín