El streaming se prepara para cruzar su última y definitiva frontera antes del final del verano. Netflix acaba de confirmar para el 4 de marzo la fecha de su primera transmisión global en vivo, un especial de comedia protagonizado por Chris Rock. No será la primera vez que desde una plataforma se emite contenido en tiempo real para sus suscriptores distribuidos en todo el mundo, pero el anuncio adquiere significación especial porque se trata de un virtual regreso a los usos y las costumbres de la televisión tradicional que, al mismo tiempo, puede verse como el comienzo real de un cambio de época.
Chris Rock: Selective Outrage (algo así como “Chris Rock: indignación selectiva”) es el título elegido para este show de stand up con el que Netflix inaugura una nueva etapa y a la vez rompe con el último bastión que había levantado cuando surgió como genuina e innovadora alternativa a la TV convencional. El cambio de paradigma se produjo cuando el público comenzó a migrar hacia el streaming atraído por esta nueva opción que prescindía por completo de la publicidad y de la dependencia de los horarios fijos. La nueva TV empoderaba al consumidor y le permitía elegir cuándo y dónde ver a su antojo el programa de su preferencia sin interrupciones comerciales.
Ahora, por lo visto, el futuro también se construye mirando todo el tiempo hacia atrás. Llevada por una nueva estrategia de ampliación de su base de clientes, Netflix acaba de inaugurar en varios mercados clave de su estrategia planetaria una versión más barata con tandas publicitarias y ahora se propone romper con un tabú que se había autoimpuesto como bandera de su exitosa expansión: tendrá un lugar para las transmisiones en vivo.
No se trata por ahora de una expansión dirigida hacia el mundo de las noticias, los deportes o los acontecimientos musicales, ámbitos que por el momento no parecen interesar a la “N” roja. Ese lugar, por ahora, atrae a otros actores principales de la gran batalla cotidiana que se libra por ganar audiencia en el mundo del streaming.
Disney ya lo viene haciendo con el espacio cada vez más grande que una de sus plataformas (Star+) pone al servicio de los contenidos deportivos que en el ámbito convencional emiten originalmente las distintas señales de ESPN. En Star+ están disponibles en vivo todos los partidos de los principales torneos deportivos del mundo (Premier League inglesa, Liga española, Ligue 1 Francesa, Serie A italiana, Bundesliga alemana), además del campeonato oficial de Fórmula 1, la NBA y el Gran Slam de tenis, entre muchos otros.
Por una cuestión de derechos, la poderosa escudería deportiva de Disney se quedó al margen de las transmisiones de los partidos del reciente Mundial ganado por el seleccionado argentino, pero todo el despliegue técnico y humano de la programación local de ESPN emitido desde Qatar el mes pasado fue reproducido en vivo y en directo a través de Star+.
El deporte, lo sabemos, es el terreno más fértil que se abre a las posibilidades del streaming en vivo. Apple TV+ acaba de asegurarse los derechos de transmisión en Estados Unidos a través de su plataforma de todos los partidos de la próxima temporada de la Major League Soccer, el campeonato de fútbol de primera división en ese país. Y lo mismo ocurrirá entre nosotros con la próxima Copa Libertadores, cuya fase de grupos comienza el 5 de abril y será íntegramente emitida por primera vez en la historia vía streaming a través de la plataforma gratuita Pluto TV.
Pero el desafío mayor pasa por otro lado, y por eso se espera con el máximo interés lo que vaya a ocurrir con la experiencia piloto del show de comedia que Netflix emitirá al mundo de la mano de Chris Rock. La propia plataforma había confirmado en mayo pasado que había iniciado la fase de análisis y estudios para futuras emisiones en vivo, dirigidas sobre todo a una serie muy precisa y determinada de contenidos: reality shows competitivos, especiales de stand-up, reuniones y eventos especiales (como el reencuentro entre figuras de alguna vieja serie) y las futuras emisiones del festival Netflix is a Joke.
Chris Rock, que fue visto en la versión 2022 de este encuentro dedicado a la comedia, hará en vivo a principios de marzo su segundo especial para Netflix después de Tamborine (2018), que ya tiene una versión ampliada. En total hay ocho presentaciones de stand up suyas disponibles para los clientes de la plataforma en la Argentina. Pero la que abrirá con Rock las transmisiones en vivo de la “N” roja desde la ciudad de Baltimore tendrá una significación especial porque se hará una semana antes de la ceremonia del Oscar 2023, prevista para el 12 de marzo próximo en Hollywood.
El mundo entero no olvida que el experimentado actor y comediante fue la víctima del slapgate, el histórico cachetazo propinado por Will Smith en la última entrega de premios de la Academia de Hollywood, el 27 de marzo pasado. Rock todavía no habló del sonado episodio, cuyos ecos todavía resuenan. Pero este año, durante un show en Londres, le dijo al público: “La gente sigue esperando que diga algo sobre esa m… pero no lo voy a hacer ahora. Va a ser más adelante, en Netflix”. ¿Le habrá puesto con ese propósito al show un título como “Indignación selectiva”? Lo sabremos a principios de marzo.
Transmitir en vivo un especial de stand up no es tarea fácil. Este tipo de programas siempre necesitó la ayuda de un equipo muy competente de productores, editores y guionistas para pulir los inevitables desajustes de una transmisión en tiempo real y dejarlo listo con vistas a una impecable puesta en el aire.
Netflix, según vienen contando varios analistas y observadores de la industria, lleva unos cuantos meses trabajando en el ajuste de todos estos detalles. Tiene a favor, además, la experiencia real de varias transmisiones en vivo ya realizadas a través del streaming en vivo dentro de otro terreno igual de exigente, el de los grandes acontecimientos musicales. Basta con recorrer lo ocurrido en algunas plataformas que compiten directamente con la “N” roja.
El balance de 2022 registra unos cuantos pasos hacia adelante muy significativos dentro de este campo. En la madrugada del lunes 21 de noviembre, los suscriptores argentinos de Disney+ pudieron seguir en vivo desde el Dodger Stadium de Los Ángeles uno de los conciertos finales de la extensa gira de despedida de los escenarios de Elton John. El evento sigue disponible en esa plataforma.
Más cerca, Star+ hizo lo propio la semana pasada con el concierto despedida del año de Tini en el Campo Argentino de Polo, cierre de una experiencia abierta a fines de mayo pasado con la misma artista, pero desde el Hipódromo de Palermo. HBO Max, en tanto, acredita ya una amplia serie de recitales (agrupados bajo el título de Live On Max) de figuras de la música latina registrados en vivo: por allí ya pasaron Reik, Mau y Ricki, Manuel Turizo, Natti Natasha y Nicky Jam. Y también contó por primera vez con la emisión en tiempo real de la fiesta completa de los Grammy, que hasta ahora sólo llegaba a la Argentina a través de la televisión lineal por medio de las señales de TNT.
¿Pasará lo mismo con el próximo Oscar, cuyos derechos globales están en poder de Disney? La cuestión todavía está en pleno debate, pero ya se sabe que tanto la Academia de Hollywood como los productores de TV necesitan con urgencia alguna fórmula que le devuelva a la ceremonia más importante de la industria del cine el brillo y el rating extraviados en los últimos años. ¿Habrá llegado el momento de aprovechar el nuevo potencial que ofrece el streaming en vivo para ofrecer, por ejemplo, contenidos exclusivos de la fiesta?
Por lo pronto, la firma del ratón Mickey ya tuvo su prueba piloto a través de la transmisión por Disney+ de la temporada más reciente de su popular reality Dancing with the Stars (Bailando con las estrellas). Netflix tiene en preparación su propia versión internacional de este show, conocida como Dance 100. Y, como dijimos, quiere imponer con este tipo de programas su idea de programación en vivo.
El momento crucial llegará el sábado 4 de marzo, cuando Netflix lance al espacio su propia nave lunar en formato stand up. El especial de Chris Rock saldrá al aire a las 22, hora de Nueva York. Son dos horas después en Buenos Aires, lo que significa que en el primer minuto del domingo 5 comenzará entre nosotros esta experiencia que puede abrir un nuevo escenario para los próximos tiempos: la primera emisión en vivo y en directo desde una plataforma global de streaming, que ahora también funciona con publicidad. Mirando hacia el futuro, la TV empieza a escribir de nuevo su propia historia.
Fuente: Marcelo Stiletano, La Nación