Las mesas navideñas y de fin de año simbolizan cultura, tradición, arte culinario y placer por compartir la comida con nuestros seres queridos. Luego del confinamiento a causa de la pandemia, las reuniones se han revalorizado, impulsando la importancia de la comensalidad. Sin embargo, también son momentos en los que surgen los sentimientos de culpa y ansiedad, que muchas veces derivan en prácticas como ayunos prolongados o dietas líquidas y dietas detox ¿Qué tan recomendables resultan estas estrategias? ¿Podemos evitar la angustia que a veces generan estos festines?
“Debemos pensar que el momento de la comida es una oportunidad para compartir la mesa con familiares y/o amigos. Se pone en juego el placer y disfrute por la comida que elegimos comer sin pensar en etiquetar los alimentos en buenos y malos o pensar en que existan alimentos prohibidos. Mediante la cocina también demostramos afecto y cariño hacia los comensales, esto trasciende más allá de lo que comemos porque no comemos sólo para incorporar nutrientes. Comer es nuestro derecho y sentir placer por comer lo que elegimos es saludable, ya que lo importante es la cantidad de lo que consumimos”, destaca Florencia Salva, Licenciada en Nutrición del Departamento de Alimentación y Dietética del Hospital de Clínicas.
En cuanto a las sugerencias que podemos implementar, indica: “Tradicionalmente, las preparaciones características de las fiestas contienen mayor cantidad de calorías, con lo cual es una buena alternativa incorporar variedad de vegetales en las preparaciones con el objetivo de tener mayor disponibilidad al momento de elegir. Un ejemplo puede ser realizar variedad de ensaladas crudas y cocidas, vegetales rellenos o asados, budines de vegetales”.
Otra opción que recomienda es innovar las recetas clásicas reemplazando aderezos y fiambres por opciones saludables: “Por ejemplo, en la preparación torre de panqueques se pueden realizar los panqueques con masa de espinaca, reemplazar la mayonesa por queso untable y rellenar con variedad de vegetales: lechuga morada, lechuga francesa; rodajas de tomate, zanahoria o remolacha rallada; alternar las capas de panqueques con queso danbo magro o ricota. Otra forma es reemplazar la mayonesa o aderezos a base de crema por aderezos a base de vegetales, salsas realizadas con especias y yogur pueden ser buenas alternativas saludables”.
Asimismo, la profesional resalta la importancia de controlar el tamaño de las porciones teniendo en cuenta que el menú en estas épocas suele ser de varios pasos, ya que no sólo incluye la entrada, el plato principal y el postre, sino que se agrega la infaltable mesa dulce para el momento del brindis. “Todo esto, implica una suma de calorías que si se consume en exceso, podría superar ampliamente nuestro requerimiento diario”, advierte.
Siguiendo esta línea, señala que el exceso y salirse de la rutina habitual puede traer consecuencias como la gastroenteritis, la distensión o inflamación abdominal, náuseas y dolor de cabeza, que pueden hacer que el momento festivo se vuelva desagradable. “Comer en exceso en estas ocasiones porque se considera un ‘permitido’ no solo puede ocasionar este tipo de dificultades, sino que en enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión traen complicaciones a corto y largo plazo. Esto significa que debemos conservar cierto equilibrio en la alimentación sin caer en los extremos, tratando de pensar que no es la ‘última cena’, sino que luego de nochebuena está a la semana siguiente el festejo por año nuevo y si se ingiere comida en exceso puede ser perjudicial en ciertos casos”, precisa Salva.
Uno de los errores más frecuentes consiste en no comer durante el día o los días anteriores para hacer ingestas mayores en la cena. “No hay que olvidar que alimentarse adecuadamente implica comer de forma regular, es decir, evitar saltear comidas o realizar ayunos prolongados, ya que si se omite alguna comida, es más difícil controlar el tamaño de las porciones de la comida posterior”, indica la especialista.
A su vez, profundiza: “Las Guías Alimentarias para la población argentina sugieren consumir variedad de alimentos de todos los grupos alimentarios (vegetales y frutas; legumbres, granos y cereales integrales; leche, yogures y quesos; carnes y huevo; grasas y aceites), en cantidad adecuada para mantener un peso saludable. En pocas palabras, se debe encontrar un equilibrio entre la alimentación y disfrutar el momento de la comida; aprovechar para dialogar con amigos y familia durante la celebración; masticar despacio y saborear cada bocado”.
Respecto de hacer dietas restrictivas, líquidas o détox luego de las fiestas para intentar compensar el exceso de ingesta de alimentos, sostiene: “No son recomendables para nuestra salud. No solo que no es sano para nuestro organismo, sino que es importante que los días festivos se pueda comer disfrutando del momento festivo, así como también aprovechar esos días para compartir la mesa con familia y amigos, sin llegar a ingerir grandes cantidades ni privarse de comer algo que nos guste. Es importante también que, para controlar las porciones, se coloquen en el plato los alimentos seleccionados para evitar el descontrol de porciones.
Por último, destaca la importancia que tiene la planificación a la hora de organizar las mesas festivas. “Planificar significa pensar qué preparaciones se van a incluir en la mesa, armar un menú austero sin necesidad de mucha variedad de platos, organizar lo que traerá cada invitado, realizar las compras del supermercado teniendo en cuenta la cantidad de comensales sin comprar en exceso. De esta forma, no solo estaríamos evitando comer de más sino también reduciendo el desperdicio de alimentos y cuidando nuestra economía”, concluye la experta.