Microsoft anunció hoy que compró los estudios Activision Blizzard por 68.700 millones de dólares, el mayor monto que invirtió en una adquisición en su historia. La compañía viene de pagar 7500 millones de dólares por Bethesda, otro estudio de videojuegos, en 2020. Y el pago por Activision supera ampliamente los 26.200 millones de dólares que pagó en 2016 por LinkedIn.
Según la compañía, cuando la compra se concrete (debe ser autorizada por las entidades regulatorias de EE.UU.) Microsoft se transformará en la tercera compañía más grande del mundo de los videojuegos, midiéndolo en facturación, detrás de la china Tencent y de Sony. Y será la dueña de los títulos de Activision, Blizzard y King, con franquicias como las de Call of Duty, Candy Crush, WarCraft, StarCraft, Diablo, Overwatch, Guitar Hero o Tony Hawk, entre otras, además de absorber a 10.000 empleados (muchos de los cuales están gestionando protestas internas por las acusaciones de abuso y maltrato sexual a Bobby Kotick, el CEO de Activision).
Kotick, muy discutido por cómo manejó las acusaciones, seguirá al frente de Activision Blizzard hasta que el acuerdo sea aprobado, y luego toda la división reportará a Phil Spencer, el CEO de Microsoft Gaming, que por estos días saludaba la decisión de Sony de ofrecer un pase de juegos similar al que tiene Microsoft, llamado Xbox Game Pass, que habilita el acceso a un centenar de títulos por un pago mensual.
El Game Pass de Microsoft tiene 25 millones de suscriptores; el potencial de crecimiento está en los 400 millones de usuarios activos que Activision Blizzard tiene en 190 países, y en las tres franquicias que superan los mil millones de dólares de facturación (Call of Duty, Candy Crush y WarCraft). Según Microsoft, más de 100 millones de gamers juegan títulos de Xbox en consolas, PC y dispositivos móviles cada mes; ahora crecerá el actractivo de Game Pass con la inclusión de los títulos de Activision Blizzard en la oferta.
La duda queda, a futuro, sobre qué pasará con los juegos que “eran más de PlayStation” como el Call of Duty o Crash Bandicoot, ahora que son de Microsoft; la compañía confirmó que seguirá apostando por el desarrollo multiplataforma (como mantiene con Minecraft, por ejemplo, que compró en 2014 por US$ 2500 millones y está disponible para todas las consolas y sistemas operativos modernos), pero que también buscará tener títulos exclusivos que hagan más atractiva su propio ecosistema.
Fuente: La Nación