Después de enviudar, Enrique (78), por recomendación de su hijo, se hizo un perfil en una APP de citas y descartó un par de encuentros ya que las mujeres con las que conversó, según dijo, no les gustaba salir y no hacían planes.
«Después, encontré a la que hoy es mi pareja. No soy muy pretencioso a esta altura, nos llevamos bien, no hay discusiones, vamos juntos a todos lados, charlamos, vemos películas, en mi familia la aceptaron porque ven que estoy contento y no me siento solo”, cuenta Enrique.
Ofelia (77) conoció a un hombre por Facebook y luego de chatear durante unas semanas quedó con él para encontrarse a tomar un café.
«Como hacía cuatro años que no tenía relaciones sexuales fui a ver a mi ginecóloga. En todos estos años no había encontrado a nadie que me gustara a pesar de haber salido con varios hombres. Ella me dijo que disfrutara el momento y que me sacara los miedos y los tabúes”, expresa Ofelia.
Enrique y Ofelia son apenas dos ejemplos del universo de hombres y mujeres mayores de 75 años, viudos, solteros o separados, que se animan cada vez más a utilizar diferentes herramientas tecnológicas para encontrar una nueva pareja. En algunos casos, las relaciones incluyen sexo y en otras ocasiones predomina la idea de tener un compañero o compañera para pasar algunos momentos.
Especialistas aconsejan dejar de lado los tabúes y disfrutar. Foto ilustrativa Shutterstock.
Contra la soledad
«Hay personas de más de 70 años que tienen muchas dificultades con la soledad, es una franja etaria que viene de la cultura del matrimonio para toda la vida y que mal o bien han estado en pareja y si su compañero o compañera ya no está, buscan la forma de estar acompañados y hoy la tecnología les facilita esta cuestión”, dice a Clarín María Gabriela Simone, psicóloga especialista en sexualidad y pareja.
Muchas personas utilizan apps de citas. Algunas, en cambio, se sienten más cómodas en Facebook. En otros casos, especialmente en la ciudad de Buenos Aires, utilizan una aplicación (+Simple Comunidad) que el gobierno porteño creó en 2017 para que, entre otras cosas, favorecer los vínculos sociales entre adultos mayores.
Facebook y aplicaciones específicas son los «puentes» para el encuentro. Foto Shutterstock.
Nada se pierde, todo se transforma
«La sexualidad a esta edad tiene que ver con los besos, la dulzura, la ternura. Muchas mujeres lo hacen por diversión, para no estar solas, para tener una compañía más que para tener una relación fogosa y de pasión. Ellas se fijan mucho en las fotos de perfil y, por ejemplo, si tienen una sonrisa linda arrancan la charla y les divierte cada vez que reciben un mensaje de un hombre», dice a Clarín Vilma Rosciszewski, ginecóloga y sexóloga clínica.
Olga Tallone, psicóloga, sexóloga y terapeuta corporal, explica que la ceremonia del cortejo y la seducción al otro es una conducta que se construye durante el estadío preadolescente y durante toda la vida va tomando distintas improntas, por lo que, afirma, en la tercera edad se dará mejor, con más autoconocimiento y práctica.
«Sí, se puede hablar de relaciones sexuales concretas. Dependerá de la vitalidad espiritual, anímica y corporal. De la apertura mental para percibirse como sujeto de deseo, deseante y deseable. Y de la actitud que tomen ante los avances de herramientas (revitalizantes sexuales, píldoras, películas, audios, fantasía, imaginación) que favorecen hoy a tener una vida sexual satisfactoria», añade.
Y pregunta: «¿Por qué se supone que los adultos mayores no tendrán sexo? La sexualidad no es solo la penetración, es el vínculo, el género, la reproducción, y el erotismo. Una pareja que se conozca por estas aplicaciones ya plantea una intencionalidad de un vínculo amoroso en el que está presente la caricia, el abrazo, el beso, el contacto, el masaje; ¿Acaso no es sexualidad todo esto?»
Hace unos meses que María Amelia (75), por recomendación de una amiga, se animó a contactar a algunos hombres a través de Facebook.
«Lo primero que me fijo es en la mirada y en la sonrisa. Les escribo solamente a los que me parece que tienen cara de buen tipo y si veo que suben fotos en pose o al lado de un auto de alta gama me da la sensación de que es una persona superficial y eso no me gusta», cuenta María Amelia.
«Buscan personas divertidas, que les hagan olvidar el estrés cotidiano. Por eso se fijan en la sonrisa. En esta edad tienen mucho miedo del contagio de infecciones, pero todavía más que les duela la penetración por la sequedad vaginal. Que te manden un mensaje, que te pregunten como estás, en el día a día, es una compañía», dice Rosciszewski.
«No buscan tener sexo en la primera salida, prefieren ir a una café y en el día, no a la noche. Pueden pasar varias citas, con diferentes personas hasta que encuentran uno con el que tienen piel», precisa.
Simone, no obstante, destaca que en algunos casos en el inicio de estas relaciones se da una vida sexual más activa que con las antiguas parejas.
El «match» moviliza, dice Simone. Foto ilustrativa Shutterstock.
«La llegada del match o del mensaje moviliza generando sensaciones muy lindas, que las conecta con su juventud, las hormonas que producen bienestar se disparan, se sienten alegres y un tanto ansiosas», apunta.
Las charlas suelen arrancar por la zona en la que viven, cuenta. «Después, se amplía en relación a las cosas que les gusta hacer a cada uno, costumbres, si hay familia, si viven solos, cuánto hace que no tienen pareja, etc”, ejemplifica.
Para quienes no tienen relaciones sexuales, los vínculos en esta etapa de la vida se basan en momentos compartidos. Suelen caminar por plazas, toman mate, salen a tomar el té, van al cine y cuando no había pandemia disfrutaban de las actividades de los clubes para jubilados, haciendo algún deporte, salidas al aire libre, juegos de cartas y hasta fiestas con bailes.
«Según mi experiencia de consultorio las mujeres no se emparejan tan fácil y pueden convivir más con la soledad, tienen varios encuentros hasta que encuentran alguien con quien armar algo», señala Simone.
«Una paciente me decía -recuerda-: ‘A esta altura yo no le voy a lavar los calzones a cualquiera, voy a estar con quien me trate bien, seamos compañeros y hagamos las cosas los dos y de forma pareja.’»
Fuente: Clarín