Imagen de portada: Gigi Hadid.
El ‘glamour dorado’ definió el exceso de la moda norteamericana entre 1870 y 1890 y ha sido el código de vestimenta impuesto por la todopoderosa Anna Wintour para la Met Gala 2022, su excéntrica fiesta de disfraces. Anecdóticamente, este código responde a la segunda parte del anterior, que tuvo lugar el mes de septiembre y que celebraba el valor de la moda norteamericana bajo el lema “In America: A Lexicon On Fashion”. Un hilo conductor muy, como se diría al otro lado del Atlántico, “american style”.
Sobre la alfombra roja del Museo han desfilado las personalidades más reconocidas de la industria, aquellas que según su anfitriona merecen una mención destacada, ya sea por su estilo, por su reputación u ambas. Blake Lively, Katy Perry o Kim Kardashian son unas veteranas, a diferencia de Sidney Sweeney, estrella de Euphoria, Bad Bunny o la misma Kourtney Kardashian, que asistían por primera vez a la gala.
Como era de esperar, todos los ojos estaban puestos en la vestimenta de los invitados, algunos más acertados que otros a la hora de elegir su look triunfal. Sin más dilaciones, estos han sido los vestidos más extraordinariamente “locos” de la gala Met 2022:
Blake Lively de Atelier Versace
La intérprete tenía la responsabilidad de estar a la altura de su papel de coanfitriona de la gala y asumió el reto como solo ella saber hacer, a lo grande, vistiendo un impresionante diseño de Versace que a su llega a la escalinata se transformó y cambió de color.
Un vestido repleto de simbología: “Para inspirarme me fui a Nueva York para observar toda su arquitectura, los grandes edificios. El traje representa el Empire State Building y la con la corona quise hacer un tributo a la Estadua de la Libertad y a los edificios más famosos de Manhattan”, dijo Lively a The Cut.
Janelle Monae de Ralph Lauren
“El glamour dorado es el tema de la gala Met de este año y diría que (mi atuendo) es un glamour dorado, que viene directamente del futuro”, bromeó Monáe. La artista eligió un vestido brillante, de cuello halter y con la espalda descubierta que contaba con una capucha que cubría toda su cabellera, un complemento que se ha convertido en su seña de identidad.
Elegir a Ralph Lauren para que la vistiera fue una elección sencilla para Monáe, que elogió a la marca por como “siempre dieron un paso al frente, me abrazaron y me ofrecieron sus trajes cuando ni siquiera podía pagarlos. Trabajar con ellos en esto incluso hace este momento más especial”. El vestido representa la atemporalidad; pasado, presente y futuro.
Kim Kardashian de Jean -Louis
Como si interpretara el film Los caballeros las prefieren rubias, Kim Kardashian se puso en la piel de Marilyn Monroe con el famoso vestido brillante con el que cantó “Happy Birthday” al Presidente John F. Kennedy en su 45 aniversario.
Para conseguirlo se tiñó de rubia. “Me he pasado todo el día tiñiéndome el pelo. Unas 14 horas seguidas”, ha dicho a Vogue.
Lo más impactante de toda la historia es que el traje que llevó Kardashian corresponde al traje original que llevó Monroe y que posteriormente se subastó por 4,8 millones de dólares. La empresaria también explicó que cuando le llegó el vestido no se ajustaba a su talla, de manera que tuvo que hacer una dieta muy restrictiva durante varias semanas para poder entrar en el vestido. “Era eso o nada”.
Cara Delevingne
La modelo británica resultó ser una de las invitadas más impactantes de la alfombra roja. Delevingne, que acudió al Museo Metropolitano con un traje rojo de satén, se quitó la americana nada más pisar la escalinata y mostró al público su particular obra de arte: un body painting.
La también intérprete no mostró ningún pudor a la hora de mostrarse semidesnuda con unas pezoneras doradas y el tronco superior adornado por un collar a modo de arnés en oro metálico.
Cardi B de Atelier Versace
Acompañada de Donatella, la artífice del diseño, la rapera Cardi B se vistió de oro para deslumbrar a todos los presentes. Un traje ceñido firmado por Atelier Versace cubierto por cadenas y monedas de oro, combinado con unos guantes a juego, recreaban un retrato a la italiana del ‘glamour dorado’ hollywoodiense.
Sarah Jessica Parker de Christopher John Rogers
Sarah Jessica Parker, una veterana de la gala Met, volvió a dar en el clavo en su elección. Un vestido palabra de honor con estampado a cuadros bicolor de Christopher John Rogers inspirado en el trabajo de Elizabeth Keckley.
Tal y como ha explicado Jessica Parker en una entrevista a Vogue, se trata de una mujer que nació esclava pero que terminó vistiendo a la primera dama, Mary Todd Lincoln. La intérprete volvió a lucir uno de sus característicos tocados de Philip Treacy.
Alicia Keys de Ralph Lauren
Empire State of Mind, el último trabajo de Alicia Keys ha inspirado el look de la cantante, firmado por Ralph Lauren, uno de los diseñadores más laureados -y queridos- de la noche. Un look inspirado en la estatua de la libertad compuesto por un vestido de corte sirena asimétrico metalizado combinado con una impresionante capa negra de grandes dimensiones estampada con los principales rascacielos de Nueva York.
Mención aparte para el peinado. Un impresionante recogido con una larga trenza adornada por esferas plateadas como si se tratase de pequeños satélites que giran alrededor de un planeta extraordinario llamado Alicia Keys.
Jared Leto y Alessandro Michele de Gucci
Quizás no sería el más acertado en cuanto a la temática, pero sí merecía un puesto destacado en esta lista por la gran nota de humor. Jared Leto hizo realidad una de las peores pesadillas que podrìa tener cualquier estrella que acuda al Met: ir vestido completamente igual que otro invitado.
Junto a su gran amigo Alessandro Michele, director creativo de Gucci, acudieron con el mismo conjunto, creado por el diseñador italiano, los mismos accesorios y hasta el mismo peinado y corte de pelo.
Fuente: La Vanguardia