A la frase hecha, esa que dice que los jugadores llevan a la selección en la piel, los argentinos la hicieron realidad en forma de tatuaje. Tras la conquista de la Copa América de 2021 en el Maracaná, muchos de los futbolistas argentinos grabaron, con distintos motivos y diseños, el trofeo en su cuerpo. Pero hay razones escondidas detrás de esas elecciones. Algunas de ellas insólitas, divertidas, y otras inexplicables… Mientras el desarrollo de Qatar 2022 genera nuevos motivos que terminarán dibujados en los cuerpos de los futbolistas, aquí algunas de esas historias.
Nicolás Tagliafico, uno de los que más bajo perfil tiene en ese rubro, dio a entender en un posteo en redes sociales que se había tatuado la Copa, para cumplir con una promesa. Aunque no mostró en qué lugar lo hizo. Apenas pasaron 16 meses de la conquista continental y ya fueron ocho los jugadores que mostraron sus nuevas “adquisiciones”. Además del defensor de Olympique de Lyon, otros que subieron fotos con la Copa América tatuada fueron Ángel Di María, Papu Gómez, Cuti Romero, Nahuel Molina, Rodrigo De Paul, Lisandro Martínez (y el desafectado Giovani Lo Celso).
Pero si de promesas por el icónico triunfo en el Maracaná se trata, tal vez una de las más curiosas sea la del presidente de la AFA, Claudio Chiqui Tapia, que en una entrevista con el nuevo emprendimiento AFA Estudio contó la historia de un tatuaje peculiar.
Por la pandemia de Covid-19, la selección ya había ingresado en la burbuja. Una medida que la organización exigía para poder llevar a cabo el certamen de manera segura.
Aislados y con mucho tiempo, se encontraba Tapia en una reunión en la utilería del predio de la AFA, en Ezeiza, junto con el encargado del lugar, Juan Cruz Souto, y otros cinco empleados que habitualmente acompañan a la selección.
El utilero tenía un muñeco de Chucky, el personaje de ficción en el cine. Le dijo a Tapia: “Jefe, este muñeco me trae buena suerte”. El presidente lo contradijo. “¡Pero si es un muñeco maldito, ¿cómo va a traer suerte?!”.
Souto le explicó: “A mi hijo le dicen Chucky, y yo lo llevo a todos lados”. Entre bromas, ese día todos prometieron que si la Argentina se consagraba campeón de la Copa América 2021, se tatuarían la imagen de Chucky… y tuvieron que cumplir.
Tapia, que no mostró el dibujo que se hizo, aseguró que lo tiene en el muslo izquierdo y que el muñeco lleva su tradicional cuchillo en una mano y la Copa América en la otra.
El insólito juego de cartas
A Rodrigo De Paul no le queda mucho espacio para sumar tatuajes. El mediocampista tiene un inmenso tigre en la espalda. También tiene el recuerdo de Osvaldo, su abuelo, que lo acompañaba en sus comienzos en los clubes de baby fútbol en Sarandí. Sus padres se separaron y no vio con frecuencia a su papá, Roberto, por lo que él fue su figura paterna más fuerte. “Para siempre en mi corazón 04-03-09″, se tatuó el día que Osvaldo murió. Y explicó: “Mi ejemplo a seguir fue mi abuelo. Yo vivía con él, prácticamente. Estábamos todo el tiempo juntos y lo admiraba. Me dejó el legado de que hay que afrontar los problemas y la vida siempre con una sonrisa y con energía positiva”.
Hace unos meses, De Paul fue el que abrió la puerta a un increíble juego de cartas. Varios jugadores tienen tatuadas representaciones de las barajas españolas. “Tengo tatuada una carta, pero es algo del grupo. Debería hablarlo con ellos para saber si puedo revelarlo. Es una historia que en algún momento hay que contar… Si la cuento, mucha gente se pondrá a llorar, es impresionate”, aseguró mientras instalaba el misterio.
Un misterio que se develó un par de semanas antes de empezar el Mundial, con un documental de Netflix. Lionel Messi inició el relato: “Estaban boludeando Papu (Gómez) con Rodri (De Paul), a ver si adivinaban la carta”. Y Sergio Agüero continúa: “Los vi y les dije: ‘¿Qué hacen boludos?’, porque las ideas boludas las tienen siempre el Papu y Rodri”.
Papu Gómez, el “ideólogo” del pasatiempo en una larga concentración durante la Copa América, dio más detalles. “Si adivinás una carta de diez, ganamos la Copa. Empiezo a tirar y no acertaba hasta que me toca la última. Digo ‘ancho de basto’ y le pego. Quilombo, gritos, abrazos, ‘¡Ganamos la Copa!, ¡Es esta!’. La energía, el aura…”.
No terminó con el mediocampista de Sevilla. Siguió Di María. “La primera que tiré le pegué y era el seis de basto. Parecía un gol, se me tiraban todos encima, era una locura”.
Vuelve al relato Papu Gómez: “Entonces le toca el turno a Otamendi… Lo mismo, le pega: 7 de espadas. Después le toca a Leo. Va tirando cartas y le fue errando. Él había perdido cuatro finales con Argentina. Claro: cuatro copas”.
Entonces, cuando ya quedaban pocas chances, Messi predice una muy especial, y sale. “El 5 de copas me tocó a mí”, dice el crack rosarino entre risas. Y agregó: “Me lo voy a hacer”. Y se sabe que esas promesas, en este equipo, se cumplen.
El “mapa” de Messi
Justamente uno de los que más tatuajes tiene es el capitán, Lionel Messi. Si bien nunca profundizó acerca de ellos, al ser uno de los hombres más fotografiados del mundo, se pudo conocer bastante, aunque no en todos los casos los motivos por los que se los hizo o sus significados.
Algunos de los que se pueden ver habitualmente son, en el brazo derecho, un rosario, unas llamativas flores de color naranja, una flor de loto de color rosa, un ojo, un reloj y el rostro de Cristo.
En el antebrazo izquierdo, además, tiene una corona de rey, un tatuaje que comparte con su pareja, Antonella, que lleva una corona de reina.
En la pierna izquierda, tenía una figura alada y una daga. Pero la cubrió completamente de negro, hasta la rodilla y ahora sólo puede verse el número 10, una pelota y las manos de su hijo Thiago.
En la pierna derecha tiene las fechas de nacimiento de sus hijos y de su esposa. En la espalda, lleva el rostro de su mamá, Celia, el primer tatuaje que se hizo, y justo debajo de la cintura, un beso en color rojo.
Además, en 2017, se tatuó en el lugar donde lleva el anillo de casamiento la fecha de la boda, en números romanos: XXX-VI-XVII. Ahora, claro, sólo falta el 5 de copas.
Los riesgos y los tiempos de recuperación
Para un deportista, llevar un tatuaje puede representar un riesgo. Porque la confección demanda, también un tiempo de recuperación. Y, por más que se realicen todos los protocolos de cuidado necesario, las posibilidades de infecciones durante la curación de la epidermis son grandes.
En ese aspecto, una polémica se disparó por el último tatuaje que se hizo Leandro Paredes, apenas llegado a Juventus desde PSG.
El mediocampista acudió al profesional italiano Valentino Russo, reconocido en su país, para tatuarse dos enormes dibujos en el pecho. Sobre el sector derecho se hizo un niño con la camiseta número 5, una pelota en la mano y la Bombonera de fondo, mientras que en el pectoral izquierdo agregó una imagen con dos chicos de espalda, tomados de la mano en una playa con un sol radiante.
Como la nena que se ve en la figura es un poco más grande que el nene, muchos lo relacionaron inmediatamente con la relación que tiene con su esposa, Camila Galante. Él mismo contó la historia de amor entre ambos en una entrevista a principio de año. “El hermano menor de Camila jugaba conmigo en Boca y yo iba mucho a su casa cuando tenía 7 u 8 años –indicó-. Le decía a todo el mundo que ella iba a ser mi novia, que nos íbamos a casar. Nos pusimos de novios cuando yo tenía 14 y ella 16, y hace 12 años que estamos juntos”. Y abundó en detalles, entre risas: “Me hice un tatuaje con el nombre de ella mucho antes de ponerme de novio. Estaba loco”.
Vale decir que ambos tatuajes fueron efectuados en una etapa de inactividad, en plena recuperación por la lesión que sufrió a poco tiempo de llegar a Juventus. Pero eso no impidió que algunos medios calificaran su actitud como irresponsable.
Las series de Otamendi
Otamendi, en cambio, tiene menos motivos sentimentales y desplegó en los grabados en la piel su pasión por las series. Su espalda es prácticamente un catálogo de Netflix o de Amazon. Tiene tatuados a los actores Cillian Murphy (en el papel de Thomas Shelby, en Peaky Blinders), Bryan Cranston (Walter White, en Breaking Bad), Wentworth Miller (Michael Scofield, en Prision Break), Andrew Lincoln (Rick Grimes, en The Walking Dead) y Travis Fimmel (Ragnar Lothbrok, en Vikings).
Dibu Martínez tenía a su familia en la espalda. Mandinha Martínez, su esposa, que es portuguesa, y a su hijo, Santiago. A su hija Ava, que nació durante la Copa América, la incorporó más tarde.
Y Papu Gómez, fiel a su comportamiento extrovertido y divertido, no sorprendió cuando dejó ver uno insólito. En febrero pasado, en el partido con Colombia que la Argentina ganó por 1 a 0 por las eliminatorias sudamericanas, al retirarse de la cancha se bajó las medias para ponerse hielo en las piernas y se pudo ver un tatuaje de Olaf, el muñeco de nieve de la película Frozen con una copa de vino, demás de otro personaje de ficción: Oliver Atom, del animé Supercampeones. También tiene un mapa de la republica argentina y un elefante.
Lautaro Martínez lleva un toro en la muñeca izquierda, por su apodo; también lleva rosas, un rosario, los nombres de sus y sus hermanos, y la Virgen de Luján.
Insólitos, divertidos o alocados. El espíritu de este grupo se lleva en la piel. Tanto como la camiseta celeste y blanca. Doha, seguramente tendrá nuevas promesas. Un país esperan que se cumplan.
Fuente: Juan Manuel Trenado, La Nación