Empieza con un estornudo y tal vez una congestión nasal. Uno piensa que es alergia o un simple resfrío y no que pueda ser coronavirus, porque los síntomas no coinciden con las señales específicas y a veces inequívocas de Covid-19: dolor en las articulaciones, fuertes accesos de tos, fiebre o escalofríos, y la temible pérdida del gusto o el olfato.
Pero con la variante ómicron —que ahora en Estados Unidos es dominante y que contagia por igual a vacunados y no vacunados—, los expertos de salud advierten que los síntomas que antes ayudaban a diferenciar entre un resfrío, la gripe común y el Covid-19 ya no son tan efectivos.
Emily Landon, epidemióloga en jefe de enfermedades infectocontagiosas de la Escuela de Medicina de Chicago, dice que hace una evaluación de riesgo antes de viajar o de reunirse con personas, o hacerse un test de coronavirus en función de los síntomas “ya no va a servir”.
Lo que complica las cosas es que las sociedades hartas de la pandemia tienen que revisar una vez más lo que creían saber sobre el coronavirus. Los expertos de salud dicen que los cuadros y las infografías que asocian algunos síntomas con un virus u otro en particular y que son muy populares en las redes sociales pueden haber sido útiles en un momento, pero que ahora, con la aparición de ómicron, quedaron obsoletos.
“El problema de esas infografías es que la gente las mira y ve lo que quiere ver. Es como leer el horóscopo y decir: ¡Es justo lo que me está pasando!”, dice Landon. Los cuadros y gráficos de síntomas pueden hacer que la gente llegue a conclusiones erróneas, como creer que sus síntomas solo se ajustan a la categoría de un resfrío común, y no al coronavirus. “Se llama sesgo de confirmación”, dice Landon.
En esta época de predominio de la ómicron, los síntomas del resfrío, la gripe o el Covid-19 se superponen en varios aspectos, con la excepción de la pérdida del gusto o del olfato, que sigue siendo específica del Covid-19.
“Ahora los síntomas son como un diagrama de Venn, donde todos los círculos se superponen”, dice Landon.
A título anecdótico, Landon sabe que cada vez son más los pacientes con estornudos, congestión nasal y dolor de garganta –”cosas que parecen más asociadas a un resfrío común”– que dan positivo para la variante ómicron de Covid-19.
Factores que confunden
En comparación con la evolución de la pandemia durante el año pasado, aparecieron un puñado de factores que contribuyen a confundir los síntomas entre virus –incluidas las características de ómicron–, la forma en que se presentan los síntomas en las personas ya vacunadas, y el aumento de casos de resfríos y de gripes.
A diferencia de las variantes anteriores, como delta, la ómicron prefiere las fauces —nariz y boca— y el epitelio respiratorio superior. “Es más probable que cause mocos, estornudos y congestión nasal”, dice Landon.
Justamente porque son tan leves, en particular entre las personas vacunadas, los síntomas de la variante ómicron pueden hacer que la gente crea erróneamente que solo está resfriada, y que no se le ocurra que es portadora de una variante supercontagiosa del coronavirus.
“Ahora es mucho menos probable que los vacunados que tienen síntomas de un resfrío común se aíslen en su casa, y como siguen circulando, pueden contagiarle el virus a personas que sí pueden enfermarse de gravedad —dice Landon—. Ahora la diferenciación del riesgo parece bastante importante”.
Los datos preliminares del mundo real recopilados en el Reino Unido revelan que las personas contagiadas con la variante ómicron tienen casi el 60% menos probabilidades de ser internadas que las personas contagiadas con la variante delta. Sin embargo, aunque los datos preliminares parecen señalar que ómicron sería menos peligrosa que delta para las personas no vacunadas, su velocidad de propagación representa una amenaza significativa para los grupos vulnerables.
“Se van a enfermar muchas personas, así que en los hospitales habrá mucha gente con Covid largo y con consecuencias a largo plazo”, dice Landon.
En comparación con el invierno boreal pasado, este año hay más resfríos y casos de gripe común, lo que dificulta saber quién tiene Covid y quién se pescó otra peste. Los datos más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) muestran niveles de moderados a altos en “actividad” gripal en todo Estados Unidos.
La gripe estacional en Estados Unidos va en aumento, incluidos los indicadores de ocupación de hospitales, según el Reporte de Monitoreo de la Gripe de los CDC de la semana que concluyó el 11 de diciembre. Los casos de gripe están creciendo sobre todo en el este y centro de Estados Unidos.
“Creo que la gente circula más que hace un año” dice Philip J. Landrigan, pediatra, médico sanitarista y epidemiólogo del Boston College, y explica que por eso la gripe y el resfrío están volviendo a subir a sus niveles prepandémicos.
Landrigan agrega que las personas que quieran ser conscientes y responsables para no introducir el virus en su hogar o contagiar a personas vulnerables, deberían testearse sin importar si tienen o no tienen síntomas.
“Ahora la razón para testearse es uno mismo, para tener tranquilidad de consciencia, pero es todavía más importante en caso de juntarnos o tener contacto con personas pertenecientes a los grupos vulnerables —dice Landrigan—. En ese caso ya no tiene que ver solamente con uno mismo, sino con proteger a los que nos rodean.”
En cuanto al testeo en particular, Landrigan dice que el hisopado nasal sigue siendo el mejor método, ya sea para determinar si tenemos gripe, resfrío o Covid-19.
“Para sacarse la duda, mejor testearse y listo.”
(Traducción de Jaime Arrambide)
Fuente: Kim Bellware, La Nación