Los seis hábitos secretos de la neurociencia para aprender más rápido en época de exámenes

Una científica explica los trucos para estudiar y acordarse de todo fácilmente.

Siempre que tenemos que rendir algún examen sabemos lo importante que es poder aprender de forma rápida y eficaz. Tener una técnica para poder lograrlo también nos puede ayudar a tener éxito en el trabajo y ser más brillantes en nuestras relaciones sociales.

Si bien se da por hecho que sabemos estudiar y aprender rápidamente cualquier texto que tengamos enfrente, algunas veces, no es tan así, ya que, ni todos los cerebros funcionan igual, ni siempre tenemos el mismo nivel de aprendizaje.

Hay diferentes lugares donde se puede estudiar. (Foto: Adobe Stock)
Hay diferentes lugares donde se puede estudiar. (Foto: Adobe Stock)

La neurocientífica australiana Lila Landowski explica que cada uno de los 86 mil millones de neuronas del cerebro tiene un cono de crecimiento que nos puede ayudar, pero tenemos que entrenarlo y dijo que, cuanto antes, mejor. “Ni Serena Williams ni Beethoven nacieron con sus habilidades: empezaron a los cinco años y practicaron mucho”, señaló.

Los seis puntos que podemos poner en marcha para mejorar la forma de aprender

  1. Prestar atención. Según la experta, la atención es una función importante y ejemplificó: “Si en este momento cerramos los ojos y nos concentramos en el contacto de los pies con el suelo, nos daríamos cuenta tal vez de la textura de las medias y no éramos consciente de nada de eso hasta hace un segundo. Los estudios demostraron que cuando estamos completamente concentrados en una tarea, es mucho más probable que retengamos esa información, especialmente a largo plazo”. También recomienda usar el teléfono menos y hacer ejercicio porque esto puede aumentar el tamaño de la parte del cerebro involucrada en el aprendizaje y la memoria. “Solo 20 minutos de ejercicio moderado mejorará tu atención durante aproximadamente dos horas. Por eso, antes de un examen sería muy recomendable hacer algo de ejercicio. Subir y bajar escaleras corriendo o caminar a paso rápido durante 20 minutos bastaría”, dijo.
  2. Estar alerta. Para lograrlo, anima a poner en marcha nuestro sistema nervioso simpático, que ayuda a liberar adrenalina y noradrenalina. Estas hormonas ayudan a activar nuestra vigilancia. También hay técnicas que nos ayudarán. “Puedes terminar tu ducha con un chorro de agua fría”, comenta, pero también sentarse a aprender después de haber añadido a nuestra rutina algún pequeño factor estresante. Ello mejora el aprendizaje. Pero, aclara que “con estrés prolongado o crónico, nuestro cerebro cambia físicamente y causa problemas con el aprendizaje y la memoria”. Otra opción es ingerir bebidas con cafeína mientras que está contraindicado comer mucho antes de ponerse a estudiar. Y recuerda que “cada 90 minutos, entramos y salimos del estado de alerta máximo”. Aprovecha justo esos intervalos para estudiar con máxima concentración.
  3. Dormir. “El sueño cumple funciones realmente importantes”, afirma Landowski. Por ejemplo, restablece nuestro sistema inmunológico, nuestro metabolismo y nuestro control emocional. Pero también elimina los desechos que se acumulan en nuestro cerebro a lo largo del día. “Además dormir bien es fundamental para la consolidación de la memoria. Es decir, para convertir los recuerdos a corto plazo en recuerdos a largo plazo”, señala. Por eso, no recomienda darse atracones de estudios durante toda la noche. Mucho mejor, priorizar el sueño y garantizar que tu cerebro estará de tu parte para mejorar tu aprendizaje.
  4. Repetir. No se trata de repetir curso, sino de seguir el refrán que dice que la práctica hace la perfección. “La repetición es clave a la hora de aprender”, subraya y dijo que, de la misma forma que el ejercicio desarrolla los músculos, los patrones repetitivos de pensar o hacer cosas refuerzan las conexiones en el cerebro asociadas con recordar y aprender. “Repite lo que estás intentando aprender tantas veces como puedas durante ese período de aprendizaje y utiliza la técnica del espaciado. Sabemos que dos períodos de aprendizaje más cortos en días diferentes darán como resultado un aprendizaje significativamente mejor que usar la misma cantidad de tiempo en un solo día”, dijo.
  5. Hacer descansos. Los descansos son esenciales para el aprendizaje por dos razones. “En primer lugar, le dan a nuestro cerebro la oportunidad de reproducir esa información, de forma completamente inconsciente”, señala la experta. Si pasamos de 10 a 20 minutos tomando un descanso tranquilo, sin teléfonos o durmiendo una siesta, nos quedarán los conocimientos con más facilidad.
  6. Equivocarse. La neurocientífica admite que cuando cometemos errores, aumentamos la actividad en nuestras redes de atención enfocada y la ansiedad. Como si el cerebro nos dijera, “cometiste un error, necesitas cambiar, hacerlo mejor y ser más eficiente”. La especialista dijo: “Ahí se está abriendo esta ventana a la neuroplasticidad. Por eso, una vez que te equivocas, mejorarás tu atención y consolidarás tu aprendizaje. Cuando cometas un error, no veas esa ansiedad como algo malo. Apóyate en ese sentimiento y continúa porque en realidad es la forma que tiene tu cerebro de ayudarte a ser lo mejor que puedas”.

Fuente: TN