CÓRDOBA.- La Argentina era presidida por Marcelo Torcuato de Alvear y en Córdoba el gobernador era Julio Argentino Roca (h), era 1923 y en Cruz del Eje -en el norte de la provincia de Córdoba- nacía el periódico La Idea. Su primer número, del que no hay ejemplares, salió el 9 de julio de ese año; lo fundó Nicolás Pedernera, dueño de una imprenta. Cien años después, una asociación de amigos mantiene su publicación mensual y lo sigue haciendo con impresión tipográfica, lo que lo convierte en una singularidad no solo en el país sino en el mundo.
El periódico funciona en la casona a la que se trasladó en 1945, que está frente a la estación del ferrocarril; allí están las máquinas que tienen un siglo y allí trabaja, hace 64 años, Carlos Ubelino Castro Cuello. Empezó como aprendiz de imprentista tipográfico cuando tenía 14 años y nunca se fue.
Es el encargado, una vez al mes, de armar los textos con los linotipos de plomo móviles. Él no necesita de un espejo para escribir, como se debe, de derecha a izquierda. Lo hace de memoria, sin dudar. Una vez completado el proceso, los bloques se acomodan en una página de metal que se llena de tinta y una máquina plano cilíndrica imprime sobre el papel.
“Era un niño, buscaba trabajo, alguna moneda. Mi padre era policía y el sueldo era bajo. Para ayudar a la economía familiar empecé y no me fui más -cuenta Castro a LA NACION-. Había unas diez personas porque esto era un taller gráfico y el periódico era casi un hobby”.
Recuerda que todos los 9 de julio había una edición especial pero “la más especial de todas” fue la del 12 de octubre de 1963 cuando Arturo Illia, radicado en Cruz del Eje -su casa museo está en la ciudad- asumió la presidencia. La tirada fue de 15.000 ejemplares y se “voceó” en la Plaza de Mayo.
“Cuentas los que fueron que ‘el Chino’ Balbín (NR: Ricardo), les dijo ‘esta sí que es una verdadera quijotada del periodismo tierra adentro’”, repasa Castro, quien demora alrededor de una semana en armar la edición. “Siempre esperando los artículos que envían desde la asociación que nació para que esta publicación no muera”, enfatiza.
Cada número de La Idea lleva cuatro páginas impresas con tipógrafos; el pliego central se imprime en offset en la ciudad de Córdoba. Cada mes se publican entre 250 y 300 ejemplares.
A 145 kilómetros al noroeste de la capital de Córdoba, en Cruz del Eje viven unas 35.000 personas. La ciudad pasó de ser la capital nacional del olivo a luchar para que ese producto, al igual que el algodón, renazca. El cierre del ferrocarril, en 1978, marcó un descenso más.
Cuando fundó este periódico, Perdernera ya había publicado otros, como Tribuna, Tribuna del Cruz del Eje, Germen y la revista Lugareña. La Idea nunca salió diariamente; el archivo que reconstruyó la asociación registra que hubo momentos en que se publicaba semanalmente, cada nueve días o quincenal. Desde 2014, cuando se hizo cargo la Asociación Civil Amigos de La Idea, es mensual.
“Éramos y somos lectores, la mayoría docentes; algunos ya colaboraban. Ninguno es periodista; todos somos aprendices de brujos que nos unimos para mantener vivo el periódico”, cuenta aeste diario Sonia Pinar, una de las integrantes de la asociación junto a Germán Baigorrí; María Cristina Cafure; Graciela Gonano; Martha Patiño; María Cristina Verasay; Eva Castillo; María Inés Ahumada; Claudia Robles; María de los Ángeles Rovelli; Miguel Juárez y Gustavo García.
Don Pedernera, como todavía hoy lo llaman en Cruz del Eje, dejó de estar al frente del periódico en 1946, cuando fue electo jefe político de la ciudad y, después, senador. Su hijo, Temístocles Pedernera, se hizo cargo hasta el 2004, cuando murió a los 94 años. Tomó la posta un amigo de la familia, Omar Álvarez, quien falleció en 2013.
“Álvarez deja sembrada la idea de la asociación y así la continuamos”, indica Pinar. Hace siete años trabajan con la Escuela de Archivología de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Realizaron un relevamiento y pusieron en marcha la mejor conservación de los ejemplares de La Idea; tienen además un proyecto para digitalizarlos.
Del año de nacimiento de la publicación no hay ningún ejemplar; el más antiguo que existe es de 1924, aunque sí tienen uno de 1915 de Tribuna. Recuperaron y ordenaron 2500 ejemplares, desde 1924 hasta ahora.
“El archivo es muy consultado por alumnos, docentes, investigadores -describe Pinar–. La Idea siempre estuvo muy ligada a la historia ferroviaria de Cruz del Eje; en algún momento tuvo corresponsales en La Rioja, Catamarca y en la ciudad de Córdoba. Llegó a imprimir unos 700 ejemplares, de los que muchos se enviaban gratis por correo”.
A lo largo de su historia, La Idea solo una vez interrumpió su publicación. No salió durante 83 días, ya que fue clausurado por las autoridades municipales en 1932 porque Pedernera había publicado una carta de lectores sin firma crítica hacia la administración. “Por los reclamos de la población se volvió a editar y el director quedó en libertad, porque había sido detenido”, dice Pinar.
El periódico se costea con las publicidades de negocios de la zona y el pliego central, desde hace unos meses, está a cargo de la municipalidad de Villa de Soto. Cada número cuesta $200 y los miembros de la asociación se encargan de repartirlo.
Además de continuar con la publicación, apuntan a crear un “museo viviente” en la casona de 1912 donde está La Idea. La asociación realiza diferentes actividades culturales abiertas a la comunidad.
Fuente: Gabriela Origlia, La Nación