Todo venía muy tenso y, de repente, explotó la discusión. Marina no aguantó más y soltó un ‘siempre lo mismo, ya estoy cansada…’, y elevó su mano derecha dispuesta a enumerar todo lo que él no hace como ella quiere. Inmediatamente, Diego identificó el ataque y levantó todas las defensas posibles: resultado, ¡una pelea hecha y derecha!
Mientras que él estaba enardecido en su contraataque ella miraba para otro lado, se mordía los labios, resoplaba y hacía cualquier cosa para demostrarle a Diego que lo que él decía no le interesaba para nada y no tenía el más mínimo valor. Como quien no quiere la cosa, de repente, Diego la miró como pensativo y no hablo más. En ese preciso momento, decidió que la discusión por parte de él se terminó y no iba a decir ni una palabra más, aunque Marina estaba desesperada por seguir.
Identificar estas conductas para tratar de modificarlas es clave. Foto: Shutterstock
Muchas veces, esta forma suele ser la puerta de entrada a un conflicto de parejaque puede quedar ahí o quizás escalar a mayor.
Hasta acá, una pelea cualquiera, pero, ¿qué dirías si te cuento que existen cuatro conductas que si se presentan seguido en una relación la terminan destruyendo inexorablemente? ¿Qué dirías también si te cuento que están presentes en todas las parejas?
Entonces, si están presentes en todas las relaciones, la cuestión pasa por la frecuencia y la cantidad de veces que se presentan.
Pero, atención: hablamos de conductas, o sea, cosas que solemos hacer cuando nos peleamos en un vínculo sentimental y no nos damos cuenta. Hay algunas que se presentan más habitualmente del lado del hombre y otras más del lado de la mujer, aunque todos podemos cometer todas.
1. La crítica
Suele ser una incriminación por parte de un integrante de la pareja hacia el otro y suele ser partir de un hecho puntual, pero extenderse demasiado hacia cuestiones que no necesariamente tienen que ver con ese momento sino con otros.
La forma más fácil de reconocer una crítica generalizada es que suele venir acompañada de una mano que va armando una lista: ‘no hiciste esto’, ‘no hiciste lo otro’, etc. Dato estadístico a partir de investigaciones: se presenta un poco más del lado de la mujer.
2. La defensa
¡Sí! Cuando alguien se siente criticado, más tarde o más temprano, se va a defender. Con su forma, con su estilo, pero va a levantar las barreras más fuertes para contrarrestar el ataque. De más está decir que una vez que se dan estos dos primeros pasos ya tenemos una pelea asegurada.
3. El desprecio
Esta es la conducta más dañina para una relación. Se ve claramente cuando uno de los dos, durante una discusión, comienza a resoplar, mirar para otro lado, revolea los ojos y hasta puede llegar a insultar.
Si bien se presenta mucho, es muy peligrosa porque es una forma de actuar la desacreditación de lo que el otro está diciendo. El que sufre el desprecio lo vive como un ataque.
La cuestión pasa por la frecuencia y la cantidad de veces que estas conductas se presentan. Foto: Shutterstock
4. El amurallamiento
Esta conducta puede ser más habitual de encontrar en los hombres y consiste en que en algún momento de una discusión y, sobre todo cuando es adversa, la persona que se amuralla de repente deja de hablar.
Por más que el otro diga lo que diga el amurallado bajó la cortina y pase lo que pase no va a decir ni una palabra más. Por supuesto que esto genera impotencia frente al que la padece.
La importancia de identificar estas conductas
Lo primero que tenemos que hacer es tratar de detectar estas conductas durante una discusión y a partir de ser más conscientes empezar a trabajar en la forma de decir las cosas durante un conflicto. Cabe aclarar que aunque el ejemplo inicial es de una pareja heterosexual, estas conductas están presentes en todo tipo de parejas y son universales. Así lo corroboran las investigaciones científicas de John Gottman, quien llamó a estas conductas, con mucho tino, los cuatro jinetes del Apocalipsis.
Por Sebastián Girona es psicólogo especialista en vínculos. En Instagram, @sebastiangirona.
Fuente: Clarín