Cada vez hay más líderes conscientes que trabajan en otro tipo de dirección de personas, enfocada en su desarrollo humano, además de lo profesional (Getty Images)
Cada vez más la aceleración del mundo lleva a las personas a caer en una carrera sin destino final: la de la adicción al trabajo.
Se trata de personas enredadas en una rueda de la que no logran salir, porque estamos, con lamentable frecuencia, en una época en que el trabajo se ha convertido en una obsesión con tal de no perder los empleos, cumplir, por el qué dirán o por jefes -que no serían líderes- extremadamente demandantes y exigentes en extremo, sin tomar en cuenta el enorme daño que pueden estar ocasionando en las personas.
El asunto es que ser adictos al trabajo se ha convertido en una nueva forma de vincularse en los empleos que están plagados de cambios laborales, despidos masivos, y equipos reducidos haciendo el trabajo de muchas personas.
Un aspecto individual central de ser “workaholic” está en la sobreexigencia personal, donde la gente intenta ser perfecta en todo, cuando sabemos que ese rasgo no es posible en el plano humano: podemos aspirar a la excelencia, que implica hacer lo mejor posible, todo el tiempo, con los recursos disponibles.
Y, volviendo a la conducción coercitiva que lleva a las personas hasta sus límites, es una figura que aún está vigente. Sin embargo, cada vez hay más líderes conscientes que trabajan en otro tipo de dirección de personas, enfocada en su desarrollo humano, además de lo profesional. En este balance radica parte del éxito de muchas compañías enfocadas en la innovación.
Cómo dejar de ser worhaholics y pasar a “high performer”
“High performer” es una denominación de profesionales considerados de alto rendimiento, aspecto que no sólo aplica a lo laboral sino también a la vida personal.
Una persona así tiene un alto nivel de rendimiento, fluye con lo que se va presentando, tiene una alta estima personal y del entorno, piensa siempre en grande, contribuye a un resultado superador y mayor, su energía parece inagotable y disfruta del proceso sin forzarlo. Como observas, el rendimiento óptimo no implica un desgaste permanente, y contempla el disfrute y el reconocimiento interno por los logros que se van conquistando.
En cambio, hay una gran diferencia con la adicción al trabajo: trabajan una cantidad de horas adicionales cada día, terminan agotados, quieren cumplir con los demás, buscan dejar satisfechas a todas las partes, les cuesta delegar y compartir responsabilidades, suelen enfadarse y compararse con quienes no dedican tantas horas como sí lo hacen estas personas.
Son personas que poseen la destreza para encontrar una dinámica de organización, dirección de personas, claridad en su liderazgo (Getty Images)
Las 12 Habilidades centrales de personas de alto rendimiento:
Hay ciertas habilidades “high performer” que ayudan a las personas a destacarse dentro de una empresa o equipo. Como son competencias diferentes en cada persona, también pueden ser desarrolladas en función del rol que se ocupe, puesto que son blandas, permeables y posibles de entrenar cuando no se las tiene.
Aquí tienes las que considero principales para alcanzar tu máximo potencial permanentemente:
1. Ultra productividad: Son personas que poseen la destreza para encontrar una dinámica de organización, dirección de personas, claridad en su liderazgo y capacidad para hacer realidad lo que se proponen, que asombra por su excelencia y agilidad.
2. Disciplina: Es la fuente para sostener un alto nivel de rendimiento, persistiendo más allá de las dificultades y desvíos.
3. Constancia: Te asegurarás de evitar desvíos severos de energía en acciones que no contribuyan al éxito con foco en el propósito mayor a lograr.
4. Riesgos estudiados: Es sabido que cualquier acción implica riesgo. Las personas “high performer” lo saben y acotan los desvíos, calculando, estudiando y haciendo planes alternativos.
5. Asunción de fracasos como oportunidades: Si algo los distingue es que no se desaniman y toman los fallos como escalones de aprendizaje.
6. Transformación de lo que no es contributivo: Saben escoger qué tipo de caminos seguir para acercarse con mayor agilidad hacia los objetivos.
7. Diferenciación: Lo estándar no está dentro de su estilo personal y profesional. Buscan diferenciarse y agregar valor permanentemente con acciones originales, por pequeñas que sean.
8. Autenticidad: Demuestran una total congruencia entre lo que dicen, piensan, sienten y hacen.
9. Enfoque con atención intencionada: Sostienen un alto nivel de foco, contemplando la mirada específica en aquello que es el objetivo por lograr.
10. Responsabilidad: Quien sea high performer sabe que asume una completa responsabilidad sobre sus actos, dichos y decisiones.
11. Valores: También poseen un marco de valores personales conectado en lo posible con su desempeño profesional, para equilibrar su mundo interior y tener aún mayor coherencia.
12. Capacidad de auto liderazgo: A su vez, tienen un profundo nivel de auto consciencia de quienes son, para qué hacen lo que hacen y qué quieren en todo momento. Así, le dan sentido a su forma de vivir, de ser y accionar.
5 ideas para convertirte en high performer
Si quieres cambiar la adicción al trabajo y convertirte en una persona de alto desempeño, aquí tienes estas cinco ideas para arrancar ahora mismo:
1) Cambia tu método: no se trata de trabajar una excesiva cantidad de horas, sino de hacer foco en lo esencial, organizarte al detalle aprendiendo a priorizar, delegar y asumir con entusiasmo cualquier obstáculo que se presente. Al implementarlo empezarás a despejar la agenda llena de compromisos y fechas límite, para encontrar espacios productivos con más calma y serenidad.
2) Desarrolla tu dimensión emocional: El equilibrio entre lo que eres (tu ser, tu personalidad y tu competencia profesional), lo que deseas (tus expectativas) y la realidad (el entorno en el que actúas), necesita de balance emocional, y para muchos, también del espiritual. En personas adictas al trabajo es usual la manifestación de ira, decepción y frustración. En cambio, en high performers, lo que aparece es un disfrute del proceso, la curiosidad como guía y la satisfacción por los logros propios y compartidos.
3) Trabaja con inteligencia: Así como las computadoras tienen “shortcuts”, atajos para facilitar ciertas funciones, quien es high performer ha creado su propio teclado interior que le permite muy rápidamente saber cuál es el mejor camino, con menos costo y mayor calidad en el resultado, ante cada decisión que toma.
4) Sostén un propósito claro: La mayoría de las personas adictas al trabajo no tienen un propósito, porque están focalizadas sólo en la dimensión del “hacer”. La característica del alto rendimiento implica trabajar al mismo tiempo en el “Ser” como un paso necesario para dar sentido a cada tarea que realices.
5) Estilo de vida adecuado: Para finalizar, nada de esto será factible si no entrenas tus súper hábitos personales y profesionales para crear un entorno de estilo de vida acorde. Ser “high performer” implica balancear la vida personal y profesional -aunque parezca difícil-. Por eso integran en su rutina el deporte, mindfulness o meditación, alimentación equilibrada, escuchar podcast, tiempo de lectura y para consumir otros materiales de estudio que les permiten evolucionar, espacios de silencio y desconexión, y relaciones sanas, sinceras y honestas con las demás personas.
Daniel Colombo es facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 31 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Certificado por ICF; Coach certificado y Miembro de John Maxwell Team.
Fuente: Infobae