Tradicionalmente asociamos la Navidad a una época de felicidad, donde todos estamos obligados a sentirnos contentos y a disfrutar de los festejos. Pero, sin embargo, para algunas personas los últimos días del año pueden generar estrés, ansiedad, frustración, tristeza y melancolía, entre otros síntomas.
La principal razón del dolor y del sufrimiento durante los días navideños está relacionado con extrañar a los seres queridos que se encuentran lejos o los que ya no volverán y con los resultados negativos que se obtienen de los balances que se hacen de lo que fue el último año, sumado a la incertidumbre de no saber qué va a ocurrir más adelante.
La Dra. Aisquel Machado, Médico Psiquiatra, explica que para muchas personas la Navidad es un momento en el que puede aparecer la tristeza ya que se la asocia a un período de fiesta y de felicidad donde, básicamente, las personas estarián obligadas a sentirse contentas y a disfrutar de todos los festejos. explica que para muchas personas la Navidad es un momento en el que puede aparecer la tristeza ya que se la asocia a un período de fiesta y de felicidad donde, básicamente, las personas estarián obligadas a sentirse contentas y a disfrutar de todos los festejos. “Pero algunas personas, sobre todo quienes hayan perdido seres queridos o se encuentran con una enfermedad discapacitante, se sienten en desventaja frente a toda esa alegría de los que significa la Navidad.
¿Cuáles son las causas de esta tristeza navideña?
Hay muchos sentimientos asociados a la angustia y a la tristeza navideña. Cuando nos acercamos al final del año hacemos una conclusión sobre lo que fueron estos 12 meses, realizamos un balance de lo bueno y de lo malo, de lo que logramos y lo que no y hay una cierta presión por lo que vendrá. Lo que tengo que lograr, las metas por cumplir y a eso se le suman situaciones familiares y económicas que podrían estar causando síntomas asociados a los trastornos de la ansiedad que son pensamientos fatalistas y catastróficos. Incluso, personas que padecieron una enfermedad la vuelven a tener. Somos víctimas de la comercialización de las emociones y de observar en la televisión y en las pantallas digitales un paraíso, dejando de lado priorizar lo cotidiano por lo que empezamos a ver que nuestra vida es aburrida para todo lo que vemos.
¿Cuál sería la explicación química que hace que algunas personas se pongan tristes durante la Navidad?
Los cambios químicos que se dan en el cerebro de las personas son muy variados, pero podríamos resumir aludiendo sobre los niveles muy altos de cortisol (una sustancia química que ayuda a regular la forma en que el cuerpo reacciona al estrés) que presentan los individuos con depresiones diagnosticadas. También, hay otras sustancias como serotonina, dopamina y oxitocina que se encuentran en la célula cerebral (neurona) y cuando los pacientes presentan síntomas de depresión es porque hay un déficit en esos neurotransmisores. Esto ocurre en las regiones límbicas donde se encuentra las emociones en el cerebro.
¿Cómo funciona ese mecanismo?
Un pensamiento desagradable termina siendo como un impulso nervioso y eso le da una información a la neurona. ¿Qué hace la neurona? Dice: “Estamos en peligro y hay que avisarle a todo el cuerpo” porque el cerebro es como el director de orquesta de todos los órganos, donde se coordina toda la estrategia para la vida. La estrategia interior con los órganos y el sistema tan perfecto humano de comunicación entre cada órgano y la estrategia para la socialización, es decir, el cerebro y el mundo exterior. Entonces, con el director de la orquesta cuando le manda un impulso nervioso a través de un pensamiento, la neurona hace los cambios químicos y luego se abren unas compuertas de calcio y se fuga serotonina, dopamina, oxitocina y los neuroquímicos asociados con el bienestar para el espacio intersticial. Cuando esto ocurre, es como que la célula queda deshidratada y cuando eso sucede el cuerpo tiene respuestas en todos sus órganos que van a responder frente a ese pensamiento de ansiedad o depresivo. Entonces, el paciente adquiere físicamente la posición que nos habla de la enfermedad. Yo veo sus rostros y pienso que esa persona está deprimida y no hace falta que me lo tenga que decir.
¿Qué relación existe entre la Navidad y la depresión?
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que causa abatimiento, pesar, apatía y sufrimiento mental a las personas que lo tienen. Algunas de sus causas son la pérdida de seres queridos, rupturas amorosas, problemas financieros, estrés, soledad y tener una enfermedad.
La tristeza navideña puede convertirse en un trastorno emocional y depresivo y empeora al que ya lo tiene. Entonces, organizar todos los preparativos con tiempo y no dejar todo para el final podría ayudar a no sentirse angustiado y, a su vez, delegar algunas funciones a los familiares. Es importante entender que no somos perfectos y relajarnos y disfrutar apaciblemente en las condiciones y el espacio que tengamos.
¿De qué manera podemos identificar los síntomas de la depresión navideña?
Cansancio, apatía, desgano y pérdida de vitalidad. Estado de ánimo o humor depresivo, de manera constante, durante la mayor parte del día y la mayoría de los días. Irritabilidad extrema. Pensamientos negativos, autocompasivos o autodestructivos. Pérdida de interés por todo. Sentirse molesto o infeliz al entrar en contacto con todo lo relacionado con la Navidad como escuchar villancicos o ver decoraciones navideñas. Apatía por las actividades relacionadas con los festejos navideños. Aislamiento y poco interés por la compañía de otras personas.
La doctora Machado, para finalizar, brinda una serie de consejos para tratar de evitar pasar por alguno de estos sentimientos.
-Aunque la tristeza navideña puede convertirse en un trastorno emocional o empeorar un trastorno depresivo ya existente, en la inmensa mayoría de los casos se trata de un bajón emocional importante, pero temporal.
-No te sientas comprometido con tradiciones que te perjudiquen a nivel emocional, no estás comprometido con el calendario si no con vos mismo.
-Si estás lejos de tu familia, buscá estar acompañado por personas de tu entorno laboral, académico, amigos o vecinos para no estar solo.
-Si te vienen pensamientos negativos, intentá cambiarlos por cualquier pensamiento positivo. Imaginá que la mente es un televisor y vos decidís en qué canal quedarte.
-Si esta navidad no tenés motivos para celebrar, ya abra tiempo después y ese tiempo será el mejor. Que no te paralice la tristeza, dejar que fluya es sano.
-Es importante no forzarnos a hacer las cosas que nos hacen sentir mal. Siempre hay una buena excusa para huir de situaciones a las que no estamos obligados a ir, en este caso a una cena navideña. Si te sentís bien compartiendo una velada con tus hijos o tus mascotas, podés elegir tus propias costumbres navideñas.
-Consultar con un psiquiatra en caso de no poder resolver vos mismo tus problemas emocionales.
Fuente: Alejandro Gorenstein, La Nación