Según la RAE, el término “Navidad” significa: Del lat. tardío Nativitas ‘nacimiento’/ 1. f. En el mundo cristiano, festividad anual en la que se conmemora el nacimiento de Jesucristo”.
Pero en la misma fecha en que nosotros festejamos la Navidad -el 25 de diciembre- los romanos celebraban la fiesta del “natalis Solis invicti” o nacimiento del Sol invicto, asociada al nacimiento de Apolo. Recordemos siempre que los ciclos de la naturaleza eran esenciales para la vida en aquellos tiempos, por eso se marcaban con celebraciones sean de exorcismo para el inicio del invierno o de gozo para el comienzo del fin del invierno o la llegada de la primavera. La temporada invernal era fatal en aquellas épocas y el 25 de diciembre se estableció como día del solsticio de invierno. Cuando Julio César introdujo su calendario en el año 45 A.C., dicha festividad debió ubicarse entre el 21 y 22 de diciembre de nuestro calendario gregoriano. Pero unos días antes de la gran fiesta del Sol, el pueblo de Roma celebraba las “Saturnalias”, introducidas alrededor del 217 A.C. Oficialmente, tenían lugar el día de la consagración del templo de Saturno en el foro romano: del 17 de diciembre al 23 de diciembre. Los romanos asociaban a Saturno como un dios agrícola, protector de sembrados. En estas fiestas se decoraban las casas con plantas y se encendían velas y lámparas de aceite para celebrar a Saturno y con él, el comienzo del fin del invierno. Pero la gran apoteosis celebrativa de este período era la noche del 24 de diciembre, cuando las familias se visitaban unas con otras para cenar, se lucían las mejoras galas y se ofrecían ricos manjares, pues era la víspera de la fiesta del Sol invicto.
El poeta Catulo se refería a las saturnales como “los mejores días” y a la víspera del “natalis Solis invicti” como la “noche de las Noches”. Por supuesto era la noche más larga y el comienzo del fin del invierno, por tanto, ya reunidos en una casa, familiares y amigos esperaban el amanecer del día 25 de diciembre con música, cantos y bailes. Se ofrecían regalos entre los presentes, que se abrían al salir el sol del 25 de diciembre.
Grupo escultórico “Saturnalia”, del italiano Ernesto Biondi (1854-1917), cuyo original se encuentra en la Galería de Arte Moderno en Roma. Copia en el Jardín Botánico de la Ciudad de Buenos Aires
¿Les suena conocida esta festividad de la antigüedad a una de nuestros tiempos? Y al igual que hoy a muchos les causaba cierto fastidio estas festividades. El mismísimo Plinio el Joven nos relata que se retiraba a su villa laurentina: “Especialmente durante la Saturnalia, cuando el resto de la casa está ruidosa por la licencia de las fiestas y los gritos de festividad. De esta forma, no obstaculizo los juegos de mi gente y ellos no me molestan en mis estudios” y el famoso Cicerón huía a su casa en el campo.
Por su parte, los germanos y escandinavos celebraban el 26 de diciembre el nacimiento de Frey, dios nórdico del Sol naciente, la lluvia y la fertilidad. En esas fiestas adornaban un árbol de hoja perenne que representaba al Yggdrasil o árbol del universo. La noche del 25 al 26 de diciembre, en todos los poblados las personas se reunían entorno al Yggdrasil esperando los primeros rayos del sol. Bailaban, cantaban en torno al árbol y al primer rayo, se repartían regalos unos a otros como símbolo del regalo del Sol que dentro de poco volvería a reinar ¿no les parece haber visto ese árbol en algún lado? San Bonifacio, el evangelizador de los germanos, le dará a este árbol una visión cristiana.
Como hemos visto el Sol posee gran significancia pero no sólo nacería Jesús en esa fecha; otras divinidades de otros cultos también nacieron alrededor del Solsticio de Invierno. Sin entrar en realizar un opúsculo sobre religiones comparadas podemos hacer una breve y rápida comparación de fechas:
Horus: nació un 25 de Diciembre de la virgen Isis-Meri. Mitra: nació el 25 de diciembre, en una cueva oscura de una virgen. Siddharta gautama–Buda: nacido de la reina Maya y anunciado por una estrella (pero se celebra en muchos lugares en mayo. En Japón se celebra el 8 de abril.)
La Iglesia del Pesebre, en Belén EFE 162
El nacimiento de Jesús
Los textos de los Evangelios nada nos advierten sobre la fecha exacta del nacimiento de Jesús. Los datos que dan algunos son vagos como el que cita el evangelio de Lucas 2.1-3:
“En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realice un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen…”
La mayoría de historiadores sostienen que Lucas cometió un error al hacer coincidir el censo de Quirino -que tuvo lugar durante el año 6 D.C.- y los hechos que rodearon al nacimiento de Jesús, que San Mateo en su Evangelio sitúa en tiempos del rey Herodes en el año 4 A.C. El problema es que el rey Herodes el Grande. bajo cuyo reinado también afirma la Biblia que nació Jesucristo, murió en el año 4 A.C. y no es muy probable que el censo se hiciera en dos fases, pues en tiempos de Herodes el Grande, Judea no estaba bajo dominio romano. Tampoco es probable que el censo haya durado 10 años.
Lucas también otorga otro dato en su Evangelio en el Cap. 2, 8-20: “Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: ‘No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor…’”
San Bonifacio corta el Yggdrasil
Si prestamos atención a este texto, podemos leer que los pastores “velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño…”. Bien, en diciembre no se llevaban las ovejas a pastar por lo pocos prados que había en Palestina. Muy al contrario, se guardaban en cuevas dado el frío y la nieve. Esto implica que debemos ubicar el nacimiento de Jesús entre la primavera y el verano del hemisferio norte.
En los albores del cristianismo, la fiesta más recordada y celebrada para los fieles no era la Navidad sino la Pascua. La fecha más importante de la vida de Cristo y también de los santos y mártires, no era la del nacimiento sino la de la muerte, y la resurrección de Jesús es el punto focal de la fe. Aunque en los lugares donde el cristianismo comenzaba a tener una importante presencia había una celebración simple, en fechas muy diversas, por sobre el nacimiento de Jesús. Ni en San Ireneo, ni en la lista de las festividades litúrgicas de Tertuliano figura la celebración de la Navidad.
Muchas son las teorías del porque se comienza a celebrar el 25 de diciembre como la fecha del nacimiento de Jesús. El papa Julio I pidió en el 350 que el nacimiento de Cristo fuera celebrado en esa misma fecha del “natalis Solis invicti”, porque es Jesús el “Sol de justicia que alumbrará al mundo con su resplandor” y los cristianos de Roma seguían celebrando las saturnales y la fiesta del Sol, pero ahora con la inculturación al cristianismo. Finalmente el papa Liberio decreta este día como el nacimiento de Jesús de Nazaret en 354 y la primera mención de una comida de Navidad el 25 de diciembre se da en Constantinopla en el año 379, bajo Gregorio Nacianceno, alrededor del año 380/382. Siempre estamos hablando del calendario Juliano.
Con la cristianización de las festividades de las Saturnales y la del Sol invicto solo cambió el objeto a celebrar: ahora era Jesús. Pero las formas siguieron siendo las mismas. Comidas, bailes, regalos, luces, adornos, etc… Poco a poco la fiesta se extendió y se celebró en toda la nueva cristiandad inculturizando las tradiciones en la cual el evangelio iba llegando. Por ejemplo, el árbol Yggdrasil de los germanosse transformó en el árbol de Navidad.
En Roma, el Papa celebraba las primeras vísperas el día 24 en la iglesia de Santa María la mayor de Roma, donde se guardan las reliquias del pesebre. A la aurora iba a la iglesia de santa Anastasia de la comunidad griega y oficiaba allí la Misa de la aurora. La Misa del día se oficiaba en San Pedro, en el Vaticano.
Pero la festividad de la Navidad sufrió muchos altibajos. Los reformadores consideraron a la fiesta de la Navidad como un “resabio papista” y prohibieron taxativamente su recuerdo. Como así también en Inglaterra, en 1647 los gobernantes puritanos ingleses prohibieron la celebración de la Navidad. Pero el pueblo no lo aceptó y en 1660 se restauró la festividad. Los puritanos de Nueva Inglaterra rechazaron la Navidad y su celebración fue prohibida en Boston de 1659 a 1681, pero en Nueva York y Virginia se celebró con total normalidad. Después de la independencia de los Estados Unidos, la celebración quedó unida como una “costumbre del imperio” y fue muy poco celebrada.
Los pastores reciben el anuncio del ángel, en Belén
En 1820, en Inglaterra, los temas por persecuciones religiosas ya habían concluido, pero la celebración de la Navidad estaba en agonía. Solo era una memoria litúrgica de las diversas Iglesias sin demasiada relevancia en la sociedad. Fue Charles Dickens en su famoso: “Cuento de Navidad” que en 1843 desempeñó un importante papel en la restauración de la fiesta de Navidad haciendo hincapié en la familia, la buena voluntad, la compasión y la celebración familiar; aunque no se menciona la figura de Jesús y el porqué de esta celebración.
En la actualidad, la gran mayoría de las Iglesias cristianas históricas (Iglesia católica, Iglesia ortodoxa, Comunión anglicana, y diversas Iglesias de la Reforma: luteranos, calvinistas, valdenses, etc…) otorgan a la solemnidad de la Natividad o Navidad una importancia tal que se la antecede de un tiempo de preparación: el Adviento.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días o mormones, quienes no se consideran una Iglesia protestante ni reformada, sino una Iglesia restaurada, no obstante se unen al mundo en la celebración navideña tradicional, sostienen que Jesús nació el 6 de abril. Y los Testigos de Jehová y algunas denominaciones protestantes, consideran que al no indicar en la Biblia la fecha del nacimiento de Jesucristo ni ordenar celebrarla no hay razón para celebrar o crear una fiesta. Por ese motivo instan a que sus miembros no concurran a ninguna invitación que se haga de estas festividades.
Algunas Iglesias orientales usan el calendario Juliano (creado por Julio César). En 1582 el papa Gregorio XIII, aconsejado por los astrónomos, decretó por la bula “Inter gravissimas” que el jueves 4 de octubre de 1582 sería inmediatamente seguido del viernes 15 de octubre para compensar la diferencia acumulada de 13 días a lo largo de los siglos en el calendario juliano. Algunas de las Iglesias de Oriente no iban a aceptar un cambio de calendario realizado por el papa de Roma, por tanto mantuvieron las fechas según el calendario juliano. Pero poco a poco algunas Iglesias aceptaron el calendario Gregoriano. Por tanto el 25 de diciembre del calendario juliano es el 7 de enero del calendario gregoriano; y la Navidad es celebrada junto con la fiesta de la Epifanía en esa fecha. También la Iglesia apostólica Armenia la celebra el 6 de enero. Las Iglesias ortodoxas de Alejandría, Rumania, Bulgaria, Albania, Finlandia, Grecia y Chipre sí festejan Navidad el día 25 de diciembre según el calendario gregoriano.
Los símbolos de esta fiesta
El árbol de Navidad: un elemento decorativo para el que se suele emplear una conífera decorada con adornos. Al ser un árbol de hoja perenne simboliza el amor de Dios. Tiene su origen, como lo mencionamos más arriba en la cultura germana, es la reinvención del “Yggdrasil” y que San Bonifacio dirá que es la representación del árbol de la vida del Antiguo Testamento. También se popularizó como símbolo de la Navidad por aquellos que abrazaron la reforma protestante al no poder tener imágenes es sus casas ni venerarlas. Hoy todos poseen un árbol y un pesebre, tanto católicos como protestantes.
El Papa Francisco visita el belén de Greccio, donde el primer pesebre fue realizado por San Francisco de Asis en 1223, en ela pequeña localidad de Greccio, Italia, Diciembre 1, 2019. Medios del Vaticano/Distribuida vía Reuters.
El Pesebre: El primer pesebre fue realizado por san Francisco de Asís en 1223 en Greccio, Italia. El santo de Asís quería representar el nacimiento del Cristo para ver con sus propios ojos las dificultades que tuvo al nacer y fue un “pesebre viviente”. Reunió a la gente de la población y lo invitó a recrear en una gruta lo que había ocurrido en Belén. La tradición se extendió luego por toda la cristiandad. El centro más famoso de los pesebres es Vía san Gregorio Armeno en Nápoles con el diseño de los pesebres que ideó san Cayetano, tomando la idea de san francisco, pero adaptándola a la realidad de la contemporaneidad y la moda de la época del S. XVII.
La cena de la Víspera de Navidad: Como leímos al comienzo de esta nota, la cena de “la noche buena” sobre todo para los países de latinos proviene de costumbres milenarias. Y en todos los casos solo con sutiles diferencias pero siguiendo un mismo patrón se juntan las familias y amigos en torno a una mesa y se prepara una comida especial, las personas se visten de fiesta y se ofrecen obsequios. La navidad es celebrada con la familia y el año nuevo con los amigos.
La “Misa del Gallo” o los “Oficio de las Vísperas”: hasta hace unos años, la “misa del Gallo” o los Oficios de las iglesias de la reforma se realizaban a partir de la medianoche. Pero en la actualidad ha cambiado, aun en la Misa oficiada por el papa en Roma. Suelen comenzar entre las 20:00 y las 21:00. En los cuales se entonan “villancicos” que son las canciones alusivas a este tiempo de Navidad.
Esperar a las 24 horas del día 24 de diciembre: En la Argentina se espera a las 24:00 horas del 24 de diciembre y recién allí se brinda y se desea “feliz Navidad”. Proviene que alrededor de a esa hora apenas comenzada la “misa del Gallo” en los templos católicos y solo unos minutos después del inicio de la misma la liturgia marca que se entone el himno del “Gloria a Dios en el cielo” momento litúrgico que marca el nacimiento de Jesús el cual es acompañado por el sonar de pequeñas campanitas en el templo y las campanas de las torres se echan al vuelo. Luego del brindis llega “papá Noel” o “el niño Jesús”, dependiendo de cada familia y se abrirán los regalos depositados al pie del pesebre o del árbol de Navidad.
Fuente: Infobae