Durante la cuarentena, los e-books aparecen como la mejor alternativa para seguir leyendo. (Shutterstock)
Para quienes compartimos el placer de la lectura —somos muchos; bastante más de lo que suele creerse—, el aislamiento preventivo y obligatorio nos deja con la sensación de vivir una ucronía amarga pensada por Ray Bradbury: cómo no dolerse ante las librerías y bibliotecas cerradas.
Pero, entonces, el libro electrónico aparece como la alternativa ideal para continuar leyendo. El e-book siempre estuvo rodeado de una serie de prejuicios y malentendidos. Para algunos iba a ser el monstruo que terminaría con la industria editorial; para otros, era un león desdentado que no podía hacerle frente al papel. En el medio, estábamos quienes entendíamos que era una propuesta que venía a sumar antes que a dividir.
En la última decada, el e-book en América latina alcanzó niveles respetables de ventas, estabilizándose en torno al 20% del mercado, sobre todo en cuanto a títulos universitarios y académicos. Lo cierto es que en la actualidad se ha simplificado la manera de leer un e-book al punto de que sólo alcanza con descargar una app en el celular para se vuelva una opción cómoda y segura, y, por qué no, se sostenga después de la cuarentena.
Del pdf al epub
Existen diferentes tipos de documentos digitales. Probablemente el más conocido sea el pdf. El pdf no es e-book; de hecho, está pensado para ser impreso. Por eso tiene tantas limitaciones: es como una foto. No se puede cambiar el tamaño de fuente, es incómodo para hacer anotaciones, las notas al pie son difíciles de seguir, etc.
Los formatos de libros digitales son, básicamente, dos: el mobi, que es una tecnología exclusiva de Amazon y sólo puede ser leído desde su propio lector digital, el Kindle; y el epub, que fue diseñado por un grupo de organizaciones dedicadas a elaborar lenguajes informáticos para la industria editorial. El epub tiene la lógica de código abierto —esto tiene que ver con el tipo de lenguaje de programación, no con el contenido del libro— y, por lo tanto, se puede usar en una infinidad de dispositivos.
El epub mejoró notablemente al formato anterior —que se llamaba “Open eBook”: OEB— y contó con un socio estratégico para imponerse: gracias a Google hoy es el formato estándar. Esta es una de las razones por las que cualquiera que tenga un teléfono con Android puede leer en digital casi con un click.
El modelo latinoamericano
Los grandes gigantes de la tecnología tienen una pata en el mundo editorial. Además de Amazon, Google —como decíamos— y Apple abrieron librerías online y sus teléfonos vienen con aplicaciones precargadas para comprar y leer e-books.
En América latina y España, el crecimiento de la lectura digital está apuntalado por compañías como Casa del Libro, 24symbols y Bajalibros, que, con más de una década en el mercado, se posiciona como la firma más experimentada en español. El modelo de Bajalibros permite tener una cuenta sincronizada en diferentes dispositivos, de forma que uno puede comenzar a leer en el teléfono y continuar luego en la PC o la tablet, sin necesidad de configuraciones extra. Lo único que se necesita es descargar la aplicación de Bajalibros en el teléfono.
El modelo de las librerías online tiene un aliado especial en Leamos, una plataforma de lectura por suscripción —una suerte de Netflix de libros—, que tiene un catálogo de más de 40.000 títulos. Con un costo mensual fijo se puede leer cualquier libro de Leamos, que, incluso tiene colecciones exclusivas dirigidas por Patricia Kolesnicov, Matías Bauso y Belén Marinone, entre otros.
Algo nuevo, algo viejo y algo azul
¿Qué leer? Si bien desde hace tiempo —desde que se impuso el formato epub— las editoriales se han dedicado con más atención a completar el fondo editorial e-books, la cuarentena se impone como un mojón en la historia y hay cada vez más oferta para leer.
Dejamos aquí algunas propuestas de lectura, aunque la recomendación es “perderse” un buen rato curioseando entre los títulos disponibles de las distintas librerías, como cuando uno se pierde entre mesas y estantes de las de papel, pero ahora sin salir de casa:
– Confesión, de Martín Kohan (Anagrama). La nueva novela del ganador del Premio Anagrama, que todavía no se distribuye en papel pero que ya está disponible en digital. Exclusiva en Leamos.
– Me llamo Lucy Barton, de Elizabeth Strout (Océano). El libro tuvo una bajísima tirada en papel, pero es un clásico moderno de la ganadora del Premio Pulitzer. La historia de una hija que intenta sobreponerse a la “mala educación” que le dio su madre.
– Borges y los clásicos, de Carlos Gamerro (Eterna Cadencia). Un ensayo lleno de profundidad y comicidad que nos enseña a leer a Borges en relación a Homero, Dante y la literatura universal. Disponible aquí.
– Las aventuras de la China Iron, de Gabriela Cabezón Cámara (Penguin). El libro que retoma la tradición del Martín Fierro y que ha hecho que Cabezón Cámara sea finalista del prestigioso Booker Prize este año. Disponible aquí.
– Orgullo y Barullo. Las entrevistas de No se puede vivir del amor, de Franco Torchia(IndieLibros). Declarado de interesés público, el libro de Franco Torchia es un muestrario de las personas que más hacen por una vida igualitaria y abierta a la diversidad. Contenido exclusivo de Bajalibros.
Fuente: Infobae