Concebida como un espacio para conocer de primera mano los catálogos de las editoriales, esta feria refleja el panorama del sector independiente a partir de una idea curatorial contundente, ya que son los propios editores quienes atienden sus stands.
Además, la selección de las editoriales responde al criterio de representar un arco robusto de temáticas, figurar un proyecto claro e incluir sellos de otras ciudades, destacan los organizadores.
Más de un centenar de editoriales ofrecerán un 10% de descuento para la compra de libros con Pase Cultural, la tarjeta para adolescentes y jóvenes del Ministerio de Cultura porteño.
Sin señalética ni luminaria que los diferencie, los stands presentarán del mismo modo sus catálogos. Serán unos 250 sellos, de los cuales unos 35 son de provincias, entre ellas Córdoba, Neuquén y Santa Fe, mientras que otros 30 vienen de Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, España, Perú y Uruguay.
«La Feria empieza con la necesidad de tener un espacio propio para editoriales pequeñas donde puedan tener una relación con el lector, un feedback, una vez al año. Y que se entienda que detrás del catálogo hay una persona pensando una estética, proyectando recorridos de lecturas y no un mercado planificado por modas ni por un focus group», explica Victor Malumián, editor en Ediciones Godot y uno de los organizadores.
«Se trata de una instancia de encuentro porque entendemos perfectamente que nuestros aliados son los libreros y las libreras, que son el canal de venta por excelencia para catálogos como los nuestros, que tenemos libros que perduran a lo largo del tiempo y no buscan el alto impacto de coyuntura», puntualiza.
Desde aquella primera edición de 2013 en FM La Tribu hasta la última, en 2017 cuando recibieron 11.000 personas en el Konex, la feria tuvo un «crecimiento paulatino» e incorporó talleres para profesionales del sector, charlas para todo público, un espacio «mini» para niños y ahora suma por primera vez el programa «Fellowship», que significará la visita de cuatro editores para conocer el mercado local.
De este modo, la gran novedad de este año será la llegada de dos editores de América Latina, de uno de Francia y otro de Alemania que resultaron seleccionados en el programa de becas y llegarán al país para conocer el panorama editorial, intercambiar experiencias y enriquecer los catálogos por la compra de derechos, entre otras actividades.
En cuanto a las charlas para todo público, un plato fuerte de esta edición será la presentación de Reginaldo Ferreira da Silva, el escritor brasileño conocido como Ferréz, referente del movimiento de literatura marginal, el sábado próximo a las 19.30.
Para el domingo a las 18, Beatriz Sarlo y Santiago Kalinowski debatirán sobre el lenguaje en tiempos de disputa política.
«Cuando comenzamos veníamos de hacer muchas ferias por año, de ir personalmente, entender qué pasaba, qué cosas eran buenas y qué malas. Y nos dábamos cuenta que necesitábamos un espacio para ofrecer contenidos que representaran a nuestras editoriales», sostiene Malumián, fundador del sello Godot en 2008 junto a Hernán López Winne.
«Para muchos editores, hacer ferias de 15 días los complica un montón. Por un lado, a las editoriales pequeñas que viven de lo que hacen, las inmoviliza, no pueden editar ni corregir. Mientras que aquellos que no viven de las regalías que genera la venta de libros tienen otros trabajos y pedirle al empleador tantos días es imposible», apunta.
Durante los tres días de feria se prevé repartir 5.000 catálogos de forma gratuita con información de librerías donde se venden los libros de las editoriales expositoras, con lo que se apunta a sumar a quienes trabajan día a día con los lectores: las librerías.
«A veces los contextos más adversos terminan, por razones difíciles de entender, propiciando eventos de estas características. Cuando peor está la mano, más se torna una especie de refugio para editores como salida colectiva», sostiene Malumián acerca de la difícil situación del sector editorial.