Se trata de un método que el psicólogo estadounidense Marshall Rosenberg comenzó a desarrollar en los años 60. Su libro Comunicación no violenta, un lenguaje de vida (Ed. Gran Aldea, va por su cuarta edición), vuelve a circular de mano en mano y a ponerse en práctica en talleres y conferencias en Buenos Aires. De la mano del concepto de “responsabilidad afectiva” (no tratar al otro como objeto o descarga de mis propias frustraciones, en simples palabras), la comunicación no violenta (CNV) despliega sus herramientas para herirnos menos, y vivir mejor.
Manuel Mora brinda talleres teórico-prácticos sobre comunicación no violenta, y está dedicado desde hace más de diez años a la CNV. Explica que se acercó al tema «accidentalmente» a fines del año 2004, cuando se cruzó con el libro en el escritorio de un amigo, le llamó la atención y al leer el índice pensó: «¿cómo puede ser que exista esto?»
«Cuando me encontré con la invitación que nos hace la CNV, mi sensación fue la de agregar un engranaje chico (por la simpleza) en mis mecanismos que empezó a mover y ordenar muchos límites, prioridades, ideas y, a partir de eso, conectar con mi experiencia como ser humano, conectar con la experiencia del otrx y elegir formas de relacionarme congruentes con mis valores y el mundo que quiero construir.»
Nadie ignora que en todas las sociedades se tocan puntos límites en cuanto al trato humano. No conocemos el origen o «pecado original» que nos llevó a Hiroshima, Rosemberg argumenta que nuestra tendencia natural es a sentirnos satisfechos cuando recibimos algo en forma solidaria y somos amables, así como las especies de la naturaleza cooperan entre sí para conservar la vida (aunque Nat Geo explote más el sensacionalismo de «unos devorando a otros»).
Ira, violencia, ataque y contra-ataque parecen ser las conductas dominantes, tanto en los mandatarios como a pequeña escala. Rosemberg viajó en misiones a países de alta conflictividad bélica como Ruanda, Burundi, Nigeria, Malasia, y Medio Oriente (recuperando la capacidad innata de la empatía aún en situaciones de lo más extremas), pero también se ocupó de observar la guerra en casa. Relaciones de pareja, de familia o en instituciones ocuparon su estudio.
¿Qué es la CNV (comunicación no violenta)? El método que revoluciona los vínculos
Hilar fino en las palabras
La CNV trabaja la relación entre emociones, necesidades, deseos, y el uso de las palabras. ¿Conectamos con nuestras necesidades antes de hablar? ¿Elegimos las palabras que lanzamos al aire o nos vienen desde el lugar profundo de los miedos? ¿Escuchamos lo que el otro tiene para decirnos o nos quedamos con lo que nuestra propia voz interna o los prejuicios que giran en torno a los otros?
«Estaba empezando mi primer taller y de esa experiencia pasé a formar parte de un grupo de práctica semanal (por cinco años). Desde ese día seguí entrenándome y practicando sin interrupción.»
Según Mora, «los tres supuestos básicos de la CNV son:
- que los seres humanos compartimos una serie de valores y necesidades universales para desarrollar y enriquecer la vida en el planeta, más allá de la forma específica en que cada cultura y persona elija cubrirlos;
- que detrás de todo lo que decimos hacemos y pensamos estamos buscando cubrir valores y necesidades;
- que el ser humano disfruta de contribuir a la vida de otros cuando lo hace libre de miedo, culpa, vergüenza u obligación.
Las cuatro habilidades del lenguaje que desarrolla la comunicación no violenta son:
1. (Re)aprender a describir concretamente un hecho distinguiéndolo y pudiéndolo separar de las interpretaciones (juicios, etiquetas, etc).
2. Bajar nuestra velocidad interna para registrar la información que nos da nuestro cuerpo y desarrollar un vocabulario de sentimiento y sensaciones físicas para poder expresarla.
3. Desplegar nuestra habilidad para conectar más allá de los relatos, historias y creencias. Poder nombrar en palabras que representen algún valor o necesidad subyacente a todas nuestras experiencias.
4. Encontrar el valor de realizar pedidos claros y directos que enriquezcan y cuiden nuestras relaciones y promuevan el dar y recibir desde el corazón, siempre abiertos a recibir un no.
¿Qué es la CNV (comunicación no violenta)? El método que revoluciona los vínculos
En ejemplos concretos
Esto, que parece muy fácil en la teoría, requiere práctica y paciencia. Por ejemplo, en general pedimos lo que necesitamos de manera indirecta, poco clara, para no quedar como «egoístas». Pero esto hace que cuando no recibimos lo que queremos, digamos las cosas con un nivel alto de frustración (acumulada). «
Necesito tanta atención como te doy. Me siento excluido, desatendido y descuidado. Necesito que te intereses tanto en mi vida como yo en la tuya. Estoy enojado«, podría ser una manera. Pero hay otra que tiene mayor nivel de empatía: «Cuando me di cuenta de que en la cena de anoche hablamos sobre tu día durante 30 minutos y mi día durante 10, pensé que no era importante para vos. Me siento triste y decepcionado porque anhelo que me vean y escuchen. ¿Estarías dispuesto a pasar la primera mitad de la cena esta noche escuchando sobre mi día?»
Las estrategias «trágicas»
Le consultamos a Manuel: ¿Cómo hacemos cuando no podemos manejar nuestras emociones y termina ganando la ira y la violencia, en casos difíciles, o con personas que humillan y provocan?
«Voy a intentar responder esta pregunta, con algo de miedo a que mi respuesta parezca una ‘solución enlatada’. En el caso particular de los practicantes de CNV, elegimos poner a trabajar (entrenar) nuestra atención y voluntad conscientemente para abrir un espacio adentro nuestro para registrar nuestra propia reactividad y recibir este tipo de conductas o actitudes en otros. Tenemos muy en cuenta lo que esto nos puede costar y decidimos hacer ese trabajo juntos con nuestra red de apoyo (pilar fundamental para contenernos y vivir creciendo en interdependencia).»
«La ira entiendo que es un sentimiento ‘alarma y máscara’-comenta-, y nos está avisando dos cosas con intensas señales corporales. Por un lado, que todavía tenemos algún (pre)juicio, etiqueta, asociado al hecho que observamos; y por otro lado, que debajo de la máscara de la ira, existen otros sentimientos más cercanos a nuestra experiencia profunda, por ejemplo, dolor, tristeza, miedo y elegimos aceptar la ira hasta que aparezca alguno de los nombrados.»
«Hay un dicho en la CNV que dice: ‘la violencia es la expresión trágica de necesidades insatisfechas’, a partir de ésta consciencia, buscamos conectar con qué valores y necesidades universales buscaba cubrir la persona que pensamos que actuó de manera ‘difícil, humillante o provocativa’, podrían ser, por ejemplo: para ser vistos y aceptados, para buscar respeto y pertenencia, afecto, sólo que la forma que eligieron para cubrir esos valores los aleja más todavía de la posibilidad de que sean cubiertos, por eso llamamos ‘trágicas’ a estas estrategias.»
Pasos sencillos que recomienda la comunicación no violenta frente a una situación conflictiva:
– Observar distinguiendo juicios y suposiciones, afinar la atención para acercarnos a lo que pasa y salir de nuestra cabeza, distanciarnos y mirar desde afuera, con cierto desapego.
– ¿Cómo nos sentimos? ¿Ofendidos? ¿Asustados? ¿Tristes? ¿Sin esperanza? ¿Motivados? ¿Alertas?
– ¿Cuáles son las necesidades y deseos que nos habitan en lo profundo? ¿Podemos expresarlos de manera amorosa?
* Del 15 al 24 de noviembre habrá en Buenos Aires un seminario intensivo de CNV.
Fuente: Clarín