Su rutina es como la de cualquier adolescente promedio de su edad. El despertador suena muy temprano por la mañana para cumplir con sus obligaciones escolares en el Colegio Nacional de Buenos Aires, donde empezó su primer año de secundaria virtual. Además, toma clases de ballet desde hace siete años y toca el piano.
Sin embargo, algo caracteriza a esta pre adolescente de 13 años de Florida (Vicente López). Es extremadamente soñadora, extrovertida y talentosa con las ciencias exactas.
Macarena Weyersberg Agrimbau (13) nació y se crió en la zona Norte del Conurbano Bonaerense. Este año, participó y representó a nuestro país en la Olimpíada Internacional de Matemática Canguro 2021. Allí obtuvo la medalla de plata y hoy cosecha aplausos de la comunidad matemática argentina.
Es la menor de dos hermanos que la apoyaron e incentivaron en cada uno de sus logros, y una persona «muy compañera, creativa y perseverante», describe su mamá Cristina.
Macarena define a la matemática como un hobby que disfruta hacer en su tiempo libre. Además toma clases de ballet y de piano y este año comenzó la secundaria en el colegio Nacional de Buenos Aires
El Canguro Matemático es una competencia que se desarrolla en una sola ronda, el tercer jueves de cada marzo, y tiene como meta principal estimular y motivar la mayor cantidad posible de alumnos en varios países participantes. Fue creada en 1991 en Francia y hoy en día participan hasta 42 países de todo el mundo.
«Siempre creí que llegar a la instancia de ganar un título internacional estaba a otro nivel y jamás pensé que lo iba a lograr», asegura la joven que comenzó este camino hace ya tres años. Además agregó: «Me sentí muy feliz y orgullosa de mí misma».
Macarena recuerda su primer interés en esta disciplina como si fuera ayer. Aún sorprendida y agradecida por todos los logros hasta el momento, comenta: «Siempre me gustó matemática y me acuerdo que en 2017 le pregunté a mi mamá si podíamos averiguar sobre alguna competencia. Ahí encontramos esta oportunidad de formar parte de olimpíadas».
Sin embargo, debido a que Macarena no cumplía con la edad mínima requerida, debió esperar un año para consolidar su gran sueño.
Macarena Weyesberg explicando la resolución de un problema matemático (Foto: Diario ZonaNorte)
En 2018 participó en las Olimpíadas Nacionales, donde no solo vivió la experiencia de formar parte de este tipo de eventos sino que también obtuvo la medalla de bronce. De aquí en adelante, la joven, cargada de deseos y aspiraciones comenzó a marcar poco a poco un camino sin precedentes.
Si bien asegura que no tiene cábalas ni amuletos de la suerte, desde que Macarena ingresó al mundo de las exactas nunca se fue con las manos vacías. «Simplemente el secreto es estar concentrada y tranquila», asegura confiada.
En 2019 consiguió la medalla de oro en las Olimpíadas Metropolitanas (puesto que todavía mantiene vigente debido a la pandemia) y en las Nacionales mención de honor. En 2020 llegó su primer título internacional: el bronce obtenido en las Olimpíadas Internacionales.
Sin embargo, la competencia internacional realizada en 2021, que estuvo atravesada por una pandemia, cambió el evento. «Rendí mientras estaba de vacaciones en Mar Azul. Es totalmente diferente porque se pierde la emoción y la intriga de conocer nuevos chicos o nuevos lugares», comentó.
Macarena siempre se preparó sola para competir. «El colegio no participaba de estas instancias y si bien todos los concursantes son acompañados por sus escuelas o docentes, Macarena se presentaba de manera individual», explicó Cristina, su madre.
Macarena comparte que en sus tiempos libres le gusta investigar cuestiones relacionadas a la química o la matemática, pero no está entre sus primeras opciones de carreras universitarias.
«Disfruto de la matemática como un hobby, como quien disfruta leer. Me divierte y entretiene porque no implica una obligación para mí», detalla Macarena.
Si bien no hay soluciones mágicas para las exactas, la joven revela cómo funciona su cabeza cuando enfrenta el desafío matemático: «Siempre intento encontrarle la vuelta al problema a través de diferentes métodos, aunque sean muy difíciles. Después de todo no es imposible, simplemente hay que tener capacidad de razonamiento para hallar la solución».
Fuente: Clarín