Es un hecho inédito en la historia de la astronomía que fue posible por el trabajo colaborativo del proyecto Telescopio del Horizonte de Eventos (EHT) y confirma la teoría de la relatividad general elaborada por Albert Einstein hace un siglo.
«Es para mí un honor comunicarles que a partir de las observaciones realizadas por parte del Telescopio del Horizonte de Eventos y gracias al trabajo conjunto de más de 300 científicas y científicos hemos obtenido la primera prueba visual directa de la presencia de un agujero negro supermasivo en el corazón de nuestra galaxia, la Vía Láctea», dijo Gisela Ortiz-León, investigadora del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional de México.
El anuncio fue realizado en conferencias de prensas simultáneas realizadas en diferentes partes del mundo para hacer la presentación de las imágenes.
«Les presentó la primera imagen Sagitario A* que se alberga en el centro de nuestra galaxia», dijo Ortiz-León mientras se proyectaba la fotografía de un anillo brillante y una región oscura en su interior.
«Eso es precisamente lo que los astrónomos llamamos la sombra del agujero negro», continuó la investigadora y remarcó que la imagen coincide con lo que predecía la teoría de la relatividad general de Einstein, que formula que los objetos más masivos del universo generan tanta fuerza de gravedad que curvan el espacio y el tiempo a su alrededor.
«La importancia de este resultado radica en que el diámetro de este anillo depende exclusivamente de la masa del hoyo negro: cuanto más masivo es el hoyo negro, mayor es el diámetro del anillo y mayor el diámetro de la zona», detalló Ortiz-León sobre el agujero negro más cercano a nosotros que está localizado a 27.000 años luz de la Tierra y tiene una masa 6 millones de veces más grande que el Sol.
En el mismo momento de la presentación, la cuenta de Twitter del proyecto EHT anunciaba: «Finalmente tenemos el primer vistazo a nuestro agujero negro en la Vía Láctea, Sagitario A*. Es el amanecer de una nueva era en la física de los agujeros negros».
El EHT es un trabajo de colaboración internacional que vincula antenas de radio en todo el mundo para medir el tamaño de las regiones de emisión de los dos agujeros negros supermasivos más grandes: SagitarioA* en el centro de la Vía Láctea y M87 en el centro de la galaxia Virgo A.
«Un agujero negro por definición es un objeto que tiene toda su masa concentrada en un punto, esto hace que la gravedad sea tan intensa que no pueda escapar ni siquiera la luz», explicó el astrónomo e investigador del Conicet Guillermo Bosch, del Instituto de Astrofísica de La Plata, a propósito de la noticia.
Y precisó: «Éstos se van a formar a partir de que la masa de un objeto, que originalmente era un objeto extendido, se concentra en un tamaño tan pequeño que colapsa sobre sí mismo y ahí va a parar toda la masa a un sólo punto».
Frente al hecho histórico de obtener imágenes del agujero negro de nuestra galaxia, Bosch destacó que el proyecto «muestra un ejemplo más de que para derribar barreras y correr los límites en el campo tecnológico se requiere una enorme cantidad de investigadores y mucho dinero, y eso sólo es posible a través de la cooperación internacional».
«Estas imágenes son posibles gracias al enorme trabajo de sincronizar la información de todos estos observatorios», detalló.
Sobre este punto, los responsables del proyecto indicaron que tuvieron que invertir «muchos años para desarrollar nuevos algoritmos computacionales» que les permitieran combinar la información de varias antenas en una «imagen razonable».
Lograr estas imágenes fue un desafío porque «el plasma alrededor del agujero negro es muy variable, se calienta y cae al agujero negro. Cuando está haciendo este proceso, está emitiendo luz en radiofrecuencias, que después podemos medir con los telescopios en la Tierra», explicó durante la presentación Alejandro Cruz Osorio, investigador de la Universidad de Frankfurt
«El plasma es muy variable y cambia en cuestión de minutos. Entonces hace que la emisión electromagnética que nosotros recibimos sea bastante variable, así como también la morfología de la imagen», aclaró el científico y señaló que la imagen de Sagitario A* se produjo a partir de un promedio de miles de imágenes.
Entre los principales descubrimientos, el director del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), Luis Alberto Zapata, celebró: «Estamos viendo una primera imagen del hoyo negro del centro de nuestra galaxia».
«Durante mucho tiempo los astrónomos estuvimos interesados en tratar de probar la existencia de los agujeros negros», indicó el investigador y remarcó: «Este tipo de imágenes realmente confirman todas las teorías acerca de los hoyos negros, permiten predecir cosas y confirmar la teoría de la relatividad de Einstein que fue propuesta hace más de 100 años».
Las primeras imágenes de un agujero negro fueron publicadas en 2019 por el proyecto EHT y correspondían al agujero negro supermasivo M87, pero hasta el momento no se habían logrado registrar en el centro de la Vía Láctea.
En 2020, el británico Roger Penrose, el alemán Reinhard Genzel y la estadounidense Andrea Ghez fueron galardonados con el Premio Nobel de Física por sus investigaciones sobre los agujeros negros.
Lo que mostró Penrose en la nota que se publicó en 1965 es que cuando una estrella colapsa sobre sí se forma un agujero negro independientemente de que ese colapso sea simétrico (todo parejo) o no, por lo que eran una solución genérica y no una simplificación matemática de la simetría que se había supuesto antes.
Por su parte, Genzel y Ghez -la cuarta mujer que gana un Premio Nobel de Física- fueron quienes demostraron en forma teórica que en el centro de la Vía Láctea había un agujero negro súpermasivo, que es del que el hoy se presentaron las imágenes.
Hacia el final de la conferencia, Cruz Osorio subrayó: «La imagen en sí es una confirmación de la teoría de la relatividad general y además esto es solo el comienzo de una nueva era del telescopio del horizonte de eventos; en el futuro se planean hacer nuevas observaciones con una mejor precisión».