Aumento de adopciones de animales de compañía. Esa es la conclusión a la que llega el informe “Tenencia responsable y sanidad de perros y gatos”, que elabora anualmente el gobierno porteño. En el reporte, en base a datos de la Encuesta Anual de Hogares de 2022, indica que hay 490.000 perros y 368.000 gatos en las viviendas de la Capital.
Si se distribuyen los números en función de la población, se estima que hay 16 perros y 12 gatos cada 100 personas. Entre 2018 y 2022, el crecimiento de la tenencia de los caninos fue del 2,72% (477.000), mientras que la de los felinos alcanza el 23,9% (297.000). Según indican los autores del informe, uno de los motivos del incremento fue la pandemia del nuevo coronavirus.
Se puede observar que la relación entre la cantidad de mascotas y la de habitantes en cada comuna no es constante. En cuanto a los perros, en las comunas 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya), 8 (Villa Soldati, Villa Riachuelo y Villa Lugano), 9 (Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda) y 10 (Villa Real, Monte Castro, Versalles, Floresta, Vélez Sarsfield y Villa Luro), la media de tenencia de perros alcanza a 20,4 cada 100 personas, mientras que en las 2 (Recoleta), 3 (Balvanera y San Cristóbal), 13 (Núñez, Belgrano y Colegiales) y 14 (Palermo) ronda 12 cada 100 personas. En cuanto a los gatos, las comunas 4, 5 (Almagro y Boedo), 10 y 12 (Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón) exhiben la mayor cantidad, promedian 15 cada 100 personas; mientras que las 2, 3, 11 y 13 muestran la relación más baja, alrededor de 8 gatos cada 100.
El informe se enfoca en diferentes dimensiones asociadas al cuidado de los animales de compañía: como el perfil demográfico de las mascotas, aspectos relacionados con la salud, la alimentación y el cuidado, así como la conciencia ciudadana en la protección de animales comunitarios.
Así, la población de perros se distribuye de manera prácticamente homogénea entre los de raza y los mestizos (49,9% y 50,1%, respectivamente).
En los últimos 12 meses, el porcentaje de perros que no fue vacunado es de 16,3%. Este valor representa una leve desmejora con respecto a 2018 (15,3%). En lo que refiere a las vacunas seleccionadas, se observa que solo el 2,8% no recibió la antirrábica en el último año, en tanto que el16,0% no recibió la séxtuple. La gran mayoría (77,7%) fue desparasitada contra patógenos internos y el 87%, contra pulgas y garrapatas. La atención veterinaria alcanza al 80,1%. Con respecto a la alimentación, el 55,8% consume productos balanceados exclusivamente.
Por el lado de los felinos, la enorme mayoría es mestiza o cruza (89,8%) y está castrada (85,0%). El 34,6% no fue vacunada en el último año, lo cual implica una pequeña mejora en relación con 2018 (36,6%). Se puede ver que el 6,1% no recibió la antirrábica en el último año, en tanto que al 12,8% no se le aplicó la vacuna triple felina. En cuanto a la atención veterinaria, alcanza al 70,2% y respecto a la alimentación, la dieta de la enorme mayoría consiste en alimento balanceado exclusivamente (76,0%).
Por último, el informe destaca un aumento en las adopciones y en el rescate de animales de la calle para la tenencia.
Animales de compañía
María Fernanda Rivas, licenciada en psicología y psicoanalista, explicó los beneficios de tener una mascota: “La interacción con las mascotas puede generar en los adultos sanas ‘regresiones’ temporarias (vueltas atrás en la fantasía, a la etapa de la infancia, rescatando momentos gratificantes de la historia)”. Y describió: “El contacto con animales de compañía suele tener un efecto calmante. Despiertan afectos como la ternura –que son curativos en sí mismos– y sensaciones táctiles y olfativas que evocan vivencias primarias relacionadas con el ‘apego’. Son depositarios –y beneficiarios– de las necesidades de contacto, caricias y abrazos que se exacerban actualmente en la población como efecto de la distancia social”.
Y agregó: “Por sus características, mantienen a sus dueños conectados con su mundo pulsional (instintos, deseos, espontaneidad) que es un área que puede llegar a correr el riesgo de adormecerse o ‘robotizarse’ en momentos como el actual en los que las conductas están altamente ‘protocolizadas’”.
Además, indicó que se genera en torno a las mascotas un clima de juego que contribuye a distenderse y hacer a un lado la realidad externa que, por momentos, puede ser angustiante.
En este sentido, la licenciada, Josefina Saiz Finzi, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), afirmó: “Los animales ocupan un lugar afectivo y de seguridad, representan un apoyo incondicional y en muchas personas con gran ansiedad calman estados de angustia”.
“Los beneficios de tener un animal de compañía son indudables. Solo recomiendo que su adopción sea realizada con responsabilidad, con conciencia de la importancia de este acto y pensando no solo en su aspecto ‘utilitario’, sino como un integrante de la familia que requerirá mucho afecto y con quien se compartirán años de vida”, sostuvo Rivas.
Fuente: Guillermina Leudesdorf, La Nación.