El fin de año está a la vuelta de la esquina. Quizás estés con ansiedad esperando que termine este año, o bien, querés que ya comience el próximo.
Para muchos pueden ser tiempos retadores, e incluso hay personas que sienten que no están anímicamente dispuestas para las festividades, por distintos motivos. Sin importar cuál sea tu caso, hay algunas acciones que se pueden tomar para que el fin de año sea mejor y más relajado.
Todo parte de hacer un ajuste en la actitud. Por más desafíos, pérdidas, dolores y situaciones complejas que se vienen atravesando, la renovación del año es, además de simbólica, un tiempo para regenerar lo que se quiere lograr para lo que viene.
La regeneración necesita de una preparación previa, ya que es poco probable que se pueda alcanzar el equilibrio y balance emocional de un día para otro, si se va a las corridas a toda prisa diariamente para cumplir con absolutamente todos los compromisos.
La falacia del “ningún pendiente” es posiblemente una de las más recurrentes en el mundo personal y, sobre todo, profesional. Es una falacia porque siempre habrá algo más que hacer, un detalle por cuidar, o tareas para completar o programar. ¡Tomalo con calma!
Cómo autorregular la demanda propia de fin de año
Para evitar llegar con la lengua afuera a fin de año, propongo estos 20 consejos que se pueden practicar desde ahora mismo. Cuánto antes se haga, mejor se llegará al cambio del calendario:
1. Aprende a priorizar lo importante versus lo urgente
Trabajá con listas y determiná en orden las tareas que son realmente estratégicas en tu actividad; delega las que puedas, y eliminá las que no son relevantes.
2. Decí que no
Para muchas personas, el reto consiste en aprender a poner límites. Practicalo asertivamente, por ejemplo, proponiendo alternativas ante cada situación que sabés que no serás capaz de cumplir en tiempo, forma y calidad.
3. Dejé de querer complacer a todas las personas
Eliminá todos los “tengo que” y los “debería”, y cámbialos por “quiero” y “elijo”. El apego a la aprobación de los demás es extenuante cuando se trata de lograr productividad y agilidad. Para cumplir con los objetivos, actuá de la mejor forma posible según tus criterios de excelencia, sin esperar el reconocimiento externo. Si llega, será bienvenido; de lo contrario, te auto reconocés por tus logros, y seguís adelante.
4. Organizá las actividades tomándote breaks
Aumentarás tu rendimiento pautando tus descansos dentro de la jornada laboral. Te recomiendo que los incorpores dentro de tu agenda; y que no coloques reuniones seguidas sin breaks de por medio: aumentarás tu capacidad de enfoque y atención.
5. No postergues proyectos personales
Un problema frecuente en esta época crucial de fin de año es que se dejan de lado los momentos de plena satisfacción personal: un hobby, un curso, deportes y los amigos. Todo por entrar en esa carrera frenética. Es exactamente al revés; mantenelos y observarás cómo tu capacidad de energía será cada vez mayor, porque tendrás un mejor balance personal y de compromisos.
6. Programa tu agenda con tiempo
No dejes para último momento las acciones que puedes ejecutar anticipadamente. La compra de obsequios, las listas, los preparativos en el trabajo, podés programarlos con más de un mes de antelación: evitarás la sobrecarga propia de cada diciembre.
7. Reemplazá reuniones innecesarias por otras vías posibles: un e-mail, delegar, recibir un informe
Se trata de aumentar la efectividad personal y profesional. Proponé a tus colegas eliminar todo lo que no sea absolutamente necesario. En Iberoamérica se pierde el 40% del tiempo en reuniones improductivas virtuales o presenciales. ¿Estás dentro de ese porcentaje?
8. Negociar qué harás y qué no
Frente a situaciones de alta demanda, hacé listas de prioridades y acordá con la otra parte qué compromisos podrás cumplir, y que no. Buscá que estos acuerdos queden por escrito para todas las personas involucradas. Hacé seguimiento del cumplimiento de lo que sí has asumido.
9. Evité sobrecargar tu agenda de compromisos sociales: sólo los que quieras hacer de verdad
Las fiestas, despedidas y reuniones inundan la agenda: determiná sabiamente a cuáles asistirás y a qué dirás que no.
10. Mantené la serenidad y calma al decidir
La alteración del ritmo de fin de año produce desvíos en el foco y atención, y esto altera el campo emocional. Buscá mantener un centramiento permanente; evitá las decisiones automáticas en caso de no tener seguridad de poder cumplir, y tomate tiempo para dar respuestas a temas cruciales: esas horas te permitirán reflexionar y definir asuntos de una mejor forma que si lo hicieras precipitadamente “para sacarte cosas de encima”.
11. Cuida tu energía para llegar mejor a fin de año
La alteración emocional es propia y ajena, por eso cuidate de los entornos tóxicos, negativos y con falta de proactividad. Necesitás recargar las pilas, no que te las agoten cuando permitís que te contaminen con sus problemas, quejas y chismes: no entres en ese juego.
12. Hacé un ejercicio de gratitud cada día: valorá lo que ya tenés
Empezá y terminá cada día cerrando los ojos durante un minuto, y expresa en voz alta o en silencio los aspectos positivos del día, dando las gracias. Incluso podés agradecer los desafíos que se presentaron, y afirmar la confianza de que tenés los recursos internos necesarios para superarlos.
13. Hacé tu plan de metas posibles, medibles, creíbles, tangibles y a corto y mediano plazo. Sin perder de vista el “gran sueño” que tenés
Por más que haya escenarios de incertidumbre, es posible establecer metas y objetivos que puedan inspirarte a seguir adelante. Te ayudará rodearte de personas empoderadas y entusiasmadas con sus propias metas. Es una energía que se contagia positivamente para acompañarse de distintas maneras para lograrlo.
14. Preparate para los imprevistos: trabaja en tu actitud
Siempre habrá desvíos y los “recalculando” del GPS de este tiempo cambiante. Preparate para ajustar el rumbo cada vez que sea necesario sin calificar todo como negativo o como problemas. Cada vez que decís la palabra “problema”, el cerebro se pone más perezoso. Hablale de soluciones, y verás cómo aparecen otras posibilidades.
15. Acordá con tu familia y amigos a qué actividades concurrirás y a cuáles no lo harás. No hace falta ser desagradables para decir ‘no’
Los compromisos familiares son símbolo de fiesta y alegría para muchas personas, y todo lo contrario para otras. Si no querés tener celebraciones incómodas, es tiempo de asumirlo, plantearlo y negociar de la mejor forma posible. No hace falta pasarlo mal.
16. Hacé algún deporte, caminatas, yoga, meditación. Tomá mucha agua
La actividad física y en contacto con la naturaleza, así como los momentos de reflexión, son indispensables para la reconexión interna. Que sean importantes: más vale tomar cinco minutos diarios, que no hacerlo. Y, además, es bueno beber al menos dos litros de agua por día para mantener la hidratación efectiva del organismo.
17. Mejorá tu comunicación en tiempos de emociones crispadas
En la velocidad de fin de año las comunicaciones pueden verse afectadas por la falta de precisión y claridad. Detectá cómo lo hacés, y asegurate de que el proceso sea siempre completo: la comunicación finaliza cuando te has asegurado de que todas las personas comprendieron el mensaje, y viceversa. No des nada por sentado ni por supuesto.
18. Mantené silencio si no tenés nada relevante que aportar
Practicá el escuchar en silencio el ochenta por ciento del tiempo; hablá lo justo y necesario el veinte por ciento. Si mantenés esta regla, observarás cómo mejora la calidad de tu comunicación.
19. Trabajá tu inteligencia emocional: la conexión contigo mismo
Este aspecto es sumamente relevante para el equilibrio interno. Comenzá auto observándote emocionalmente; regulá lo que sentís; y establecé la mejor forma de relacionarte con tu entorno. Dedicá tiempo a la observación interna, que es clave para evitar la reactividad en automático, con tal de quitarte asuntos de encima.
20. Descansá lo suficiente y buscá dormir bien cada día
Desconectate del celular, tabletas y computadora, televisión y demás aparatos electrónicos por lo menos una hora antes de dormir. Programá tu tiempo de descanso lo más adecuadamente posible. Esta es una buena forma de ayudar al cerebro a que haga la “poda neuronal” que limpia el jardín de tus sistemas operativos del cuerpo físico y mental cada día, para que te levantes con energía renovada, nuevas ideas y respuestas que quizás quedaron dando vueltas del día anterior. Si te desvelas con asuntos, ten siempre una libreta y lápiz a mano y bajalas de inmediato por escrito: así podrás retomar el sueño más rápidamente.
Con estos consejos lograrás llegar a fin de año con menos agotamiento, mayor enfoque y concentración en lo esencial, y fluyendo más suavemente en la transición entre el tiempo que se va, y el que llega. Sin forzar y a un ritmo igualmente productivo, aunque sin consecuencias nocivas de ansiedad, angustia, miedos y estrés.
Fuente: Daniel Colombo, Infobae.
Daniel Colombo es facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 31 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Certificado por ICF; Coach certificado y Miembro de John Maxwell Team.