La percepción generalizada es que se va perdiendo el hábito de escribir a mano (Shutterstock)
En un mundo cada vez más hiperconectado, la pandemia pareciera que vino a “conectar” a la humanidad más con la virtualidad y a alejarla del mundo “real”.
Y en ese contexto, la educación a distancia sumó a la vida de niños y adolescentes un ámbito más donde la escritura a mano está casi en desuso.
Según datos aportados por el INDEC de 2019, el 83% de los hogares urbanos tiene acceso a Internet. En un mundo en el que la lógica de la imagen predomina, la percepción es que la escritura manual está perdiendo terreno.
“En enero de 2020, la agencia We are social, junto con Hootsuit, una plataforma de gestión de redes sociales, revelaron en su informe anual que 4500 millones de habitantes de todo el planeta usan internet y este número tiende a incrementarse. Argentina no altera el rumbo de esta tendencia. Es evidente cuán indispensables resultan los medios digitales en la vida cotidiana de los seres humanos. Ahora bien ¿qué pasa con la lectoescritura en la época de las tecnologías?”. La reflexión pertenece a Valeria Abusamra, licenciada en Letras y doctora en Lingüística, para quien “sin dudas, las formas de procesamiento de la información que instalan las tecnologías crean nuevas formas de leer, de escribir, de aprender. Se produce, incluso, un pasaje de lo individual a lo conjunto porque, la lectura pasa a ser social, comentada, enriquecida por la escritura de los lectores contribuyentes”.
Abusamra, quien además es investigadora del Conicet, señaló que “la percepción generalizada es que se va perdiendo el hábito de escribir a mano”. “Y no estamos tan equivocados”, sostuvo, al tiempo que compartió las conclusiones de una encuesta realizada en 2018 por Motorola: “El 50% de los adolescentes argentinos que participaron reconoció pasar 12 horas al día con el celular en la mano, y la mitad del día frente a una pantalla: se entretienen, se comunican, escuchan música, aprenden, escriben y mucho. Pero escriben diferente. Y lo que hacemos con el cuerpo cambia nuestro conocimiento del mundo. Acciones como mover la cabeza, los ojos o las manos crean nuestro entorno personal y cambia nuestras percepciones y nuestra cognición. La interacción entre acción, entorno y percepción modelan los sistemas cerebrales que dan lugar a la cognición”.
Es importante estimular este aprendizaje en el nivel inicial y sostenerlo al avanzar en la escolarización primaria (Shutterstock)
Consultada por Infobae, la bióloga y máster y doctora en Educación Melina Furman explicó que “hay varios estudios que hablan de la importancia de que los chicos escriban a mano, que no quiere decir que no escriban en la computadora, pero sí que tengan la gimnasia, el ejercicio de escribir a mano. En cursiva o imprenta, no importa tanto el tipo de letra si no que lo hagan a mano”.
Para la investigadora del Conicet y profesora de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés, “está demostrado que los chicos que están aprendiendo a leer, reconocen mejor las letras cuando las ven impresas si antes las aprendieron a escribir manualmente”. “Hay mucho énfasis en la importancia de que los chicos aprendan a escribir las letras a mano como parte del proceso de la lectoescritura -enfatizó-. Hay estudios que muestran también que los más grandes cuando tomamos nota a mano tenemos mayor memoria de eso que estuvimos escuchando; que hay algo del proceso de escritura manual que fomenta un aprendizaje más profundo cuando incorporamos contenido nuevo”.
Rita Marini es licenciada en Psicopedagogía con posgrado en Neuropsicología infantil del aprendizaje y profesora de enseñanza primaria, y ante la consulta de este medio reconoció que “escribir a mano tiene diferentes beneficios: es una actividad de motricidad fina donde se pone en juego un instrumento, por ejemplo el lápiz, y con ese instrumento uno tiene que hacer una coordinación viso motora y óculo manual. Al escribir a mano se activan diferentes regiones cerebrales que al teclear”.
“Al escribir a mano, ese movimiento deja una huella en el cerebro que ayuda después a reconocer las letras y las palabras, entonces el beneficio es para seguir desarrollando la motricidad fina, poner en funcionamiento otras áreas cerebrales y tener otra memoria que aprenda, que es la memoria de movimiento”, agregó.
«Está demostrado que los chicos que están aprendiendo a leer, reconocen mejor las letras cuando las ven impresas cuando antes las aprendieron a escribir manualmente» (Shutterstock)
Y tras destacar que “hoy se nota que los chicos tienen más déficit en la motricidad, por ejemplo, al atarse los cordones, cortar con tijera, o abrochar un cinturón”, Marini observó que “por otro lado, gracias a la tecnología y a teclear, todos los chicos que tienen realmente dispraxias y dificultades en la motricidad fina pueden comunicarse de manera escrita”.
En tanto, Abusamra, que acaba de publicar su libro BEEsc Batería para la Evaluación de la Escritura, mencionó que “hoy en día hay una tendencia a desestimar la escritura mano, pero cuando se escribe se pone en marcha una serie muy compleja de procesos fundamentales para el aprendizaje posterior”.
La publicación, que puede ser aplicada de manera colectiva, para obtener un diagnóstico del rendimiento general de un grupo, o de manera individual, para detectar dificultades específicas está basada en perspectivas teóricas actuales e incluye pruebas que valoran específicamente tres niveles: la competencia ortográfica, la habilidad de planificar un texto y las habilidades grafomotoras.
“Yo encuentro que en muchos casos cuando hablamos de escritura creativa, cuando los chicos tienen que escribir sus propias historias, a veces es útil que escriban digitalmente porque eso los libera de cierta dificultad manual que tiene la escritura a mano cuando son chiquitos -aportó Furman-. Me parece que vale la pena combinar ambas cosas: que puedan tener un canal expresivo que en muchos casos puede complementarse con la escritura en la computadora o en la tablet pero que en todo el proceso de registrar lo que piensan, tomar notas y el aprendizaje de la lectoescritura tenga mayor peso la escritura manual”.
Para Abusamra “queda claro que dejar de escribir a mano no solo generará la pérdida de habilidades grafomotoras, sino también de los procesos cognitivos que se activan con ellas”. “De allí que sea importante estimular este aprendizaje en el nivel inicial y sostenerlo al avanzar en la escolarización primaria”, concluyó.
Fuente: Infobae