Entramos a la fiesta: la intimidad, las fotos y todos los detalles de la boda de Karina Rabolini e Ignacio Castro Cranwell
Se casaron en el Registro Civil de Tigre y celebraron su amor con un cóctel para ochenta invitados en el histórico Palacio Paz. Al otro día, siguieron festejando: compartieron una divertida jornada de campo con sus mejores amigos
Después de ocho años juntos, Karina Rabolini (57) e Ignacio Castro Cranwell (52) sellaron su amor el viernes 10: al mediodía dieron el “sí, quiero” en una discreta ceremonia celebrada en el Registro Civil de Tigre, acompañados por sus familias y algunos amigos (firmaron como testigos Carlos Gianella y Soledad Peralta, íntimos de la pareja y los “responsables” de que se hayan conocido), y por la noche hubo fiesta para ochenta personas en el Palacio Paz, donde los recién casados brindaron, bailaron, se divirtieron y compartieron su felicidad con quienes más los quieren hasta bien entrada la madrugada.
PAREJA FELIZ
Para ese día tan especial, los novios se levantaron temprano, a Karina la maquillaron –Estefanía Novillo– y peinaron –Lucas para Estudio H– en su casa de Nordelta y, tras pasar por el Registro Civil (la novia vistió un traje de Graciela Zito), llegaron al señorial Palacio Paz –tenían reservada una habitación para cambiarse en el Palacio Paz Hotel–, cerca de las cuatro de la tarde. Allí, la empresaria y el secretario de Prensa de la Municipalidad de Tigre (y ex jefe de prensa de la Fundación Banco Provincia que presidió Karina cuando era primera dama de la provincia de Buenos Aires con su pareja anterior, Daniel Scioli) estuvieron listos unos minutos antes de las 19, ella vestida con un diseño de dos piezas de Evangelina Bomparola que le quedaba pintado y él, con un traje que le hizo el sastre Polo Colman y, después de posar para las fotos de su álbum privado, se dispusieron a recibir a los invitados. Fue una fiesta inolvidable, que estaba planeada sin formalidades, pero finalmente tuvo a la pareja bailando el vals, por expreso pedido de la mamá de Ignacio, y cortando una torta de bodas que el decorador Gerardo Acevedo hizo llegar al salón. Así, entre brindis y mucha diversión –mención especial para las amigas de Karina, como Grace Ratto, Teresa Garbesi y Mariana Arias, que dejaron todo en la pista de baile, y para los hijos de Ignacio, Valentina (20), Manuel (18) e Isabel (14), que bailaron con los novios hasta el final de la fiesta–, la noche se extendió hasta pasadas las dos de la mañana, momento en que los recién casados caminaron unos metros –con los zapatos en la mano– hasta su suite de hotel. Algunos de los amigos de él de toda la vida reservaron otras habitaciones para ellos en el Palacio Paz Hotel y organizaron la jornada siguiente, una prolongación del festejo, que, esta vez, era exclusivamente para los más íntimos: el sábado 11 se levantaron, desayunaron todos juntos y después se trasladaron hasta la estancia Villa María, ubicada en Máximo Paz, cerca de Cañuelas, donde compartieron un día de campo perfecto: asado, charlas, risas, anécdotas y más brindis… todo para celebrar el amor.