El Museo del Louvre, el más grande y visitado del mundo, propone a partir de esta semana sesiones de deporte y yoga en sus salas para contribuir al espíritu deportivo de cara a los Juegos Olímpicos. Las sesiones arrancaron a las 7.30 am (hora local) a partir del miércoles y durarán hasta finales de mayo. “Entramos en el sprint final” declaró la presidenta del museo, Laurence Des Cars, junto a Tony Estanguet, responsable del comité organizador de los Juegos.
Para “traer el espíritu olímpico” a las venerables salas del museo, además habrá cuatro sesiones diarias de baile disco, baile de salón, yoga y cardio, durante una hora, bajo la dirección del coreógrafo Mehdi Kerkouche. El objetivo también es “abrir las puertas a un público que no viene forzosamente al Louvre”, un especie de “refuerzo muscultural”, añadió la presidenta.
La llama olímpica pasará por el Louvre
Es la tercera vez que París acoge los Juegos Olímpicos. En 1900 primero y luego en 1924 cuando el Louvre ya albergaba la sesión del Comité Olímpico Internacional en los apartamentos de Napoleón III, recordó Des Cars. Cien años después, la llama olímpica pasará por sus salas, el próximo 14 de julio. El Louvre acogerá luego en sus espacios exteriores las pruebas de ciclismo los días 3 y 4 de agosto, así como el maratón los días 10 y 11 de agosto.
Clase de baile disco como parte del ensayo general de «Correr en el Louvre», una serie de visitas deportivas al Louvre
Junto con otros cuatro grandes museos -el Centro Pompidou, los museos de Orsay y de l’Orangerie, y el museo de Quai Branly-, el Louvre también participa en un juego de pistas gratuito en torno a un enigma que “celebra los valores comunes del deporte y el arte”, según los participantes.
Durante los Juegos Olímpicos, al igual que sus homólogos, el museo permanecerá “abierto”, subrayó Des Cars. El Museo de Orsay también albergará un desfile de hip-hop y un baile olímpico, mientras que el Centro Pompidou montará unas instalaciones de skate en su plaza. Para celebrar “los vínculos entre el deporte y las artes”, el Louvre también invita a deportistas a expresarse sobre una selección de obras y dialogar con el público, con la participación entre otros de Lilian Thuram, jugador de fútbol francés y presidente de una fundación contra el racismo.
Olimpismo, invención moderna
Este miércoles se abrió una exposición titulada Olimpismo, una invención moderna, un legado antiguo que muestra cómo la Antigüedad y el Louvre fueron la “fuente iconográfica” de los primeros Juegos Olímpicos modernos, surgidos en 1896 en Atenas, y luego desarrollados alrededor de Pierre de Coubertin. “Es una cosa muy nueva que jamás se había tratado”, señala Violaine Jeammet, una de las comisarias de esta muestra, que es la primera de temática netamente olímpica realizada en el Louvre.
Las «visitas deportivas» al Louvre fueron diseñadas por el coreógrafo francés Mehdi Kerkouche
Unos 120 esculturas, vasijas, pinturas, documentos, fotografías y películas trazan el recorrido histórico de los Juegos Olímpicos con sellos, carteles, postales y trofeos, surgidos de la imaginación de Émile Gilliéron (1850-1924), dibujante suizo formado en París y establecido en Grecia, quien fue el artista oficial de los primeros juegos modernos y acompañó los descubrimientos arqueológicos de su época. Gilliéron, desconocido pese a haber sido profesor de pintura en la corte de Jorge I de Grecia, fue fundamental en el desarrollo de la iconografía olímpica, para lo cual se apoyó en obras del Louvre.
La muestra también rescata al filólogo francés Michel Bréal, a quien se considera padre de la semántica moderna e inventor de la maratón. Fue él quien sugirió a Coubertin la idea de una carrera de larga distancia que evocara la proeza del soldado griego Filípides entre Maratón y Atenas, en el año 490 antes de Cristo.
La muestra contrapone la propuesta de Coubertin y compañía con las fuentes históricas de las que bebió, a través de obras de la antigüedad clásica -como antiguas copas y vasijas griegas con escenas de atletas y deidades-, y rescata trofeos, imágenes y documentos de las primeras ediciones de los Juegos, dos de ellas en París (1900 y 1924). Pero también hace hincapié en que la creación del olimpismo moderno tuvo sombras, como focalizarse en el hombre blanco (idea aprovechada por la propaganda nazi en los Juegos de 1936) o el empeño del barón de Coubertin en restringir a las mujeres el acceso bajo el pretexto de que no participaban del deporte en la Antigüedad.
Fuentes: AFP / EFE