SpaceX dio un paso más con una prueba exitosa, realizada en tierra, de los motores del cohete más potente de la historia. La empresa fundada por Elon Musk llevó a cabo lo que se conoce como fuego estático de Super Heavy, un propulsor de cohetes masivo. Super Heavy se hizo con el fin de enviar la próxima generación de la nave Starship de SpaceX a la órbita, antes de regresar a la Tierra.
Más de 110.000 personas vieron la transmisión en vivo del acontecimiento el jueves 9 en el sitio web de NASASpaceFlight, una compañía de medios espaciales independiente que tiene cámaras que monitorean el sitio de prueba de la Starship en Boca Chica, sede situada en el estado de Texas en Estados Unidos.
Dicha transmisión audiovisual mostró nubes de vapor envolviendo la plataforma de lanzamiento cuando los propulsores comenzaron a fluir hacia el cohete, formando anillos de escarcha alrededor de la nave a medida que los tanques se llenaban con propulsores ultra fríos. La mayoría de las nubes desaparecieron cuando se completó el abastecimiento de combustible; para la breve prueba, los tanques no se llenaron hasta el borde.
Marcaban las 4:14 de la tarde (horario de Estados Unidos), cuando los motores rugieron y en cuestión de segundos se apagaron, levantando nubes rosadas sobre el cohete y provocando que masas de pájaros huyeran del área. Una actualización en Twitter de SpaceX indicó que la prueba fue un éxito y duró tanto como se pretendía. El propulsor y el soporte de lanzamiento parecían estar en buenas condiciones después.
En Twitter, Musk reveló que un motor se apagó a priori durante la prueba, y otro se apagó solo; pero que, aun así, 31 de 33 motores eran un número suficiente para alcanzar la órbita durante un lanzamiento.
El disparo estático del propulsor Super Heavy fue el último gran obstáculo técnico que SpaceX necesitaba superar antes de prepararse para un intento de lanzamiento.
La empresa espacial había realizado previamente despegues estáticos con hasta 14 motores. A partir de diciembre de 2020, realizó una serie de vuelos de prueba de prototipos de Starship para descubrir el procedimiento de aterrizaje; y, después de varias fallas explosivas, un intento tuvo éxito en mayo del 2021, y se logró un despegue y aterrizaje manteniendo a la nave Starship ilesa.
Combinados, Super Heavy y Starship miden cerca de 120 metros de altura, más que la Estatua de la Libertad. Actualmente, la NASA está pagando a SpaceX para construir una versión del vehículo para llevar astronautas a la superficie lunar para las misiones Artemis III y IV, previstas para finales de la década. La nave espacial es una pieza clave en la proyección que tiene Musk de enviar personas, y los suministros necesarios, a Marte.
La prueba de fuego estático del jueves fue anunciada por Gwynne Shotwell, presidenta y directora de operaciones de SpaceX, durante los comentarios en la conferencia de Transporte Espacial Comercial de la Administración Federal de Aviación en Washington. La directiva dijo que el intento de lanzamiento oficial podría ocurrir dentro de aproximadamente un mes.
Si los 33 motores hubieran funcionado plenamente el último jueves, el propulsor Super Heavy habría desatado 7 millones de kilos de empuje, hito que lo hubiese convertido en el cohete más poderoso nunca antes visto.
El nuevo cohete Space Launch System de la NASA, que se lanzó por primera vez en noviembre 2022 para enviar la misión Artemis I sin tripulación a la luna, generó 39.000 kilos de empuje en el despegue. El cohete Saturno V, utilizado para las misiones lunares de Apolo en las décadas de 1960 y 1970, generó 34.000 kilos de empuje en el lanzamiento.H
El Starship está diseñado para ser completamente reutilizable, y el propulsor Super Heavy está diseñado para aterrizar de una forma similar a los propulsores del actual Falcon 9, también de Space X, el cohete lanzado con más frecuencia en el mundo. Starship está diseñado para entrar en órbita y luego regresar a la Tierra, dando oscilaciones a través de la atmósfera para reducir la velocidad antes de girar a una orientación vertical para aterrizar.
Antes de que el cohete despegue del suelo para una prueba orbital, SpaceX todavía necesita obtener una licencia de lanzamiento de la Administración Federal de Aviación (FAA), a cargo de garantizar la seguridad de las personas en tierra.
Views from drone of Booster 7’s static fire test pic.twitter.com/KN4sk1nohf
— SpaceX (@SpaceX) February 9, 2023
El pasado junio, la FAA había concluido que los lanzamientos de SpaceX no supondrían un impacto significativo en las áreas circundantes de Brownsville, Texas; aunque requirió que SpaceX tome 75 acciones para mitigar los efectos ambientales, incluido el aviso previo de lanzamientos, el monitoreo de la vegetación y la vida silvestre a cargo de biólogos, y la minimización de los cierres de una ruta que pasa por la zona de SpaceX.
Según Space News y CNBC, Shotwell planteó un futuro ambicioso para Starship. Este plantea el aumento de vuelos a 100 por año para 2025; además de suponer 100 lanzamientos de prueba previos a la práctica de mandar humanos a bordo. Una versión de la nave Starship es parte de la misión Artemis III de la NASA programada para 2025, que consiste en llevar a los astronautas de la órbita lunar a la superficie de la luna.
La compañía de Musk incluye también tres misiones privadas para Starship en su manifiesto. Estas corresponden a tres hombres: Jared Isaacman, quien previamente compró un viaje orbital en un Falcon 9; Yusaku Maezawa, un empresario japonés; y Dennis Tito, el primer particular en comprar un viaje a la Estación Espacial Internacional en 2001, que también compró vuelos de Starship para dar la vuelta a la luna y regresar.
Fuente: La Nación