En uno de esos cuadernos, Darwin esbozó el árbol de la vida, esa metáfora que devino símbolo de la teoría de la evolución, plasmada en su emblemático texto «El origen de las especies», de 1859. El anuncio de la devolución de los dos cuadernos, que desde hacía veinte años estaban incorporados a los datos de la Interpol sobre las obras de artes robadas, lo dio a conocer este martes el departamento de la biblioteca que destacó que los manuscritos «fueron devueltos en buen estado», según consignó la agencia de noticias francesa AFP.
Saldada la tranquilidad de tener de regreso esas dos piezas históricas y valiosas, quizá lo más misterioso y anecdótico es la forma en que la fueron devueltos dado que fueron entregados de forma anónima el 9 de marzo de 2022 en una bolsa de color rosa y acompañados por una tarjeta en un sobre que decía «Feliz Pascua».
La historia de su desaparición se remonta a 2001, cuando durante una inspección rutinaria, se descubrió que la pequeña caja que los contenía, del tamaño de un libro de bolsillo, ya no estaba en su lugar. La sospecha del hurto recayó en una iniciativa que había tenido lugar en el año 2000 por la cual fueron sacados de la sala donde se guardaban para ser fotografiados junto a otros objetos valiosos de la biblioteca.
Durante muchos años, algunos bibliotecarios también apostaban a que los cuadernos habían sido colocados en un lugar equivocado de la inmensa biblioteca, que alberga unos 10 millones de libros, manuscritos y objetos. Con las sospechas a cuestas, en noviembre de 2020, la directora de los servicios bibliotecarios, Jessica Gardner, inició un llamamiento para encontrar los cuadernos «probablemente robados», cuyo valor se estima en varios millones de libras esterlinas.
Si bien se desconoce el origen y responsable de la sustracción y el lugar en el que permanecieron ocultos durante tantos años, lo importante es que los cuadernos de Darwin volvieron intactos a los estantes de la biblioteca, motivo por el cual Garden dijo sentirse «aliviada de saber que los libros se encuentran en buen estado» y «al igual que muchas otras personas en todo el mundo, estaba profundamente triste por su pérdida. La alegría de su regreso es inmensa», declaró.
A mediados de este año, ambos cuadernos serán exhibidos al público en una exposición en Cambridge dedicada al científico.