Famosos y anónimos hicieron un experimento que se viralizó en redes este fin de semana. Usando FaceApp -una aplicación que permite hacer cambios en las fotos- se mostraron con arrugas, canas, y manchas en la piel. En cuestión de segundos, les llegó el -¿indeseado?- paso del tiempo.
Lo probaron figuras del espectáculo como Lali Espósito, Benjamín Rojas, Ángel de Brito, Rodrigo Noya, Nicolás Riera, Mica Viciconte y Pedro Alfonso. También el abogado Fernando Burlando y los futbolistas Fabián Cubero y Alejandro «Papu» Gómez, entre otros.
Ángel de Brito, ahora y después.
Más allá del chiste, la difusión de la temática abrió varios frentes para el debate. ¿Le tenemos miedo a los años? ¿Nuestra preocupación por la aparición de canas y arrugas supera a otras cuestiones más trascendentales como la salud y el bienestar?
«Es un miedo un poco desproporcionado. Hay mucho culto al cuerpo esbelto y joven, sobre todo en esta sociedad occidental. Y en realidad el paso del tiempo es un paso natural», responde a Clarín Laura Bottini, psicóloga y gerontóloga especializada en gestión de servicios sociales.
«No hay que temerle al paso del tiempo, sino a aquellas cosas que se transforman en cronicidades, como la hipertensión arterial y la obesidad. Esas son las cosas a las que creo que hay que mantenerse alerta», continúa Bottini.
El desafío viral hizo notorias algunas diferencias entre hombres y mujeres. «¿A quién le pega peor la edad?», lanzó Micaela Viciconte al compartir una foto junto a su pareja, el futbolista Fabián Cubero. «¡A vos Mica! Se te ve re mala», le respondió una seguidora. Por el contrario, hacia él, todos fueron elogios: que se parece a un prócer o a un actor de telenovelas.
Micaela Viciconte y Fabián Cubero fantasean con envejecer juntos.
«Hay una cosa de discriminación de género muy fuerte», explica a Clarín Silvia Gascón, directora del Centro sobre Envejecimiento activo y Longevidad de la Universidad ISALUD. «No solo en esto (de las canas, por ejemplo) sino también que si un hombre grande sale con una chica de 20 años menos es un vivo, es un canchero. En cambio, está mal visto que una mujer de 60 salga con un hombre de 40», continúa.
El juego de las redes también dejó a la luz otras cuestiones, como la intriga sobre qué será de nosotros cuando dejemos de dedicarnos a lo que hoy hacemos. «El retiro es bueno, dicen…», ironizó el futbolista Alejandro «Papu» Gómez. Mientras que el actor Benjamín Rojas compartió uno de sus miedos: «¿Seguiré trabajando a esta edad?».
Alejandro «Papu» Gómez hizo una alusión a su retiro.
Benjamín Rojas se pregunta si seguirá siendo actor.
«La etapa jubilatoria trae estos temores, y para eso también tenemos que prepararnos. Para el retiro o no retiro, porque hoy hablar de retiro es bastante entre paréntesis. ¿Qué es hoy el retiro? Porque la gente sigue muy activa. Podemos continuar con la profesión hasta cualquier edad. Hoy no hay tope», opina Bottini.
Según Gascón, está ocurriendo el fenómeno que el brasilero Alexandre Kalache llama ‘gerontolescencia’. «Define lo que pasa entre los 60 y los 75 años cuando la gente hoy no se siente vieja en el sentido de lo que nosotros entendíamos por persona mayor».
Pedro Alfonso se divirtió en familia.
«Esta generación, a la que yo pertenezco, estamos como inventando una nueva forma de envejecer, con estilos diferentes, con encontrar que después de la jubilación pueden aparecer nuevas oportunidades, con descubrir una vocación, con formas de vestirse diferentes», señala Gascón.
También cambió la forma de mencionarlos. Ya no se usa «vejez» ni «tercera edad». Tampoco «abuelos», porque remite a un estereotipo que tiende a homogeneizar, cuando no todas las personas tienen nietos. Actualmente, en base a resultados de estudios internacionales, el término que se utiliza es «personas adultas mayores».
Para referirse a ellos, hay una edad definida internacionalmente por Naciones Unidas, que son los 65 años en los países más desarrollados y 60 años en los países más pobres. En Argentina, el INDEC utiliza los 65 años.
Unas seis millones de personas en Argentina son adultos mayores, lo que representa más del 13% de la población total del país.
El contexto global de acelerado envejecimiento es inédito en la historia de la Humanidad. Entre 2015 y 2050 la proporción de la población mundial con más de 60 años de edad ascenderá de 900 millones a 2.000 millones.
«Siento que podría conducir un noticiero en unos años», bromeó el actor Rodrigo Noya.
Respecto a la expectativa de vida, en Argentina es -en promedio- de 76,9 años, casi cinco años más que los 72 que es la media mundial, según el último informe presentado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con las estadísticas sanitarias de todo el planeta.
Ante todo esto, la gran moraleja vino de la mano de la cantante y actriz Lali Espósito. «¡Solo espero no dejar de reír nunca! ¿Vivan los años bien vividos! ¡Aprovechemos la oportunidad!», escribió al lado de una Lali del futuro, tan madura como sonriente.
Lali Espósito a pura sonrisa.
Al respecto, Bottini sostiene que hay que estar «de la mejor manera posible» y que para eso tenemos que cuidarnos no solo a nivel físico, sino psicológicamente.
«Es muy importante estar preparados para las distintas etapas de la vida. No vivir que nos vamos haciendo grandes como un ‘cuco’, sino como una etapa normal, que tiene un montón de cosas lindas», concluye la especialista.
Fuente: Clarín